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Rubén Martín

29/08/2021 - 12:04 am

52,004

52,004 no es sólo un número. Detrás de cada de una de estas personas hay una familia que está buscando a una hija, un hermano, una madre, un esposo.

Esta es la dimensión de la guerra informal que padecemos, de la barbarie sobre la que estamos parados. Foto: Adolfo Vladimir, Cuartoscuro.

Este es el número de personas fallecidas que permanecen sin identificar en México. 52,004 no es sólo un número. Detrás de cada de una de estas personas hay una familia que está buscando a una hija, un hermano, una madre, un esposo. 52,004 es la magnitud de la tragedia que asola a México, una tragedia nacida de la descomposición del Estado y de la violencia organizada que usan los poderes fácticos en este país para mantener sus privilegios, sus ganancias y su dominación. 52,004 simboliza la barbarie sobre la que estamos parados en este momento.

La cifra es producto de una investigación coordinada por el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM), una red integrada por 74 colectivos de familias organizadas que buscan a sus desaparecidos en todo el país, y producto de esta investigación presentaron el pasado jueves 26 de agosto el informe “La Crisis Forense en México: más de 52 mil personas fallecidas sin identificar”.

Ya antes el Gobierno mexicano reconocía que vivimos una crisis forense cuando hace dos años reconoció que en México había más de 38 mil personas fallecidas sin identificar. Ahora desde el MNDM se llega a una cifra aún más grande: 52,004. Con todo, subrayan los redactores del informe, la cifra es mínima, pues se recuerda que en el país los servicios forenses no suelen ofrecer información confiable, y además porque no todos los servicios forenses de los estados del país ofrecieron información.

El informe es el diagnóstico más certero y más profundo de la crisis forense que sacude al país y que desgarra la vida de las familias que están buscando a sus hijos desaparecidos.

En el informe se cuestiona el deficiente resguardo de las personas fallecidas sin identificar que hay en el país. Del total, 31 mil 488 (60.55 por ciento) están en una fosa común, es decir resguardos municipales o estatal que muchas veces hacen un manejo inadecuado de los restos humanos, como ocurrió con las fosas de Tetelcingo, Morelos.

En los servicios médicos forenses de los estados se resguardan 3 mil 641 cuerpos que equivalen a  7 por ciento del total. 2 mil 738 cuerpos (5.72 por ciento) fueron entregados a universidades para prácticas médicas, mil 365 fueron cremados en Jalisco, lo que equivale a 2.62 por ciento del total. Finalmente, más de 11 mil 806 (22.7 por ciento del total) no se sabe donde se encuentra, lo que da idea no sólo de la crisis, sino del caos y descuido con que la burocracia maneja los cuerpos sin identificar de estas personas fallecidas.

El MNDM identifica dos causas estructurales como factores de esta profunda crisis forense en México: “Por un lado, un incremento notorio en los niveles de violencia a partir del año 2006 que coincide con el cambio de la política de seguridad pública, llevando a las fuerzas armadas a realizar tareas de seguridad pública para combatir a la delincuencia organizada. Por el otro, una marcada incapacidad del Estado, y concretamente, de los servicios forenses, para responder a las necesidades crecientes de identificación humana”.

Un factor adicional que complica aún más la identificación de miles de cuerpos es la calidad con la que se asesina en México: no sólo es alta cantidad de homicidios dolosos que deja como secuela la guerra informal en el país, sino también los esfuerzos que grupos criminales o de fuerzas de seguridad publicas por desaparecer cuerpos sin dejar rastro. En algunos casos se pretende deshacer cuerpos con químicos, otras desmembrando y en otras, depositándolos en fosas clandestinas.

Según cifras oficiales, se recuerda en el informe, de 2006 a diciembre de 2020, 5 mil 579 personas fueron inhumadas ilegalmente en fosas clandestinas. Se trata de poco menos del 10 por ciento del total de personas fallecidas sin identificar (52,004) “pero es uno de los fenómenos que contribuye a los bajos porcentajes de identificación de personas fallecidas que ingresan a los servicios forenses del país”.

“De las 2 mil 395 personas recuperadas de fosas clandestinas entre diciembre de 2018 y diciembre de 2020, solamente se identificaron 935 y, de ellos, 521 fueron devueltos a sus familiares. Es decir, el 61 por ciento de los cuerpos exhumados de fosas clandestinas en ese período permanecen sin ser identificados. En el estado de Jalisco, según fuentes oficiales, sólo el 28 por ciento de los ‘cuerpos, osamentas e indicios de restos humanos’ hallados en fosas clandestinas en el período 2009-2020 ha sido identificado”, se cita en el informe.

Pero si la violencia puede ser de fuerzas públicas o de actores privados, la otra causa de la crisis forense es completamente responsabilidad del Estado. Se trata de lo que el informe llama “falta de capacidades institucionales para la identificación” entre las que se incluyen falta de personal calificado, falta de recursos técnicos y presupuestarios; diseño institucional inadecuado para el trabajo efectivo de los servicios forenses; uso deficiente de la genética con fines de identificación; uso deficiente de bases de datos; deficiencias para restituir a las personas identificadas a sus familias e información deficiente y poca transparencia.

El informe del MNDM repasa las tareas que ha intentado el gobierno federal y algunas iniciativas que han ensayado gobiernos locales, pero todas en conjunto sin dar una respuesta satisfactoria para resolver la crisis forense que existe en el país.

Entre el conjunto de medidas el MNDM tiene fundadas esperanzas que de resultados el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense propuesto y aceptado por el gobierno mexicano desde 2019. El Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense tendrá un Grupo Coordinador de siete expertos (nacionales o extranjeros) nombrados por agencias de derechos humanos de la ONU. El mecanismo será presentado el lunes 30 de agosto, que es el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

Esto es así porque las organizaciones de familiares de personas desaparecidas están convencidas de que la crisis forense está relacionada con la crisis de personas desaparecidas. Basta hacer una simple asociación: existen 52,004 cuerpos sin identificar y casi 90 personas desaparecidas. Si el Estado identificara a la mayoría de los cuerpos fallecidos bajo su resguardo, se encontraría a muchas de las personas reportadas como desaparecidas. Con acierto el MNDM sostiene que la forense y la de desapariciones son una misma crisis.

Pero aún así hubiera voluntad del Estado para atender esta crisis, la tarea no será ni sencilla ni rápida. Yolanda Morán, fundadora de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos México (Fundem) y una de las voceras del MNDM declaró que la identificación de todos los cuerpos podría durar hasta 20 0 30 años. Esta es la dimensión de la guerra informal que padecemos, de la barbarie sobre la que estamos parados. Más vale que empecemos desde ahora.

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: [email protected]

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