La discriminación en México: una radiografía

29/10/2012 - 12:02 am

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” (Artículo 1º de la Declaración Universal de Derechos Humanos)

 

La semana pasada se presentó el Reporte sobre la discriminación en México 2012, auspiciado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y coordinado por nuestro compañero en SinEmbargoMX, Ricardo Raphael.

Este informe pretende hacer visibles una serie de “procesos sistemáticos, injustos y asimétricos que producen y reproducen la desigualdad de trato en la sociedad mexicana”.

Los datos incluidos a lo largo de todo el informe deberían preocuparnos y ser un verdadero llamado de atención para todos.

Este documento muestra con claridad que uno de los campos en donde el fenómeno de la discriminación y la exclusión subsisten con fuerza es en el de la justicia penal. La población recluida en nuestras cárceles, por citar solamente un ejemplo, obedece a un perfil muy marcado: mayoritariamente son personas de escasos recursos, entre 18 y 35 años, y con bajos niveles de educación.

En cuanto a la salud, sostiene que “la exclusión de los servicios de salud es un problema especialmente grave para grupos sociales históricamente discriminados. Quienes son más vulnerables por ser víctimas de prejuicios y estereotipos y tienen menos acceso a los recursos de salud, o las condiciones del sistema de salud les afectan de manera desigual, se enferman más y mueren antes que quienes se encuentran en posiciones sociales más privilegiadas”.

Según datos del propio CONAPRED, siete de cada diez mexicanos consideran que hay mucha discriminación en el país; y seis de cada diez personas creen que la riqueza es el factor que más divide a la sociedad. A la par, 44 por ciento de los mexicanos no estarían dispuestos a permitir que en su casa vivieran personas homosexuales; y 36 por ciento afirman lo mismo en el caso de personas con VIH/Sida.

Así, como resultado, en buena parte, de las grandes desigualdades que padecemos, la movilidad social es prácticamente nula, la economía crece mucho menos de lo que podría hacerlo, y la cohesión social está rota. La desigualdad y la discriminación también están relacionadas con el incremento de las adicciones, de las enfermedades mentales, el fracaso escolar o la mortalidad infantil.

Sin duda, la discriminación y la desigualdad son dos temas que deberían convertirse en prioritarios en la agenda pública nacional.

Como atinadamente señala el Reporte, “cuando la educación impartida por el Estado no multiplica las oportunidades, cuando la salud es un derecho ejercido por unos cuantos, cuando los tribunales juzgan en función de la apariencia física, la clase social o la edad, cuando los indígenas del país son siempre los grandes perdedores, en fin, cuando la sociedad mexicana sostiene un cierre social sistemático para excluir a la mayoría, el problema de la desigualdad deja de ser sólo económico para convertirse en un fenómeno más grave.”

Hay que reconocer que se ha avanzado en los últimos años, sin embargo lo que todavía queda por hacer es muchísimo y nos incumbe a todos. Empecemos por lo básico. Terminemos con las barreras existentes, que excluyen a buena parte de los mexicanos, y con los prejuicios que todavía subsisten dentro de la sociedad. Ese sería un primer paso gigantesco.

Twitter: @jose_carbonell

http://josecarbonell.wordpress.com

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