El otro día volví a escuchar la infame (una disculpa a los fans de Ricardo Arjona; para mí todas sus canciones son infames. Para evidencia vivencial, vean este video) “Señora de las cuatro décadas” y me di cuenta de que estoy a cinco años de convertirme en esa mitológica mujer que no es muy joven pero tampoco muy vieja, cuyo cuerpo “ya no es el de los veinte” pero que “al hacer el amor siente las mismas cosquillas” de esa década. (Cosquillas… eso me recuerda un libro infantil que explicaba la reproducción humana homologando el orgasmo a un estornudo. Generaciones de niños y niñas que no pueden estornudar sin sentirse extrañamente excitados).
Bah. Cuarenta años. No soy el mejor ejemplo de una señora, pues me sigo vistiendo como cuando tenía 20 años y mis días transcurren entre mails de lectores, visitas a preparatorias, talleres de escritura para adolescentes y las vidas de mis protagonistas, todos menores de edad. Por eso, porque no tengo más que dos “hilos de plata” (sic.) en la cabeza, persistentes los cabrones, pero sólo dos, y por la llamada “juventud interna”, nunca me había tomado personal el tema de las señoras y las cuatro décadas, hasta que fui a ver Spectre, la nueva película de James Bond.
En esta ocasión, el terriblemente serio Daniel Craig, de 47 años, se ve emparejado con la espectacular Mónica Bellucci, que a sus 51 años sigue siendo una de las mujeres más sexys del cine, y aunque no podemos garantizar que su “grasa abdominal” (sic. de nuevo) le permita, al hacer el amor, sentir las mismas cosquillas que a los veinte, lo que sí es seguro es que hombres de todas las edades sienten algo al verla en lencería. Sin embargo, esta mujer de cinco décadas aparece en la película un minuto por década y luego es intercambiada por una chica veinte años menor y con daddy issues muy serios. Al ver imágenes del elenco reunido, la actriz parece más la hija de Bellucci y Craig que la pareja del segundo, pero ella acaba siendo la Chica Bond mientras la italiana sería… ¿la Señora Bond? No es ninguna sorpresa que Angelina Jolie rechazara ser una chica Bond y le dijera a su agente que, en vez, le consiguiera el modo de ser Bond. Y filmara Agente Salt. En fin.
Negar que chicas más jóvenes puedan ser más atractivas sería exponerme como una gruñona avejentada y defender algo indefendible, como las recientes campañas que usando la bandera de la diversidad corporal gritan que Fat is Beautiful (“Gordo es hermoso”). En gustos se rompen géneros, claro, pero creo que la inclinación por lo joven y bello no es misoginia y que existe hacia ambos sentidos, si bien las parejas formadas por mujeres mayores y hombres más jóvenes son significativamente menos. Quizá haya un por qué, y qué mejor manera de averiguarlo que a través de un ejercicio seudo literario. Ya que mi plática con Yoda gustó tanto, hoy he decidido encarnar a la cuarentona que pronto seré, platicando con su boy toy, 20 años más joven (como debe de ser) y así dialogar con el “poeta de la canción” a su más puro estilo y siguiendo el detallado tutorial que compartí en el primer párrafo de este texto. Agárrensen (sic.).
NINTENDO Y PILATES
Te conocí en un restaurant de la Condesa
Comía con mis amigas y tú me traías la cuenta
El mundo giratorio se detuvo sin pararse
Cuando al atardecer amanecía una nueva fase
Dicen que los cuarenta hoy ya son los nuevos veinte
Cuando tenía tu edad tú eras un bebé reluciente
Soy la mezcla perfecta de bella e inteligente
Sé cómo hacer pa’ qué se fije en mí un chico caliente
CORO
Nintendo y Pilates
Empresaria y estudiante
Opuestos o similares
Tengo la edad de tus padres (¡de tus padres, o, oo!)
No puedo malgastar mi vida
Y convertirme en tu madrina
Pues de tan nini ya eres no no
Mejor vamos, te compro un cono (¡no, no! ¡No, no!)
(Interludio musical de pianito)
Te agitaste y fuiste inmóvil en mis brazos
Silencio a gritos y anticlimáticos orgasmos
Te hubo que explicar que no es lo duro, es lo tupido
Lo que me haría decir “no estuvo mal, estuvo chido”
Activamente eliges la pasividad
Y fumar mariguana es tu nueva actividad,
Es la dulzura amarga de lo corto de tu edad
Que en vez de aprender crees que llegaste a enseñar
CORO
Nintendo y Pilates
Empresaria y estudiante
Opuestos o similares
Tengo la edad de tus padres (¡O! ¡Ooo!)
¿Cómo encontrar el desencuentro?
¿Si en vez de leer ves videos,
si ni te toco y ya hay jadeos
y pa’ cenar me invitas Chetos?
(Cambio de tono y énfasis en el estreñimiento al cantar)
Sí, sí… No, no,
Pasado… Presente
Ayer y hoy
La juventud de la vejez
Es la frescura de lo añejo
Créeme te falta mucho trecho
Y algunos pelos en el pecho (en el pecho, ¡o, o!)
(Fade out)
(Aplausos. O no.)