Empresas y empresarios… prontuario de noticias

Del entorno de los negocios…

Homologan salario mínimo. A partir del 1 de Octubre entrará en vigor un solo salario mínimo, para fijarse en 70.10 pesos en todo el país, según anunció la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y la Secretaría del Trabajo (Conasami). Queda pendiente la aprobación de la iniciativa de reforma constitucional para que el salario mínimo se desvincule de elementos inflacionarios. [Reforma]

La inversión física caerá 30 por ciento, al nivel más bajo del sexenio. La inversión física es clave para el crecimiento de una economía y no obstante, este rubro cayó con fuerza en el último año a su nivel más bajo en lo que va de este sexenio. La inversión física se refiere a los recursos que permiten a las empresas ampliar su producción, es decir el gasto en construcción, edificios, plantas, maquinaria y equipo. Esta reducción en la inversión física implica menor productividad, la cual se ha mantenido estancada en las últimas tres décadas, según los expertos. [El Economista]

El desempleo afecta a 4.7 por ciento de los mexicanos, reporta el Inegi. Con cifras originales, sin eliminar las distorsiones de calendario, la tasa nacional de desempleo fue de 4.7 por ciento, según el Inegi. De las 32 entidades federativas, 17 registraron proporciones de desocupación por encima de la media nacional. La informalidad laboral en el país subió de 57.7 a 57.9 por ciento de julio a agosto. [La Jornada]

De las empresas…

Audi trucó 2.1 millones de autos con software de Volkswagen. El fabricante de autos Audi admitió haber equipado 2.1 millones de autos con el software de la casa matriz Volkswagen, diseñado para falsear los controles de emisiones contaminantes de los motores diesel. La mayoría de estos autos se vendieron en Europa, incluyendo Alemania y 13,000 autos se vendieron al mercado estadunidense.   [CNN Expansión]

Subirán las palomitas y los nachos en los cines. La buena noticia es que el precio del boleto del cine no subirá, a pesar de que la mayoría de las películas que consumimos en México proviene de Hollywood, pero los industriales del cine están absorbiendo las presiones inflacionarias. La noticia no tan buena es que si se aumentarán los precios de las palomitas y el queso de los nachos, porque esos dos insumos son importados.   [Carlos Mota, El Financiero]

Columnas financieras

Enrique Campos Suárez  [El Economista] explica por qué la desaceleración y la Fed tensan el mercado cambiario en México. Esta es una de las peores combinaciones para la economía mexicana y para buen número de economías emergentes, porque hay una evidente baja en la actividad económica, al tiempo que se mantienen las presiones cambiarias. Hay razones para el espanto. Para México, la ralentización de la actividad económica estadunidense ha provocado una baja en las exportaciones, lo que implica que se reciben menos dólares y eso reduce la oferta interna del billete verde. Igual sucede con las ventas petroleras. Pemex vende menos y más barato y por lo tanto menos divisas que engrosen la oferta de dólares para ser cambiados por pesos. Mientras esto sucede, la expectativa de un pronto aumento de las tasas de interés en Estados Unidos y el nerviosismo que esto provoca, aumentan la demanda de dólares por parte de aquéllos que se han mantenido en pesos en diferentes instrumentos financieros. Entonces hay un desequilibrio en el mercado cambiario mexicano pues reduce su oferta de dólares al tiempo que aumenta su demanda. ¿Será la antesala de una de las bajadas más escalofriantes de la montaña rusa financiera en la que estamos desde hace un año?

 Angel Verdugo [Excélsior] lo dice de otra forma pero es lo mismo que muchos claman, la vuelta al Estado de Derecho. “Ya no le busquen; hay que aplicar la ley, antes de que sea tarde”. ¿Por qué no se da el crecimiento de la economía? ¿Por qué no se dan la inversión y la creación de empleos permanentes entre muchos de los problemas que enfrentamos? Por la simple y sencilla razón de que en los tiempos que corren, todos los problemas derivan de la falta de respeto a la ley, de la casi total inexistencia de un Estado de Derecho real y efectivo. Lo que explica en buena parte el desastre en que hemos convertido al país en los últimos 30 ó 40 años es el fortalecimiento de la cultura de la ilegalidad, del desprecio sistemático a la ley y la violación de la misma como cultura nacional, como la religión de todos los mexicanos. Si en verdad queremos enfrentar los problemas que parecen arrastrarnos inevitablemente a la debacle, hay que empezar por el origen del problema: la ausencia de la legalidad. ¿Lo entenderá el Presidente?

 Enrique Quintana [La Jornada] abunda en las razones por las que hay tanta desigualdad en México. Una de las mayores desigualdades que tenemos en México es la de los ingresos. De acuerdo con datos del Inegi, el ingreso mensual promedio por trabajador es de 9 mil 845 pesos y suena bien, pero detrás de la cifra hay fuertes contrastes entre sectores. Por ejemplo, el promedio de ingreso mensual en el sector agropecuario es de sólo 1 mil 45 pesos, poco menos de la mitad del salario mínimo legal. Por contraste, en el sector de servicios corporativos el promedio mensual es de 62 mil 880 pesos. El problema es que en este sector sólo hay poco más de 20 mil personas, en tanto que en el sector agropecuario son casi 7 millones de personas ocupadas. Es muy complicado que un país como México incremente su productividad sólo recibiendo grandes inversiones en el sector automotriz y aeronáutico. Que bueno y es deseable que haya más, pero lo que más se requiere es un esfuerzo como el que no se ha visto hasta ahora para impulsar la inversión y la productividad de las pequeñas y medianas empresas, en la agroindustria, en el comercio minorista y en todo tipo de servicios. Esta es una gran asignatura pendiente.

Enrique Galván Ochoa [La Jornada] hace el recuento del lunes negro para los mexicanos, o sea el día de ayer. Lunes 28 de septiembre. Golpe tras golpe. Primero lo del salario mínimo, donde unifican todas las zonas y queda un salario mínimo para todos de $70.10 pesos diarios. Casi una burla. Luego vino la decisión de la Comisión de Cambios, integrada por Hacienda y Banco de México,  de continuar las subastas de dólares a lo largo de octubre y noviembre, a razón de 400 millones de dólares diarios, por lo que ahí perderemos otros 15 mil millones de dólares de nuestras reservas internacionales, con el sólo objetivo de venderles a los ricos dólares baratos para los revendan. La mecánica es simple: venden dólares baratos a los bancos y los banqueros los revenden más caros. La teoría es que se trata de inyectar liquidez al mercado para detener la devaluación, pero a la vista están los resultados: el dólar ayer a 17.40. En menos de lo que acordemos, habremos perdido 30 mil millones de dólares, con lo cual se podría haber construido cuatro refinerías de petróleo.

Alejandro Legorreta [Columnista invitado, Reforma] toma el teclado (antes se decía toma la pluma) y nos enfrenta con una terrible frase, por su sentido tan devastador: “El poder de infección de la corrupción es más letal que el de las pestes”, atribuida a Augusto R. Bastos. Luego nos narra lo que hacían en Brasil durante el pico de los escándalos recientes: aplaudían a los corruptos. Se hizo la costumbre de empezar a aplaudir cuando un político o seudoempresario corrupto llegaba a comer a un restaurante. En un país como México, con los niveles de impunidad más altos del mundo y donde la justicia tiene carencias profundas, la corrupción es funcional para resolver problemas particulares. El moche, el donativo, vender el voto, etc. La corrupción es un campo donde la influencia, la mentira y el oportunismo florecen a expensas de la libertad económica, la legalidad y la igualdad de oportunidades. El político rancio gana la elección con mil trucos y nos quita la posibilidad de que los ciudadanos tengamos mejores gobernantes. La familia en pobreza sobrevive otra quincena, pero vende su voto porque es vulnerable. El denominador común de los pactos de impunidad es un acuerdo entre las personas involucradas para tolerar y no denunciar actos de corrupción, a cambio de ser parte de la red de beneficiarios de conductas ilícitas. La corrupción nos daña a todos, más allá de los 341 mil millones de pesos y los 481 mil empleos sacrificados que nos cuestan anualmente, pero además hay costos sociales que pagamos a diario. ¿Quién se atreve a aplaudirle a los corruptos cuando los veamos?

Editor

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