La empresa automotriz Stellantis llegó a un acuerdo tentativo de contrato con el sindicato United Auto Workers en el marco de la huelga automotriz que estalló en los Estados Unidos en días recientes.
Por Tom Krisher, Haleluya Hadero y Corey Williams
Detroit (AP).- Stellantis, fabricante de Jeep, llegó el sábado a un acuerdo contractual tentativo con el sindicato United Auto Workers que sigue el modelo establecido a principios de esta semana por Ford, al tiempo que las huelgas contra General Motors se extienden a una planta en Tennessee.
El acuerdo, que aún tiene que ser ratificado por los afiliados, deja sólo a GM sin un acuerdo con el sindicato. Pero el sindicato se declaró en huelga el sábado por la noche en una fábrica de GM en Spring Hill, Tennessee, en un intento de aumentar la presión sobre la empresa para que llegue a un trato.
El acuerdo con Stellantis se asemeja al alcanzado a principios de esta semana con Ford. El sindicato afirma que el contrato también rescata puestos de trabajo en una fábrica en Belvidere, Illinois, que Stellantis había planeado cerrar.
GM se dijo decepcionada con la huelga adicional en la planta de sistemas de ensamblaje y propulsión de Spring Hill “ante el progreso que hemos logrado”. La compañía destacó en un comunicado que ha negociado de buena fe con el sindicato y quiere llegar a un acuerdo lo antes posible.
Spring Hill es la fábrica más grande de GM en Norteamérica con 11 millones de pies cuadrados de espacio para estructuras y casi cuatro mil empleados. Ahí fabrica el Cadillac Lyriq eléctrico, así como los SUV crossover GMC Acadia y Cadillac XT5 y XT6.
El sábado por la noche se dejó un mensaje en busca de comentarios del sindicato.
El presidente de la UAW, Shawn Fain, confirmó el acuerdo con Stellantis en una aparición en video el sábado por la noche y reiteró que los 43 mil trabajadores de la compañía que están afiliados al sindicato aún deben someter el acuerdo a una votación.
A unos 14 mil trabajadores del UAW que estaban en huelga en dos plantas de ensamblaje de Stellantis en Michigan y Ohio, y en varios centros de distribución de repuestos en todo el país, se les dijo que regresaran a sus puestos. Con ello, el acuerdo pondrá fin a una huelga de seis semanas en el fabricante de vehículos Jeep y Ram.
El pacto de Ford incluye aumentos salariales generales del 25 por ciento en los próximos cuatro años y medio para los trabajadores de las principales plantas de ensamblaje, y del 11 por ciento una vez que se ratifique el acuerdo. Los trabajadores también recibirán una paga por el coste de la vida que elevará los aumentos a más del 30 por ciento con lo que los trabajadores más cualificados de las plantas de ensamblaje ganarán más de 40 dólares por hora. En Stellantis, esos trabajadores ganan unos 31 dólares la hora.
Al igual que el contrato con Ford, el logrado con Stellantis se extenderá hasta el 30 de abril de 2028.
De acuerdo con el sindicato, bajo el acuerdo se salvaron empleos en Belvidere, así como en una planta de motores en Trenton, Michigan, y una fábrica de mecanizado en Toledo, Ohio.
“Hemos hecho lo imposible. Hemos movido montañas. Hemos reabierto una planta de ensamblaje que estaba cerrada”, sostuvo Fain.
El acuerdo incluye el compromiso de Stellantis de construir un nuevo camión mediano en su fábrica de Belvidere, Illinois, que estaba previsto cerrar. Se volverán a contratar unos mil 200 trabajadores, además de que se incorporarán otros mil trabajadores a una nueva planta de baterías para vehículos eléctricos, según el sindicato.
“Estamos trayendo de vuelta a Belvidere tanto empleos de vehículos de combustión como de vehículos eléctricos”, añadió Fain.
El congresista federal demócrata Bill Foster, que representa a Belvidere en el Congreso, subrayó que ha recibido indicaciones de que se producirán vehículos eléctricos en el sitio, que se ampliará para incluir una nueva fábrica de baterías. Stellantis cerró indefinidamente la planta en la primavera y despidió a los mil 350 empleados que trabajaban allí.
Bruce Baumhower, presidente del sindicato local de una enorme fábrica de Jeep de Stellantis en Toledo, Ohio, que lleva en huelga desde septiembre, dijo que espera que los trabajadores voten a favor del acuerdo por los aumentos salariales superiores al 30 por ciento y un fuerte aumento salarial inmediato.
“El 11 por ciento está muy bien”, dijo. “En mi opinión, es un acuerdo histórico”.
Algunos miembros del sindicato se han quejado de que Fain prometió aumentos del 40 por ciento para igualar lo que, según él, se daba a los directores ejecutivos de las empresas, pero Baumhower dijo que esa fue la oferta inicial del presidente de la UAW, Shawn Fain.
“Cualquiera que sepa algo de negociaciones, siempre empieza mucho más arriba de lo que cree que es realista conseguir”, dijo.
Jermaine Antwine y otros trabajadores de Stellantis que realizaban una huelga frente a la planta de Sterling Heights, Michigan, estaban entusiasmados el sábado tras conocer la noticia de un acuerdo provisional.
“Cada vez que se llega a un acuerdo provisional, es algo bueno”, dijo Antwine, de 48 años y oriundo de Pontiac, Michigan. “Demuestra que ambas partes han llegado a un acuerdo mutuo en algún punto dentro de los números con los que empezaron”.
“En última instancia, las cifras con las que llegaron a un acuerdo son las que quería la UAW”, dijo Antwine, que lleva 24 años en la empresa automovilística y es jefe de equipo de materiales en la planta de Sterling Heights.
El sindicato y Stellantis iniciaron intensas negociaciones el jueves, al día siguiente del anuncio del pacto con Ford, y cerraron el acuerdo el sábado.
Más de 18 mil trabajadores de GM se encuentran en huelga en fábricas de Texas, Michigan, Missouri y Tennessee.
El sindicato inició huelgas selectivas contra los tres fabricantes de automóviles el 15 de septiembre después que expiraran sus contratos con las empresas. En el pico, alrededor de 46 mil trabajadores estaban en huelga contra las tres empresas, cerca de un tercio de los 146 mil miembros del sindicato en las tres plantas de Detroit. Las automotrices despidieron a varios miles de trabajadores más a medida que la escasez de repuestos se extendía en cascada a través de sus sistemas de fabricación.