A la amplia gama de crisis que enfrentamos a nivel mundial, sumamos la “crisis humanitaria”, personas que se mueven de sus lugares de residencia, que se separan de sus seres queridos, de sus raíces y dejan atrás su poco o mucho patrimonio. Los refugiados ocupan hoy como en otros momentos de la historia, un espacio en la agenda pública, al menos en el discurso.
Los datos duros siempre apuntan a atraer las miradas de los tomadores de decisión, el que se haya cuadruplicado en los últimos años la cifra de solicitantes de asilo en México y varios países de las Américas, puede ser hoy, una ventana de oportunidad para saber en dónde estamos parados y si el discurso político es congruente con el presupuesto público, la normativa y las políticas públicas.
Mucha de la tensión entre los líderes mundiales, se ubica en atender la situación de emergencia a través de la ayuda humanitaria, pero ¿Qué pasa con aquellas personas que son reconocidas bajo la condición de refugiados? ¿Qué ofrece el gobierno de México a las personas que a partir de su reconocimiento vivirán en el país? ¿Cuáles son las políticas de integración que se implementarán?
Es urgente que en el diseño de la política de protección internacional mexicana exista una proyección de las necesidades que deberá cubrirse con los nuevos refugiados reconocidos y con aquellos que ya llevan varios años viviendo en nuestro país y cuyo proceso de integración ha tenido muchas limitantes, como por ejemplo, las naturalizaciones.
En la reciente Cumbre celebrada en Nueva York sobre Refugiados y Migrantes, el Presidente Enrique Peña Nieto instó a la comunidad internacional; “México hace un llamado a la comunidad internacional a ser solidarios con los refugiados y procurar su integración a las comunidades de destino”, y presentó 7 acciones a favor de la atención a los grandes movimientos de refugiados y migrantes:
- Fortalecer el diálogo con autoridades de países de la región centroamericana, así como con Estados Unidos y Canadá, para actuar de manera corresponsable.
- Promover la inclusión socioeconómica de quienes son reconocidos como refugiados.
- Fortalecer los procedimientos de elegibilidad con base en estándares internacionales.
- Reforzar la presencia de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados en aquellos sitios donde se registra mayor número de solicitudes. “Por eso, incrementaremos en 80 por ciento el personal de la Comisión en los próximos meses”.
- Impulsar alternativas para evitar la detención administrativa de los solicitantes de refugio, en particular de niñas y niños. “Trabajamos para que ningún menor de 11 años se encuentre alojado en una estación migratoria”.
- Campañas informativas para difundir el derecho a solicitar refugio, con el apoyo de ACNUR y organizaciones de la sociedad civil.
- La aplicación de protocolos que identifiquen las necesidades de protección internacional para niñas, niños y adolescentes no acompañados o separados.
Si estas acciones van más allá de la retórica y en verdad se aplican estas acciones, podría avanzarse sustancialmente en los grandes retos que existen en materia de protección internacional en México, es un tema de presupuesto pero también de evaluar el buen funcionamiento de la estructura institucional y operativa encargada del tema. Finalmente uno de los pasos necesarios para la atención adecuada es la claridad conceptual, que en el punto seis de estas acciones no se identifica.
Hay largo camino por recorrer en el tema de asilo en México y en la consolidación de un proceso de reconocimiento de la condición de refugiados, que responda a los estándares más altos de respeto a los derechos humanos y en armonía con los marcos legales internacionales, y en respuesta a las necesidades de los solicitantes.
Sin fronteras en el marco de la celebración de su aniversario busca analizar, evaluar y documentar lo que han sido estos 20 años de trabajo en la agenda de asilo en México, contrastando momentos históricos que han sido hito para esta agenda, pero también de cara a las nuevas realidades de contexto que vivimos. La presentación del Informe “Evolución y Retos del Asilo en México”, se llevará a cabo este 30 de septiembre en el Instituto Mora. En verdad tenemos una tradición de asilo, de eso hablaremos y de los retos contemporáneos en la materia.