Pese a que el tabaquismo aumenta los riesgos de muerte y de síntomas graves asociados a la COVID-19, la industria tabacalera intensificó sus acciones de publicidad y venta de productos en México y Latinoamérica, violando acuerdos nacionales e internacionales para lucrar con la salud de las personas, refieren organizaciones de la sociedad civil.
Ciudad de México, 29 de julio (SinEmbargo).- La industria tabacalera no se detiene. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que los fumadores tienen más probabilidades que los no fumadores de desarrollar síntomas graves por la COVID-19, su ambición de negocio está por encima del bienestar de la gente, dijeron especialistas durante la presentación del informe “Desenmascarando a la Industria Tabacalera en América Latina. Cómo intensifica sus estrategias de comercialización en tiempos de COVID-19”.
“Durante décadas, las compañías tabacaleras han aprovechado los desastres naturales y las emergencias para generar un buen posicionamiento público y ganar el favor de las autoridades de gobierno. Sin embargo, estos esfuerzos son una cortina de humo para continuar con su negocio habitual, que consiste en vender productos de tabaco mortales que matan a más de 8 millones de personas en todo el mundo cada año”, dijo Patricia Sosa, directora para Latinoamérica de la Campaña para Niños Libres de Tabaco.
En lo que va de éste año y a pesar de la crisis mundial por coronavirus, “la industria tabacalera intensificó sus acciones de promoción, publicidad y comercialización tanto de sus productos tradicionales, cigarrillos, como de su nueva generación de productos: cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado”, abundó Erick Antonio Ochoa, director de la organización Salud Justa México.
Para los ponentes del informe presentado por ocho organizaciones de la sociedad civil de seis países de América Latina (Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México y Uruguay) comprometidas con la lucha contra la epidemia del tabaquismo, el problema radica en que las compañías tabacaleras seguirán con sus estrategias para vender más productos a como dé lugar.
“Violan las leyes locales de control de tabaco o se aprovechan de los vacíos legales con el único objetivo de lucrar a costa de la salud pública en un contexto de extrema vulnerabilidad. Además, apuntan principalmente a los niños y jóvenes buscando volver adicta a una nueva generación”, explicó Sosa.
De acuerdo con las cifras de los expositores, América Latina es la región más afectada por el coronavirus en todo el mundo.
“Apenas el fin de semana pasado, nuestra región superó, por primera vez, el total de casos registrados en Norteamérica. Según el conteo de la Agencia Reuters, la región latinoamericana sumó 4 millones 327 mil 160 contagiados frente a los 4 millones 308 mil 495 contagiados en Estados Unidos y Canadá”.
Para Ochoa, “con la excepción de Uruguay, cinco de los seis países contenidos en el reporte están en el vórtice de la pandemia global. Brasil, México, Colombia, Argentina y Ecuador, en ese orden, presentan el 20.4 por ciento de todos los casos confirmados y el 22.9 por ciento de las muertes registradas en todo el mundo, con base en el conteo de la Universidad Johns Hopkins, actualizado al día de ayer, 28 de julio de 2020”.
En el informe, que contó con la realización de monitoreo de acciones de marketing y publicidad en lo que va de 2020, las organizaciones civiles documentaron las ocho principales estrategias de las tabacaleras, tiendas de vaporizadores y de productos de tabaco calentado para impulsar sus ventas a través de publicidad.
Entre las estrategias están: 1) publicidad en tiendas de marcas en línea o correo electrónico; 2) ofertas especiales; 3) grandes descuentos; 4) publicidad en redes sociales; 5) intensificación de la publicidad y exhibición en plataformas de envío; 6) demostraciones del uso del producto a domicilio; 7) cabildeo para lograr la autorización para volver a producir cigarrillos; 8) publicidad indirecta a través de acciones de responsabilidad social.
Por lo anterior, Sosa advirtió que “es realmente grave que los mensajes de las tabacaleras y los grupos de vapeadores engañen y generen confusión acerca de los efectos del consumo de productos de tabaco […] y de éste modo socaven los esfuerzos de los gobiernos para luchar contra el tabaquismo”.
TABAQUISMO EN MÉXICO
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS estiman que en México, en las últimas dos décadas, el número de fumadores se incrementó de 9 a 13 millones de personas. En promedio, una persona en México consume 733 cigarrillos por año, o bien, 37 cajetillas de 20 cigarros anualmente.
Se trata de una epidemia de salud pública que mata a más de 53 mil personas cada año; es decir, a 147 mexicanas y mexicanos por día, lo que representa el 10 por ciento de las defunciones nacionales anuales.
De acuerdo con Erick Antonio Ochoa, en México, “con la excepción de revistas para adultos o sitios para adultos y el correo personal, la publicidad y promoción del tabaco está prohibida, incluso por internet. Además está prohibido comercializar, vender o distribuir cigarrillos electrónicos. Más recientemente, en febrero de éste año, un decreto firmado por el Presidente de la República prohibió la importación de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado, incluyendo sus componentes. Sin embargo, el reporte regional documenta cómo la industria tabacalera ha intensificado sus estrategias de marketing para la comercialización de cigarrillos electrónicos, especialmente Vype de British American Tobacco, y productos de tabaco calentado, específicamente IQOS de Philip Morris International”.
El director de la organización Salud Justa México detalló, por ejemplo, que British American Tobacco ofrece combos de Vype a precios reducidos.
“Durante la pandemia algunos de sus fondos se han reducido hasta 83.33 por ciento del precio que tenía a inicios de año. La misma empresa promueve servicios de entrada a domicilio o por Rappi. Esta plataforma tiene una categoría especial del producto en su página web que es violatoria de la ley nacional”, explicó.
En el caso de Philip Morris, Ochoa refirió que la compañía tabacalera “reforzó sus estrategias de marketing de su nuevo producto estrella: IQOS. Además de aumentar sus canales de distribución en nuevos puntos de venta, comenzó a vender éste producto por internet, lo cual es ilegal”.
“En México –abundó–, además es posible programar una demostración de IQOS hasta las puertas de tu hogar. Basta con que pongas unos cuantos datos en su sitio web y alguien irá hasta tu domicilio para mostrarte los productos. El demostrador llega con una terminal bancaria para completar la transacción, y en una innovación introducida ésta semana, si logras convencer a un familiar que también pruebe el producto, ambos recibirán el descuento de 300 pesos mexicanos, equivalente a 15 dólares”.
Para el activista mexicano “esto sólo es una muestra de la vulnerabilidad en mi país frente a los embates de la industria tabacalera. De nada sirve ser el sexto país en el mundo por el numero de infectados por COVID-19, o el cuarto país con el [mayor] número de muertos. Aún con el apoyo del Gobierno federal, que ha sido valioso y ha sido muy importante, la industria tabacalera sigue lucrando con la salud de millones de mexicanas y mexicanos. Es momento de contenerlo. Alto a la industria tabacalera”.