Durante una visita en Pachuca, Hidalgo, José Manuel Mireles, líder de las autodefensas de Michoacán, responsabilizó a la falta de interés del Gobierno en todos sus niveles de garantizar seguridad e impartir la justicia el surgimiento de autodefensas en su entidad y en otras partes del país, así como el que en algunos casos la detención de presuntos delincuentes terminen en linchamientos.
Tras enfatizar que los linchamientos no deben ocurrir en ningún lado, Mireles puntualizó que a causa de que las autoridades no cumplen con su labor de garantizar la seguridad y la aplicación de la ley, los civiles se ven obligados a armarse y enfrentar a la delincuencia.
Sinaloa/Ciudad de México, 29 de septiembre (RíoDoce/SinEmbargo).– José Manuel Mireles Valverde, líder de las autodefensas de Michoacán, reconoció que “no fue lo correcto” el que estos grupos hayan tomado la justicia en sus manos.
Durante una visita en Pachuca, Hidalgo, Mireles responsabilizó a la falta de interés del Gobierno en todos sus niveles de garantizar seguridad e impartir la justicia el surgimiento de autodefensas en Michoacán y en otras partes del país, así como el que en algunos casos la detención de presuntos delincuentes terminen en linchamientos, informó La Jornada.
“Los civiles no tenemos porque andar tomando la ley en nuestras manos. Lo que nosotros hicimos como autodefensas no fue lo correcto. Yo estoy bien convencido de que no fue lo correcto. Los civiles no tenemos por qué levantarnos en armas”, expresó cuando se le pidió su opinión sobre los linchamientos que se han registrado en Hidalgo y Puebla en las últimas semanas.
Tras enfatizar que los linchamientos no deben ocurrir en ningún lado, Mireles puntualizó que a causa de que las autoridades no cumplen con su labor de garantizar la seguridad y la aplicación de la ley, los civiles se ven obligados a armarse y enfrentar a la delincuencia.
“Estas cosas no deben pasar. Pero desgraciadamente el Gobierno no pone atención a este tipo de problemas y la gente se tiene que defender; y la gente que ya está harta, pues hay mucho coraje en muchas personas. Y si se juntan esos sentimientos y emociones, cuando agarran a alguien, pues se van a desahogar con el primero que agarren”.
Reiteró que no es culpa de la población “sino de las autoridades correspondientes; que cumplan con su deber; si su deber es proteger y servir; si su deber es vigilar y cuidar, estas cosas no deben suceder ni en Hidalgo ni en ninguna parte de la república”.
Invitó a la población a respaldar la promulgación de la llamada Guardia Nacional, que según explicó “es la única legalmente constituida en el articulo 73 fracción 15 de la Constitución para que cada colonia tenga su grupo de autodefensa”.
“Se pueden tener en cada colonia, cada barrio, cada comunidad pero con habitantes de esos lugares”.
Consideró que es el “error más grande” el que en Pachuca y otras partes del país sean reclutados policías de otros estados u otras ciudades. Eso según Mireles atenta contra la seguridad de la ciudadanía. “Por eso no se debe permitir que ni un velador provenga de otro estado”.
Por ello, dijo que lo mejor es formar guardias civiles con voluntarios originarios de las colonias, barrios o localidades.
Comentó que a partir del primero de diciembre, fecha en que Andrés Manuel López Obrador asumirá la Presidencia de la República, tiene esperanza de que las cosas mejoren en materia de seguridad e impartición de justicia
Mireles acudió a la ciudad de Pachuca a recibir un doctorado Honoris Causa por parte del grupo de Derechos Humanos Internacionales para América y Latina como reconocimiento por la lucha social que emprendió en 2013, según explicó el mismo fundador de las fuerzas de autodefensas de Michoacán.
SU LUCHA EN MICHOACÁN
Mireles decidió un 24 de enero de 2013 tomar las armas desde su rancho en Michoacán. Harto de que el cártel de Los Caballeros Templarios, derivado de La Familia Michoacana, les quitara sus cosechas, violara a sus hijas y esposas; armó a los suyos y emprendió una marcha pueblo por pueblo para expulsar a los criminales.
Ni las autoridades locales, altamente corrompidas; ni la Policía Federal, y ni aun el Ejército mexicano había logrado lo que un sólo hombre, el doctor Mireles, logró: unir a la gente de bien para enfrentar a los criminales.
Pero la rebeldía de Mireles se extendió, según algunos observadores, más de la cuenta. Un día decidió no desarmarse como se lo exigía el Gobierno federal, y eso le trajo la desgracia.
El 27 de junio de 2014, elementos federales lo detuvieron cerca del Puerto de Lázaro Cárdenas y lo acusaron de distintos crímenes, entre ellos el de posesión de droga.
Pasó meses incomunicado. Su primera abogada, Talía Vázquez, dijo en aquel momento que sus derechos fueron violados y que la droga que las autoridades dijeron encontrar en su camioneta fue colocada ahí ex profeso.
Para muchos fue una venganza del Gobierno por no someterse a sus exigencias. Muchos consideraron inverosímil que Mireles, quien se levantó contra un cártel de las drogas, ahora traficara. El pasado 17 de julio, finalmente fue absuelto de todo cargo.