En lo que del sexenio del Presidente Peña Nieto, la producción de crudo, gas natural, petrolífros y petroquímicos se desplomó a niveles no vistos desde 1990, mientras que las importaciones de combustibles alcanzaron un máximo histórico.
Con José Antonio González Anaya, las refinerías de Pemex estuvieron plagadas de accidentes e ineficiencias que le costaron miles de millones en pérdidas y la dependencia de combustibles. Tan sólo en octubre, la Empresa Productiva del Estado compró el 76.7 por ciento de las gasolinas y diésel, la mayor proporción mensual en la historia de la petrolera.
ADEMÁS
Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).– A menos de dos años de haber sido nombrado para liderar Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya dejó el cargo para encargarse de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). El tiempo que duró en la petrolera, la producción de crudo se desplomó a niveles no visos desde 1990, mientras que las importaciones de combustibles alcanzaron un máximo histórico.
Las refinerías de Pemex estuvieron plagadas de accidentes e ineficiencias que le han costado miles de millones en pérdidas. Las afectaciones más significativas en este año fueron los paros prolongados en la refinería de Salina Cruz, Oaxaca, por culpa entre otras cosas de los desastres naturales, y los trabajos de mantenimiento en su planta en Ciudad Madero, Tamaulipas.
En octubre, la Empresa Productiva del Estado compró el 76.7 por ciento de las gasolinas y diésel, la mayor proporción mensual en la historia de Pemex, que lleva registros desde 1990.
El sistema de refinación de Pemex produjo 179 mil 500 barriles diarios de gasolinas y 99 mil 400 de diésel, un total de 278 mil 990.
El 8 de febrero de 2016 José Antonio González Anaya asumió la dirección de Pemex, su segundo cargo bajo la actual administración de Enrique Peña Nieto, luego de haber sido titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y economista del Banco Mundial.
Durante su gestión, Pemex reportó una pérdida neta de 101 mil 804 millones de pesos en el tercer trimestre del año, debido principalmente a pérdidas cambiarias y mayores costos, de acuerdo con un informe enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en octubre pasado.
Los principales resultados de la Empresa Productiva del Estado muestran números negativos en el tercer trimestre de 2017. La producción de crudo, por ejemplo, cayó 11.9 por ciento al ubicarse en mil 884 miles de barriles diarios.
La producción de gas natural también tuvo una disminución de 14.2 por ciento alcanzando los 4 mil 91 mil millones de pies cúbicos por día.
"González Anaya deja Pemex con un proceso de deterioro convocado por [Emilio] Lozoya. Con dos años en la dirigencia no puedes hacer nada. No hay de otra que dejarlo así", dijo a SinEmbargo Miriam Grunstein Dickter, investigadora del Mexico Center Rice University.
En general, en el mes de septiembre, la producción nacional de petróleo se ubicó en mil 73 millones de barriles diarios, su caída más significativa en términos porcentuales en los últimos 20 años y este nivel de producción es similar al alcanzado durante los primeros meses de 1990, informó Pemex.
"En la parte financiera hay un esfuerzo para destacar, pero todavía hay retos considerables como la caída en las reservas petroleras. En octubre alcanzó mínimos históricos, pero eso se debe a eventos coyunturales", explicó Arturo Carranza, especialista en temas energéticos del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
PEMEX NECESITA CONTINUIDAD DE DIRECTORES
En lo que del sexenio del Presidente Peña Nieto, Pemex ha sido dirigida por tres directores: Emilio Lozoya Austin (2012 a 2016), González Anaya (febrero de 2016 a noviembre de 2017) y Carlos Alberto Treviño Medina (a partir del 27 de noviembre).
Diversos analistas coinciden en que el Gobierno debería nombrar a los directivos de Pemex a partir de criterios técnicos y no políticos para que pueda haber continuidad en el cargo.
"Pemex es la empresa más importante en México y le haría bien tener más estabilidad en términos de la dirección de la empresa. Le haría bien conservar una estructura directiva en un tiempo más largo, le haría bien tomar sus decisiones a partir de criterios técnicos y no políticos", mencionó Arturo Carranza.
Para Miriam Grustein, una empresa petrolera necesita un director con visión a largo plazo y que no esté como tablero político para ver cómo funciona.
"Dirigir Pemex es una labor de un profesional. No hay compromiso, González Anaya no estaba haciendo un mal trabajo, pero estaba haciendo un trabajo de saneamiento financiero, estaba recortando, no generando negocio y Carlos Alberto Treviño Medina comparte esa misma visión, ese mismo paradigma", expuso la académica.
SU ÚNICO LOGRO: DISMINUIR LA DEUDA
A pesar de estos resultados, González Anaya dejó Pemex en un mejor estado que cuando llegó al cargo en febrero de 2016. El Presidente Enrique Peña Nieto le dio el mandato de fortalecer las finanzas de la petrolera y acelerar la transformación para aprovechar la Reforma Energética del país.
En gran parte lo hizo. Pemex reportó tres trimestres consecutivos de ganancias después de cuatro años seguidos de pérdidas y formó asociaciones para exploración petrolera con Chevron, BHP Billiton y Ecometrol, entre otros.
Aún con resultados financieros mejorados durante la primera mitad del año, Pemex reportó una pérdida de 5 mil 300 millones de dólares en el tercer trimestre del año, devastada por los desastres naturales.
A pesar de ello, González Anaya fue capaz de estabilizar la deuda de la compañía de casi 100 mil millones de dólares, un esfuerzo que le ha sido reconocido por las calificadoras Fitch Ratings y Standard & Poor's, las cuales revisaron sus perspectivas para Pemex a estables desde negativas a principios de este año.
"La tarea de González Anaya en Pemex destaca por el esfuerzo que hizo para ordenar las finanzas de la empresa. Cuando tomó las riendas de Pemex la situación financiera de la empresa estaba de cabeza a raíz de la crisis de los precios del petróleo y el tiempo que duró en la petrolera logró de ordenar de una manera razonable las finanzas", reconoció el economista Arturo Carranza.