Los investigadores realizaron pruebas considerando siete síntomas: pérdida o cambio de olor, pérdida o cambio de sabor, fiebre, nueva tos persistente, escalofríos, pérdida de apetito y dolores musculares.
Madrid, 29 de septiembre (Europa Press).- Una nueva investigación, publicada en la revista PLOS Medicine por Marc Chadeau-Hyam y Paul Elliott, del Imperial College de Londres (Reino Unido), y sus colegas, ha comprobado que se puede utilizar un total de siete síntomas, considerados conjuntamente, para maximizar la detección de COVID-19 en la comunidad.
La detección rápida de la infección por SARS-CoV-2 en la comunidad es fundamental para garantizar un control eficaz de la transmisión. Cuando la capacidad de las pruebas es limitada, es importante utilizarlas de la manera más eficiente posible, lo que incluye el uso de los síntomas más informativos para la asignación de las pruebas.
En el nuevo estudio, los investigadores obtuvieron hisopos de garganta y nariz con resultados válidos de la prueba PCR del SARS-CoV-2 de un millón 147 mil 345 voluntarios de Inglaterra de cinco años o más. Los datos se recogieron en ocho rondas de pruebas realizadas entre junio de 2020 y enero de 2021 como parte del estudio REal-time Assessment of Community Transmission-1 (REACT-1) y se preguntó a los participantes sobre los síntomas que habían experimentado en la semana anterior a la prueba.
Se pueden utilizar 7 síntomas, considerados en conjunto, para maximizar la detección de COVID-19. https://t.co/8GLdR6KIT6
— Keszenman (@Keszenman) September 29, 2021
Se desarrolló un modelo basado en los datos obtenidos durante las rondas dos a siete, con siete síntomas seleccionados como predictivos positivos conjuntos de la positividad de la PCR: pérdida o cambio de olor, pérdida o cambio de sabor, fiebre, nueva tos persistente, escalofríos, pérdida de apetito y dolores musculares.
Los primeros cuatro de esos síntomas se utilizan actualmente en el Reino Unido para determinar la elegibilidad para las pruebas de PCR comunitarias. En la octava ronda de pruebas, el modelo resultante predijo la positividad de la PCR con un área bajo la curva de 0.77, y la realización de pruebas a personas de la comunidad con al menos uno de los siete síntomas seleccionados como predictivos positivos dio una sensibilidad, especificidad y valores predictivos positivos del 74 por ciento, 64 por ciento y 9.7 por ciento, respectivamente.
La modelización sugirió que el uso de los siete síntomas identificados para la asignación de la prueba PCR daría lugar a que entre el 30 por ciento y el 40 por ciento de los individuos sintomáticos en Inglaterra fueran elegibles para una prueba (frente al 10 por ciento actual) y, si todos los elegibles se sometieran a la prueba, daría lugar a la detección del 70 por ciento al 75 por ciento de los casos positivos.
“Con el fin de mejorar las tasas de detección de la positividad de la PCR y, en consecuencia, mejorar el control de la transmisión viral a través de medidas de aislamiento, propondríamos ampliar la lista de síntomas utilizados para el triaje a los siete síntomas que identificamos”, explican los autores.
“Estos hallazgos sugieren que muchas personas con COVID-19 no se someterán a pruebas -y, por tanto, no se autoaislará- porque sus síntomas no coinciden con los utilizados en la actual guía de salud pública para ayudar a identificar a las personas infectadas”, añade Elliott.
“Entendemos que es necesario establecer criterios claros para las pruebas, y que incluir muchos síntomas que se encuentran comúnmente en otras enfermedades, como la gripe estacional, podría hacer que las personas se autoaíslen innecesariamente –recomiendan–. Espero que nuestros hallazgos sobre los síntomas más informativos signifiquen que el programa de pruebas pueda aprovechar las pruebas disponibles, ayudando a optimizar la detección de personas infectadas”.