El pensador francés, George Steiner, decía que los cafés eran lo que definían la civilización europea. Lo mismo podría decirse de los trenes. Cualquiera que haya recorrido el viejo mundo sabe que este está entrecruzado por vías férreas que conectan orgánicamente sus pueblos y ciudades. Europa es la sociedad del tren.

En México los trenes de pasajeros estuvieron de moda por varios lustros. Quién no recuerda los pullman que permitían al pasajero dormir en viajes nocturnos. Por una serie de razones, sin embargo, los viajes en tren perdieron su razón de ser ante el desarrollo del automóvil y la cada vez más frecuente utilización del transporte aéreo. Así nos comenzamos a parecer más al paradigma de transporte de Estados Unidos, donde los trenes de pasajeros casi no tienen un uso frecuente. 

Mientras tanto en Asia – en Japón, en Taiwán y en China – se comenzaron a desarrollar los llamados tren bala de gran velocidad que conectan ciudades casi con la rapidez de los aviones. 

Con las recientes modificaciones al artículo 28 de la Constitución se le ha dado un lugar estratégico en el desarrollo nacional al transporte ferroviario de pasajeros y de carga. Esto es buena noticia, pues estas vías podrán complementar a nuestro sistema de carreteras y a nuestra red de transporte aéreo.

La idea es que el trasporte por trenes pueda comunicar estratégicamente los puntos de producción y comercio de mercancías con el fin de aprovechar al máximo la oportunidad que nos ofrece el fenómeno de la relocalización de empresas. El plan que se tiene es el de conectar el Pacífico con el Golfo de México y también al centro del país con el norte. 

El primer proyecto de este plan estratégico es la construcción de un tren de alta velocidad que conectará a la Ciudad de México con Santiago de Querétaro. Recordemos que este proyecto no es nuevo y que se intentó realizarlo anteriormente pero el 2 de febrero de 2015 se suspendió la obra indefinidamente por sospechas de corrupción.

Se tiene planeado que la obra comience en abril de 2025 y que se concrete en 3 años. Se trata de un proyecto de inversión de aproximadamente 75 mil millones de pesos que generará casi medio millón de empleos y que beneficiará a casi 6 millones de habitantes.

Dado que se piensa que el trayecto entre las dos ciudades será de solo una hora y cuarenta minutos entre una ciudad y otra la interacción en términos de inversiones, comercio y empleo creará un círculo virtuoso del desarrollo.

Este proyecto es sólo el primer peldaño de una red estratégica que conectará el centro del país con los dos océanos y con los Estados sureños de nuestro vecino del norte. Todo ello elevará exponencialmente la integración de México con los mercados del mundo. Así debe ser, pues nuestra situación geopolítica privilegiada no ha sido todavía explotada al máximo. El regreso de los trenes a México debe ser motivo de celebración.

Gustavo de Hoyos Walther

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Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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