Durante esta época de canícula, Mexicali y Hermosillo alcanzaron temperaturas históricas de 50 y 47 grados, respectivamente. Frente a la tormenta perfecta de sequía, muertes por ola de calor y desabasto de agua, los gobiernos de Baja California y Sonora evalúan la opción de las desaladoras, una tecnología que demanda altos niveles de electricidad y genera residuos de salmuera en detrimento de la fauna marina.
Ciudad de México, julio (SinEmbargo).– Mexicali, capital de Baja California, arde en rojo en el mapa oficial de sequía nacional. Durante la canícula ha reportado las temperaturas más altas del país incluso hasta el histórico de los 50.1 grados ºC. Hace unos días, la hermana de Guillermo Madrid, un pensionado de 74 años, lo halló muerto dentro de su casa al poniente de la ciudad fronteriza. Falleció por el golpe de calor, determinó la Fiscalía estatal. Hasta la fecha, el Semefo registra 15 fallecidos por el clima en esa ciudad del norte, una región árida que suele enfrentar periodos de estiaje, pero este verano ha sido crítico.
“En los casos que llevamos actualmente por el golpe de calor es que la población más vulnerable es la que está en condición de calle o la que está en migración y no conoce el comportamiento de la temperatura y se exponen demasiado”, dijo esta semana el Secretario de Salud de Baja California, José Medina Amarillas, durante la apertura de más puntos de hidratación en la ciudad con sequía extrema. El año pasado, entre julio y agosto murieron 31 personas por la ola de calor.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) publicó el acuerdo para declarar emergencia por sequía este año, una situación que se ha extendido rápido en el norte. Al 15 de julio se registraron 764 municipios mexicanos secos, entre ellos Mexicali, Ensenada, Hermosillo y Guaymas, 193 más que los 571 que enfrentaban algún grado de sequía apenas una quincena anterior, el 30 de junio.
La situación severa, extrema e incluso excepcional, como la categoriza la dependencia federal, se concentra en Baja California, Sonora, Chihuahua y Coahuila. En Nuevo León, donde llevan cuatro meses en tandeo porque sus dos principales presas se secaron, la sequía aún va de moderada a severa. A la par de la sequía y la canícula, la Conagua tiene el registro de 116 presas del país (27 por ciento) con almacenaje menor al 50 por ciento, entre ellas, las de la zona metropolitana de Nuevo León y la principal de Hermosillo.
Hermosillo, Sonora, –seguida de Ojinagua, Chihuahua–, es la otra ciudad que en esta canícula ha reportado las mayores temperaturas a nivel nacional y mundial con un pico de hasta 47 grados. Su zona norte enfrenta desabasto de agua potable agudizada desde junio.
El gobierno sonorense, considerando también los tandeos en el municipio costero de Guaymas, plantea a las desaladoras como la solución, una idea también evaluada en una mesa intersecretarial de Baja California para retomar el proyecto en Plazas de Rosarito cancelado en 2018.
Sin embargo, desde la academia esta opción técnica –que demanda altas cantidades de electricidad y genera residuos de salmuera– no es considerada suficiente sino va acompañada con un control a las fugas y a las concesiones en acuíferos sobreexplotados en el marco del cambio climático.
Para el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua de la Semarnat, debe ser la última alternativa luego de pozos y plantas tratadoras por sus altos costos de inversión, operación, mantenimiento, personal especializado y cuidado de depositar las salmueras no en zonas colarinas, además de recomendar que sean con energía solar.
“Baja California está rodeado de agua, tenemos fuentes de dónde sacar agua [el mar Cortés], lo que no tenemos son las plantas potabilizadoras”, declaró recientemente la Gobernadora Marina Ávila Olmeda tras semanas de tandeo en Ensenada. “Estamos escuchando todas las propuestas de proyectos de varias empresas. El tema del agua impacta directamente al desarrollo y crecimiento económico de nuestra región”.
El Gobierno de Baja California instaló más de 200 carpas de hidratación en Mexicali para las personas más vulnerables, una campaña fortalecida con sueros, agua, gorras y sombrillas contra la canícula que se extenderá a agosto, aunque con menor intensidad, prevé el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
“En mi colonia Santa Lorena hay mucha gente de calle y un sobresito de suero es salvar una vida”, dijo durante el evento de inauguración de la campaña Juanita, una auxiliar comunitaria.
ESCASEZ DE AGUA EN ENSENADA
Desde junio, por el bajo almacenamiento de la cuenca del Río Colorado, en Estados Unidos, se registra una reducción de agua en la zona costa de Baja California, sobre todo en el turístico Ensenada.
Como en Nuevo León por las presas semivacías, el gobierno bajacaliforniano anunció el programa emergente “Agua para Todos” que incluye una campaña de concientización sobre el rehuso del recurso, detección de fugas en los hogares; así como la reparación del acueducto Morelos en el tramo Cuatro Milpas, donde se han reparado 73 fugas, para obtener litros extras por segundo para los hogares de la ciudad costera.
Esta semana la Gobernadora Marina Ávila aseguró que ya se reguló el desabasto de agua reportada desde junio en 137 colonias de Ensenada, un municipio costero y turístico con sequía “extrema” desde mayo. Pero reconoció que el problema persiste entre los productores de Valle de Guadalupe, una zona vinícola y turística, donde trabajan bajo los fuertes rayos solares.
“Pensamos que tardaríamos alrededor de varias semanas en lograr solucionar la problemática que presentaron varias colonias de Ensenada, sin embargo debo reconocer el esfuerzo del personal de los organismos operadores del agua de todo el estado que en tan solo ocho días lograron dar una solución”, dijo Ávila en rueda de prensa el miércoles.
“Hoy en día ya se da el servicio en toda la ciudad, hemos tenido algunas situaciones emergentes, pero se están atendiendo con prontitud, incluyendo con pipas no condicionadas. No podemos condicionar el agua a la gente”, aseveró.
DESALADORA EN SONORA
A mediados de julio, a inicios de la canícula, en 70 municipios de Sonora se reportó algún grado de sequía en el monitor de la Conagua. En junio la Unión de Usuarios de Hermosillo se manifestó en las calles para exigir abasto de agua en el norte de la capital sonorense, donde, entre sequía severa y temperaturas hasta de 47 grados, su principal presa “Abelardo Rodríguez” ya está vacía por insuficientes precipitaciones en los últimos dos años y sobreexplotación de acuíferos para agricultura.
“Viendo el mapa de disponibilidad de agua por acuíferos en México y todo el norte está rojo: Península de Baja California, Sonora, Chihuahua… Deben detenerse las concesiones ahí”, dijo la investigadora de la Universidad de Arizona Mary-Belle Cruz Ayala, especialista en gestión del agua. “¿Para qué queremos que agua limpia se use para producir forraje para el ganado? Se puede usar agua tratada para la agricultura y procesos industriales”.
La Secretaría de Salud de Sonora ha reportado cuatro muertes de personas este año por golpes de calor, tres en situación de calle y la del futbolista Julián Tesisteco de Guaymas que se desmayó mientras jugaba un partido.
El exceso de calor o la exposición directa al sol, alertó la dependencia, puede provocar deterioro neurológico, aceleración del ritmo cardíaco, en algunos casos crisis convulsivas, confusión y pérdida del conocimiento, falta de aire y problemas para respirar, así como vómitos frecuentes, lo que puede poner en riesgo la vida.
La apuesta del Gobierno sonorense, en un área árida con zona costera, son las desaladoras. Hace unos días el Gobernador Alfonso Durazo inauguró la desaladora en Guaymas-Empalme que comenzó a construirse desde noviembre de 2018 con una inversión de casi 800 millones de pesos entre Fonadin y la empresa Aqualia. De acuerdo con una encuesta de la iniciativa Guaymas, ¿Cómo vamos?, en ese municipio en sequía extrema los habitantes tienen agua sólo 2.24 días a la semana.
“Viene a resolver un problema histórico de carencia de agua para Empalme, para Guaymas y obviamente también para San Carlos”, declaró el Gobernador Durazo que tomó un vaso de esa agua desalada para garantizar su calidad.
La desalinizadora de Guaymas-Empalme genera 200 litros por segundo de agua potable, para que llegue a 155 mil habitantes. Para Punta Chueca, al norte de Sonora, el gobierno también impulsa una desaladora por 6.4 millones de pesos para la comunidad seri que históricamente ha sufrido desabasto de agua, pero no están convencidos por los efectos de la salmuera. Citan al Instituto para el Agua, el Medioambiente y la Salud de Naciones Unidas: la salmuera que regresa al océano aumenta la temperatura del agua del mar y reduce la cantidad de oxígeno en el agua, lo que causa graves daños a la vida acuática. En mayo, el Gobernador adelantó que para Hermosillo se contempla una.
“Acordamos trabajar para eficientar la operación del organismo responsable del manejo del agua de Hermosillo, así como en la optimización de red de drenaje y distribución, acordamos trabajar en la micro medición y buscar obviamente nuevas fuentes de abastecimiento, llámense nuevos pozos. Pero finalmente tendremos que desembocar en una planta desaladora, cuya ubicación tendríamos que precisar; esta la opción de Bahía de Kino y la opción de ampliar la planta de Empalme”, declaró.
La Unión de Usuarios de Hermosillo ha cuestionado que el agua derivada de este tipo de tecnología es más cara por el alto consumo de electricidad, pero el gobierno estatal planea subsidiarlo durante este año.
Al igual que en Baja California donde hay muertes por calor; al igual que en Nuevo León, donde la autoridad hídrica ya bombea agua del Chapotal en el municipio citrícola Montemorelos hacia al área metropolitana de Monterrey pese a las protestas sociales, en Sonora y todo el norte voltean al cielo en espera de lluvias más intensas tras la canícula.