La presidenta del colectivo de Chilpancingo, Guadalupe Rodríguez Narciso, madre del abogado desaparecido el 4 de junio del 2014 en Chilpancingo, Josué Molina Rodríguez, pidió que el Gobierno de López Obrador no los defraude “porque si llegaron al poder es por este dolor” y porque creen que habrá justicia.
Señaló que muchos padres y madres están enfermos por tanto coraje y dolor. Por eso, dijo las familias de las víctimas exigen al nuevo Gobierno verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Por Karina Contreras
Acapulco/Ciudad de México, 29 de agosto (El Sur/SinEmbargo).- En un ambiente de dolor y con voz llorosa, las madres de víctimas de desaparición y de la violencia pasaron al micrófono para exigir justicia al futuro Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y le dijeron que si habían llegado ahora al poder, era en gran parte por el dolor de las víctimas.
Durante el “Foro Escucha Acapulco. Por la pacificación y reconciliación nacional” el futuro Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas Rodríguez, escuchó los reclamos de justicia para las víctimas de asesinato y desaparición forzada en Guerrero.
Durante la plenaria, que se dio antes del inicio de las mesas de trabajo, la presidenta del colectivo de Chilpancingo, Guadalupe Rodríguez Narciso, madre del abogado desaparecido el 4 de junio del 2014 en Chilpancingo, Josué Molina Rodríguez, pidió que el Gobierno de López Obrador no los defraude “porque si llegaron al poder es por este dolor” y porque creen que habrá justicia.
“Si llegaron al poder fue por todo el dolor, este baño de sangre que hay en toda la República. Por eso decidimos apoyarlos porque ya no tenemos otra esperanza, porque el gobierno en turno ha sido de impunidad, ha sido corrupto y ligados al crimen organizado, ya no sabemos quiénes son los sicarios y quiénes son nuestros gobernantes”. Dijo que son cuatro años que le han cerrado el acceso a la justicia, que “me han negado una denuncia en todos los lugares”.
Aseguró que ha sido revictimizada porque “no tan solo he tenido que investigar y aportar lo que yo he investigado acerca de mi hijo, sino que me han amenazado, me han seguido y me han querido levantar, pero el dolor que llevó se ha convertido en un coraje al grado de exponer mi vida y la de mi familia, pero el grito de dolor y de coraje no lo podemos ocultar”.
Añadió con sollozos que hay muchos padres y madres a quienes les negaron el acceso a la justicia y que llevan años esperando que “nos reciban la investigación, porque nosotros somos los que investigamos y estamos hasta la madre y por eso le pedimos a este nuevo Gobierno que no nos defraude”.
Señaló que están enfermos por tanto coraje y dolor “he luchado cuatro años para encontrar a mi hijos y aún cuando he aportado todas las pruebas no he encontrado justicia”. Dice que salen a investigar pero no saben si van a regresar. Al nuevo Gobierno les demandan verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Acusó al gobernador Héctor Astudillo de criminalizarlo y no darles resultados, pero además los hizo a un lado de identificación de cadáveres que están en la Semefo, “solo aceptó dos grupos de colectivos y a cuatro o cinco nos invitaron”.
Aseguró que mientras no encuentre a su hijo nadie la va callar y con un llanto desgarrador expresó: “Al mundo entero le grito que quiero justicia para mí, para los 43 de estudiantes y los miles y miles de desaparecidos. Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos. Hijo, escucha, tu madre esta en la lucha”.
Mientras que la viuda de Armando Chavarría Barrera, Martha Obezo, aseguró que toda esa descomposición social no estuviera la nivel que está si no hubiera ocurrido el descabezamiento de uno de los tres poderes en el estado, en referencia al asesinato de su esposo hace nueve años. Le dijo a Alejandro Encinas que estuvo presente en las exequias y que los abrazo. Le recordó que él ha visto como el expediente ha sido mutilado y cómo ha sido revuelto.
Indicó que todos son crímenes de altísimo impacto social y donde el 99 por ciento quedan impunes y la Fiscalía se debería llamar “Fiscalía de carpeteria por los miles de casos sin resolver”. Pidió a Alejandro Encinas que ese asesinato no quede en la impunidad así como la desaparición de los 43 y los miles de casos porque Guerrero necesita justicia, es un reclamo generalizado.
“Pido justicia no solo para mi esposo asesinado sino para quien tenía la representación del poder popular, no era un diputado más o político más. En Guerrero no se toca a los poderosos, Zeferino Torreblanca Galindo goza de total impunidad, nadie quiere tocarlo, ha habido nueve fiscales y no pasada nada”, dijo.
Indicó que al nuevo gobierno no le van a entregar un cheque en blanco sino que van exigir justicia.
Mientras que Norma Mesino pidió justicia para sus dos hermanos, Miguel y Rocío Mesino, porque ya no quieren que los casos de impunidad se acumulen todos los días, pues esa impunidad que hay en el país ha permitido que muchos hogares haya luto y muchos no encuentren a sus familia, por eso exigen justicia. Que la federación investigue y castigue a los culpables, “queremos justicia, pero con la verdad, ni perdón ni olvido”.
Mientras que Margarita López Pérez preguntó que dónde estaban las garantías que todas las madres deben tener y narró que su hija fue secuestrada en Oaxaca, donde fue torturada, violada y decapitada. Aseguró que están cansadas de todas las organizaciones y colectivos vividos que viven a costillas del dolor, “queremos ser atendidos de manera personal”. Se quejó de que si no se pertenece a un colectivo no son atendidas y lo que quieren es justicia para sus hijos.
Mientras que la hija de Ranferi Hernández también pidió justicia y verdad así como castigo caiga quien caiga, pues “ya basta de simulación y queremos las cosas bien”.
Por su parte, el vocero del colectivo Siempre vivos de Chilapa, José Díaz Navarro, expuso el caso de sus hermanos asesinados en noviembre del 2014 en municipio de Quechultenango, donde criticó que Néstora Salgado ha sido postulada para senadora porque dijo que sus hermanos eran delincuentes.
Señaló que son víctimas del crimen organizado y “aquí están unos paisanos de Marcos Matías que se ostentan como indígenas, pero son los peores asesinos, porque ellos les cortaron las manos a mis hermanos vivos, los decapitaron, los torturaron, los quemaron y las cabezas están en Quechultenango, a tres cuadras del Ayuntamiento”. Dijo que si no hay justicia no puede haber perdón ni olvido.