El paisaje es más triste y grave que antes. Los cálculos oficiales y no oficiales identifican que durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto se sumaron a la tragedia de la pobreza, tres millones de mexicanos. Y eso, aun cuando los únicos tres compromisos firmados por el Presidente en campaña, que concernían a este mal, fueron cumplidos. La contradicción, especialistas consultados la explican en el hecho de que se trataba de promesas poco efectivas, sin ningún objetivo específico y con un alto contenido de demagogia.
Este diario digital monitoreó el grado de cumplimiento de las promesas hechas por Enrique Peña Nieto en la campaña de 2012, ante Notario Público. Identificó 13 que concernían a la población en situación vulnerable. Ahí estaban los mexicanos con capacidades diferentes, los adultos mayores y quienes padecían pobreza.
Para quienes vivían con alguna discapacidad y los adultos mayores, no hubo cumplimiento. Ni inclusión, ni nuevas oportunidades, nada. Para quienes padecían pobreza, sí hubo, y mucho. Peña Nieto atacó la pobreza con guerra de cifras, cambios en la nomenclatura del programa Prospera –antes Oportunidades–, una Cruzada Nacional contra el Hambre con gasto multimillonario en difusión, cuatro titulares en la Secretaría de Desarrollo Social –más que en ninguna otra dependencia– y el letargo en el anuncio de la política pública.
Ciudad de México, 29 de agosto (SinEmbargo).– En materia de pobreza y beneficios para los más vulnerables, el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto incumplió con los compromisos planteados, y de acuerdo con analistas, manipuló incluso las cifras para entregar resultados acordes con sus promesas.
De los 13 compromisos planteados en materia de pobreza y atención a personas en situación vulnerable, la Administración sólo logró concluir cuatro, de acuerdo con la observación sistemática de este diario digital durante el sexenio que ahora expira.
Enrique Peña Nieto logró cumplir compromisos relacionados al programa Oportunidades –que se basaban en continuarlo-, el seguro de vida para jefas de familia o los vales de medicina en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y Seguro Popular, pero dejó fuera promesas como la pensión para los mexicanos de 65 años en adelante (que sólo se entrega de forma bimestral en algunos estados), y todas las promesas de inclusión para personas con discapacidad.
La Cruzada Nacional contra el Hambre que instrumentó Rosario Robles Berlanga a inicios del sexenio, cuando fue Secretaria de Desarrollo Social (2012-2015) no logró abatir los índices de pobreza. Por el contrario, ese mal se incrementó en dos millones de individuos, según los cálculos más conservadores que provienen del mismo Gobierno. Hay estudiosos que sostienen que el incremento de pobres durante el peñanietismo fueron más.
Aunque el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que la pobreza pasó de 55.3 millones de personas a 53.4 millones en el periodo de 2014-2016, Julio Boltvinik Kalinka, investigador de El Colegio de México (Colmex), afirmó en entrevista con SinEmbargo que esa cifra fue manipulada a través del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), por lo que el sexenio no puede ser evaluado correctamente.
Boltvinik calculó que en los primeros 21 meses de gestión de Peña Nieto se añadieron unos dos millones al universo de la pobreza, en promedio 105 mil cada mes, si se considera el índice laboral del Coneval.
Luego, con el arribo de José Antonio Meade Kuribreña a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), se hicieron encuestas “a la medida”.
“Meade es el gran mentiroso de toda esta historia. Llegó a hacer unas campañas gigantescas de la cartilla social e información a los pobres, para cuando llegara la siguiente encuesta declararan bien cuál era el ingreso que recibían del Gobierno federal”, explicó.
El investigador agregó que Meade Kuribreña influyó en el nombramiento de Julio Santaella Castell como presidente del Inegi, quien cambió el procedimiento de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) para lograr que los números arrojaran un descenso en la pobreza.
“En 2015 el Inegi levantó la encuesta a pesar de no ser año par. La instrucción fue que todos los hogares que tuvieron un ingreso bajo, se regresaba a los hogares tantas veces necesarias hasta que ese ingreso rebasara. El Coneval dijo: ‘estos datos son inaceptables, no es comparable’ y esa encuesta se tiró a la basura. En 2016 hicieron un pacto: Santaella quiso seguir usando su procedimiento y el Inegi le dijo al Coneval: ‘no te preocupes, yo te hago un modelo estadístico y lo cocina a su gusto para que le salga lo que políticamente quieren que salga’”, explicó.
Con el cambio en el procedimiento de campo, se aumentaron “artificialmente” los ingresos en los hogares mexicanos a través, incluso, de presionar psicológicamente a los declarantes para que dijeran que recibían ingresos más altos.
“Está muy mal hecho ese modelo. El Coneval lo usó y le bajó tantito la pobreza entre 2014 y 2016. Bajó lo suficiente como para que la evaluación de todo el sexenio Peña pudiera decir que entre 2012 y 2016 bajó la pobreza en México”, explicó.
LAS CIFRAS, RESULTADO DE LA ENCUESTA “INFLADA”
De acuerdo con el Coneval en 2016 el 43.6 por ciento de la población resultó en situación de pobreza, un ligero descenso respecto a 2014 cuando la encuesta arrojó que 46.2 por ciento se encontraba en esa condición.
En millones de personas de acuerdo con la medición en 2016 había 53.4 millones de pobres, mientras que en 2014 había 55.3. Es decir, hubo una disminución de un poco menos de dos millones de personas en situación de pobreza.
Según el compendio estadístico del Coneval en 2012, cuando llegó Peña Nieto al poder, el 45.5 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza y para la siguiente medición, en 2014 el porcentaje se incrementó a 46.2.
En 2014, la pobreza moderada también tuvo un incremento pues pasó de 35.7 por ciento en 2012 a 36.6 por ciento, mientras que la pobreza extrema tuvo un descenso imperceptible al pasar de 9.8 a 9.5 por ciento.
Pero en 2016 las cifras indican una caída en todos los rubros: en pobreza moderada pasó de 36.6 por ciento en 2014 a 35.9 por ciento; y en pobreza extrema de 9.5 a 7.6 por ciento.
Sin embargo, la población vulnerable por carencias sociales creció. En 2014 era de 26.3 por ciento y para la siguiente medición, en 2016, creció a 26.8 por ciento.
“Esos son datos inventados, no son reales. Cada quien puede hacer un modelo estadístico y lo cocinan. No tenemos datos confiables de 2016 y no podemos decir con precisión matemática qué pasó. Lo que yo he hecho fue hacer un cálculo alternativo: en lugar de usar los ingresos, uso los gastos y la pobreza en lugar de bajar entre 2014-2016 sube. El Inegi cocinó la parte de esa encuesta de ingresos y en la de gastos está más claro, el cuestionario es más largo. Ahí quedó desnudado el blof del Inegi”, argumentó.
Nicolás Loza Otero, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), opinó que no hay grandes novedades entre la política social de Peña Nieto y la de gobiernos anteriores que no se distinguieron del programa de combate a la pobreza que diseñó el ex Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
“Su programa es el mismo que se ha aplicado en estos sexenios. No se ha propuesto bajar los niveles de pobreza, sino romper la transmisión intergeneracional de la pobreza. Ellos creen que entregando dinero a las familias pobres, a cambio de compromisos en salud y educación se podría lograr que las futuras generaciones tengan más salud y educación y salir de la pobreza”, explicó el especialista.
Loza Otero agregó que durante la administración de Peña Nieto hubo una reducción de la pobreza extrema, pero no de la pobreza moderada.
“A la luz de esas cifras, al parecer y sin duda alguna hubo una reducción de la pobreza extrema pero no hubo una reducción en la población de la pobreza moderada, sino que un incremento muy ligero en pobreza moderada. El éxito y el desempeño de los programas de combate a la pobreza fue moderado, lo cual es coherente con el crecimiento de la economía”, dijo.
El éxito en reducción de la pobreza extrema tiene que ver, añadió, con la implementación de la política diseñada a inicio del sexenio de “hambre cero”.
LA POBREZA AUMENTÓ EN EL SEXENIO
Julio Boltvinik desarrolló entre 1989 y 1992 el MMIP, un método multidimensional de medición de la pobreza que fue utilizado como método oficial durante el periodo de 2008-2012 por Evalúa DF, el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del Gobierno del DF.
De acuerdo con el MMIP la pobreza durante el sexenio de Peña Nieto se incrementó.
“Cuando uno mide el gasto no hay baja. En 2014 y 2016 se parecen mucho y el alza 2012 y 2014 se mantendría hasta 2016. Los ingresos entre 2014 y 2016 en billones de pesos de todos los hogares del país fueron de 1.26 billones en 20014 a 1.48 billones en 20016, según la parte de ingresos de la ENIGH, la inflada”, explicó.
Pero cuando se analiza la parte del gasto, agregó, pasó de 1.1 a 1.1 billones de pesos en ese mismo periodo de tiempo. Sin embargo, cuando se saca el gasto per cápita, disminuye levemente en 2016.
“Resulta que con 1.5 billones de ingresos el gasto sólo fue de 1.15. Hubo un ahorro gigantesco en los hogares, más capaces de ahorrar que nunca. La mentira se desploma”, dijo.
Julio Boltvinik asegura en un capítulo que aún no ha sido publicado y que prepara para una colección que se publicará próximamente en una plataforma digital que las metas de reducción de la pobreza, como las de “rezago escolar y otras similares, deberían fijarse en número absoluto de personas. Así como nos resulta intolerable que crezca el número de personas con rezago escolar, debería sernos también intolerable que aumente el número de pobres. Una sociedad en la cual esto ocurre, es una sociedad que produce cotidianamente pobreza”.
Según cálculos del investigador entre 2012 y 2014 la indigencia, la pobreza intensa y la pobreza moderada fueron a la alza.
Los datos que arroja su análisis a través del MMI indican que en 2012 había 35.50 millones de personas en la indigencia y para 2014 el número subió a 36.48 millones.
En 2012 un total de 24.66 millones de personas vivían en pobreza intensa, y para 2014 se habían sumado cuatro millones a este rubro al subir a 28.66.
En pobreza extrema, una suma de indigencia y pobreza intensa, el número se incrementó de 60.16 millones en 2012 a 65.13 en 2014.
De acuerdo con la medición de Boltvinik entre 2012, cuando asumió el poder Peña Nieto, y 2014, hubo un incremento de casi cuatro millones de pobres al pasar de 96.36 millones a 100.5.
Esas cifras fueron las que encendieron las alarmas en el Gobierno federal y desencadenó, según el investigador, la estrategia para maquillar e inflar los datos y obtener así una encuesta a la medida de una administración que fracasó en su compromiso de mejorar las condiciones económicas de los mexicanos. Una encuesta del tamaño del fracaso para simular un ligero avance.