Luego de causar pocos daños en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, el huracán se enfiló hacia Estados Unidos, y los meteorólogos advirtieron que con las aguas cálidas se fortalecerá más al acercarse.
Se prevé que la tormenta categoría 1 siga creciendo hasta llegar a la potencialmente catastrófica categoría 4 con vientos de 209 kilómetros por hora, y golpee a Estados Unidos este domingo, entre los Cayos de Florida y el sur de Georgia.
Por Freida Frisaro y Adriana Gómez Licón
Miami, 29 de agosto (AP).- Los habitantes de Florida agotaron el agua embotellada de los supermercados e hicieron fila en las gasolineras el jueves a medida que el huracán Dorian se acerca al estado.
Luego de causar pocos daños en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, el huracán se enfiló hacia Estados Unidos, y los meteorólogos advirtieron que con las aguas cálidas se fortalecerá más al acercarse.
Se prevé que la tormenta categoría 1 siga creciendo hasta llegar a la potencialmente catastrófica categoría 4 con vientos de 209 kilómetros por hora (130 millas por hora), y golpee a Estados Unidos el lunes en alguna parte entre los Cayos de Florida y el sur de Georgia, una franja de 800 kilómetros (500 millas) que refleja el elevado nivel de incertidumbre en este momento, indicó el Centro Nacional de Huracanes.
“Si toca tierra como un huracán categoría 3 o 4, eso es un gran problema”, dijo Brian McNoldy, investigador de huracanes de la Universidad de Miami. “Mucha gente se verá afectada. Va a haber muchas reclamaciones a las aseguradoras”.
El Presidente Donald Trump canceló su viaje del fin de semana a Polonia y declaró que Florida “va a estar totalmente lista”.
Como la ruta de la tormenta no está del todo clara, no se ordenaron evacuaciones masivas.
A lo largo de la costa este de Florida, los gobiernos locales comenzaron a distribuir costales de arena, los consumidores se apresuraron a almacenar alimentos, madera para tapiar ventanas y otros suministros de emergencia, y los automovilistas se proveyeron de gasolina. Se reportó algo de escasez de combustible en el área de Cabo Cañaveral.
Josefine Larrauri, una traductora retirada, acudió a un supermercado Publix en Miami y encontró las repisas vacías en la sección del agua, y los empleados no sabían cuándo recibirían más cajas.
“Me siento impotente porque toda la costa está amenazada”, afirmó. “¿Qué caso tiene ir hasta Georgia si podría tocar tierra allí?”
Tiffany Miranda, de Miami Springs, hizo una fila de más de 30 minutos en BJ’s Wholesale Club en Hialeah para adquirir suministros en caso de un huracán. Había unos 50 vehículos en la cola, aguardando para llenar su tanque en las 12 bombas de gasolina de la tienda.
“Uno nunca sabe con estos huracanes. Podría ser bueno; podría ser malo. Simplemente hay que estar preparado”, afirmó.
Para la tarde del jueves, el vórtice de Dorian se ubicaba a unos 535 kilómetros (220 millas) al este de las Bahamas, con vientos de 140 km/h (85 mph) y se desplazaba en dirección noroeste de 20 km/h (13 mph).