Juan Gabriel falleció ayer a las 11:30 horas “pacíficamente”, confirmó su publicista Arturo De la Mora a The Associated Press sin proporcionar detalles. La noche del viernes, “El Divo” cantó durante dos horas y 40 minutos para 17 mil 500 de sus fans en el Forum de Los Ángeles, que sin saberlo, disfrutaban del último concierto del cantautor mexicano. Sin embargo, ayer fueron sus fans quienes le cantaron a “Juango”. En Juárez cientos a capella entonaron “Amor eterno”, mientras en la plaza de Garibaldi, en la Ciudad de México, frente a su imagen decenas cantaron con mariachi varios de sus temas.
Ciudad de México, 29 de agosto (SinEmbargo).- Que no nació para amar, decía; que nadie había nacido para él. Que era un loco soñador nomás. Pero ese loco soñador, Juan Gabriel, logró construir una de las carreras artísticas más importantes en la historia de la música mexicana; una llena de reconocimientos y, sobre todo, de aceptación popular.
Alberto Aguilera Valadez, de 66 años, nació pobre en Parácuaro, Michoacán el 7 de enero de 1950. De muy joven se trasladó a Ciudad Juárez, en donde empezó, en el mítico Noa Noa, su carrera como cantante y compositor. Murió ayer, sorpresivamente –porque no era conocido que tuviera alguna enfermedad–, en Santa Mónica, Estados Unidos. Cantó al amor y al desamor. Brilló en el Palacio de Bellas Artes hace ya más de dos décadas y hacía, con su enorme don, cuanto quería: daba un concierto tras otro, se comprometía –y cumplía– a giras extenuantes. En los palenques, la gente lo escuchaba de pie porque era imposible no contagiarse de tanta energía; en los espacios más grandes, como en el Auditorio Nacional, era capaz de mantener a miles cantando durante cuatro, cinco, seis horas. No escatimaba.
Sus canciones estaban cargadas de tristes recuerdos, de amores dolidos y eternos, de ruegos (“…pero no me dejes nunca, nunca, nunca, te lo pido por favor”) y de sufrimiento (“hasta que te conocí, vi la vida con dolor”), pero él era un hombre vibrante que se ancló a la gente y le dio la espalda a las televisoras. Juan Gabriel no fue un hombre de entrevistas, de programas televisados, de codearse con los reyes de las cadenas o del espectáculo. Era, más bien, un hombre solitario, de acuerdo con distintos testimonios y con algunas entrevistas. “Ahora pienso en ti mucho más que ayer, pero mucho más”, cantaba. “Y muy tarde comprendí que no te debería amar […]. Yo jamás sufrí, pero desgraciadamente era una noche como esta cuando te encontré”, lloraba las rancheras, los boleros, con músicos norteños y hasta con huapango; con salsa o con su querido mariachi Arriba Juárez o con banda sinaloense.
Era un artista versátil y un huracán en el escenario y, en corto, un hombre más bien tímido, reservado. Y en un mundo en el que ser homosexual provoca discriminación, rechazo y humillaciones, él optó por llevar sus asuntos personales en privado. Aunque alguna vez dijo, a la pregunta expresa de si era gay: “Lo que se ve no se pregunta…”.
Alberto Aguilera, o Juan Gabriel, fue una figura fundamental de la música popular latinoamericana de los últimos 50 años. Como compositor fue prolífico, y quizás sólo pueda competirle, del siglo XX, artistas como Agustín Lara o José Alfredo Jiménez. Casi todo lo que compuso se cantó en las calles; vendió millones de discos y ganó cuanto premio es posible ganar. Era un promotor incansable de lo mexicano. Para muchos críticos, no hubo un mayor impulsor de la música regional como él. Sumó músicos de todo México a sus giras y tuvo una gran conciencia, siempre, de los estilos y las formas: combinó tanto como quiso y al final quedó una sola cosa: él. Su voz, poderosa, no era extraordinaria en términos de la ortodoxia pero sonaba a cantina, a pueblo, a barrio, a vecindad. A gente de verdad. De allí su gran arrastre.
HOMENAJE EN BELLAS ARTES
En 1990, “Juanga” rompió todos los estándares al presentarse durante tres noches seguidas en el Palacio de Bellas Artes -recinto reservado generalmente para la ópera, la orquesta y el ballet-, y a donde volvió en el 2013 para celebrar 40 años de carrera con “Mis 40 en Bellas Artes”. En ese recinto se prevé sea su último adiós.
Así lo informó ayer el Secretario de Cultura Rafael Tovar y de Teresa, quien anunció que el Presidente Enrique Peña Nieto le instruyó “abrir las puertas de Bellas Artes para un homenaje a Juan Gabriel”. Se espera únicamente la confirmación de su familia.
Además, el Alcalde de Ciudad Juárez, Javier González Mocken, informó que también se realizará un acto en esa ciudad para recordar a Juan Gabriel.
Sin embargo, decenas de seguidores de “El Divo” no quisieron esperar más tiempo y se aglutinaron ayer por la tarde frente a la casa del cantautor en esa ciudad fronteriza.
“Amor eterno e inolvidable”, cantaron a capella dos jóvenes frente a la residencia. La canción que fue entonada cientos de ocasiones en cantinas y serenatas, pero también en velorios y panteones, fue coreada por los fans de “Juanga” mientras lloraban su muerte.
En la Ciudad de México, decenas de personas acudieron a la plaza Garibaldi y también al Tenampa -una histórica cantina de esa zona de la capital- para llevarle flores a la imagen de “El Divo” y para cantar sus canciones, acompañados de mariachi, a los pies de su estatua.
MÉXICO LLORA A “EL DIVO”
Apenas se confirmaba la noticia de la muerte de Juan Gabriel, y cientos de usuarios en las redes sociales comenzaron a inundar Twitter y Facebook con mensajes para mostrar su asombro, pero sobre todo su pena por una muerte que para muchos, llegó demasiado pronto. Las condolencias llegaron también de políticos y artistas, sin embargo,
Sus temas lo convirtieron en el “Amor eterno” de muchos y su versatilidad para cantar por igual al amor, al dolor y a la felicidad lo transformó en el ídolo de la canción popular mexicana.
Su “Querida” estuvo todo un año en el primer puesto de las listas de popularidad en México. Hacía llorar a la gente con “Hasta que te conocí”, pero también olvidar sus penas al ritmo de “El Noa Noa”. Era, indudablemente, el alma de la fiesta.
ADEMÁS:
@sandralizrondon escribió: “Mi Querido Juan Gabriel Seguirás Aquí en Mi Corazón con Todas Tus Inolvidables Melodías que También Formaron Parte de Mi Vivir…”; “la herencia e influencia musical más poderosa que he tenido en la vida, ha sido la de mis padres: Juan Gabriel, José José y José Alfredo”, publicó @Leonor_Uk.
“¡Que para eso a el le falta lo que yo tengo demáaaaas…! Se va el cuerpo de Alberto Aguilera, porque Juan Gabriel es inmortal (sic.)”, escribió @susanafleitash; No estoy llorando carajo! Se me metieron las canciones de mi Juan Gabriel en el ojo (sic.)”, escribió @eder000000.
“Yo no nací para amar; nadie nació para mi!!! Besos hasta el cielo Juan gabriel siguen cantando a los Ángeles (sic.)”, fue el mensaje de @star_sais; “La juventud te extrañara gracias por tus mensajes de amor atraves de tus canciones qepd #juan gabriel amor eterno (sic.)”, escribió @NoCastaedaSala1.
ALGUNAS CIFRAS DE “JUANGA”
10 el número de idiomas a los que sus canciones fueron traducidas.
10 el número de películas que protagonizó.
11:30 La hora de su muerte de acuerdo con familiares.
22 ciudades de Estados Unidos visitaría Juan Gabriel como parte de su gira MeXXIco Es Todo tour 20016, que arrancó el 19 de agosto. Como parte de esa gira Juan Gabriel se presentó en Inglewood apenas el viernes. Fue su última actuación.
45 años duró su carrera artística.
50 artistas, por lo menos, entre quienes se pueden mencionar a Paul Anka, Lola Beltrán y Lucha Villa grabaron discos con Juan Gabriel como productor.
66 Los años que tenía Juan Gabriel al momento de morir.
600 canciones fueron registradas por el cantautor. Esa suma permitió que fuera el artista que más regalías por sus canciones produjo para la Sociedad de Autores y Compositores de México.
1,500 los artistas, solistas o grupos, que interpretaron en algún momento las canciones de El Divo de Juárez. Entre ellos: Marc Anthony, Raúl Di Blasio, Ana Gabriel, Angélica María y Lucía Méndez.
1,800 las canciones que, se calcula, escribió Juan Gabriel.
17,500 personas escucharon su último concierto en el Forum, de Inglewood, California.