El Prelado pidió a los diputados locales del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y al mismo Gobierno del estado, que acepten que el fertilizante se ha entregado con retraso, y que 2018 y la mitad de 2019 han sido los años más inseguros y violentos en Guerrero.
Por Luis Daniel Nava
Chilapa, Guerrero, 29 de julio (ElSur).- Si hay respeto no tengo objeción en tender la mano entre el Gobierno y el crimen organizado, para pacificar al estado, ofreció el obispo Salvador Rangel en Chilapa.
Además, pidió a los diputados locales del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y al mismo Gobierno del estado, que acepten que el fertilizante se ha entregado con retraso, y que 2018 y la mitad de 2019 han sido los años más inseguros y violentos en Guerrero.
Justificó que la Guardia Nacional tiene poco tiempo de operación y que la corporación desconoce el terreno, además de que no es la solución a problemas como la pobreza, falta de caminos, clínicas de salud y escuelas cerradas.
Este sábado, El Sur publicó una entrevista con el ex Gobernador Rogelio Ortega, que llegó al cargo después de la renuncia de Ángel Aguirre Rivero por los seis asesinatos, 25 heridos y 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos los días 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, dónde habló de la necesidad de que las autoridades busquen como intermediaria a la Iglesia católica, ante los grupos del narcotráfico para contener la violencia, como dijo que él lo hizo en su breve periodo.
Al respecto, el prelado responsable de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, recordó que en ese 2015 estaba llegando a Guerrero y dijo que si en ese momento el Gobierno solicitó ayuda y esta fue efectiva, ahora se puede hacer lo mismo.
Agregó que en las elecciones de 2018 candidatos de todos los partidos políticos le pidieron su intervención, para que no los asesinaran.
“Claramente intervine para que se hicieran en paz las elecciones. Hay personas que lo saben, yo tuve que ir a muchos municipios, porque las cosas estaban muy revueltas y las cosas se pacificaron y salieron bien”.
“Ahora depende del criterio de los gobernantes y de las personas que quieran. Pero recuerden que nosotros como Iglesia somos un puente, estamos para dialogar. Hasta hoy, nuestros sacerdotes y laicos, estáns más cerca de todas las personas y en todos los lugares. Actualmente el peso de la Iglesia, social y moral, es grande y fuerte”.
Agregó que con tal de buscar el bien común, las diferencias se tienen que hacer a un lado.
“Estoy convencido de que en la política no hay amigos, son amigos de conveniencia. A ellos les conviene y a nosotros también, a favor de que las cosas estén en paz. Pero yo no tengo ninguna objeción en tender la mano, si ellos se acercan (los gobernantes) con respeto y con ese ánimo de ayudar”.
Consultado acerca de la guerra de declaraciones entre un grupo de diputados locales de Morena, funcionarios del Hobierno estatal y representantes del PRI, en relación con la distribución del fertilizante y al problema de inseguridad en Guerrero, el prelado los calificó de protagonistas y pidió a las dos partes asumir su responsabilidad.
“Los políticos son protagonistas. En Guerrero el problema fue que el fertilizante no se repartió a tiempo y se ha pedido el insumo para hectáreas que no existen. También he escuchado algunas declaraciones, de que se han cultivado otras cosas (con el fertilizante gratuito). No tapar el sol con un dedo, siempre decir la verdad”.
Además, indicó que 2018 fue el año más violento y que el primer semestre de 2019 también ha sido violento.
Matizó que hay ciertos índices, que muestran que en municipios como Chilapa, Chilpancingo e Iguala ha bajado la violencia y que eso se celebra, pero que se espera que baje en todos los municipios del estado.
“Que no sean pleitos de palabrerías. Ya decía San Agustín que no estaba de acuerdo en comerciar la palabrería. Debemos decir la verdad y reconocer cuando haya errores”.
Se le preguntó su balance, a casi un mes de la entrada en funciones de la Guardia Nacional al estado, y el obispo insistió en que falta una verdadera estrategia y que no es la solución de todos los problemas.
“Para que sea efectiva la Guardia Nacional u otro cuerpo de defensa, debe haber una verdadera estrategia. Desconocen grandemente el terreno. Convenir y estar dos horas en los zócalos de las ciudades no va a detener la violencia”.
Justificó que es normal que a menos de un mes no hayan tenido resultados, porque es un cuerpo de seguridad nuevo y lo comparó a una persona que entra a un trabajo nuevo y no sabe dónde se ubican las cosas.
Rangel Mendoza dijo que la Guardia Nacional tampoco es la solución a otros problemas sociales del estado.
“Hay que ir al fondo de los problemas como la falta de justicia y de oportunidades. En la sierra que no tienen comida ni caminos, las escuelas cerradas o la falta de centros médicos”.
Para finalizar, insistió en que la nueva estrategia de seguridad pueda ir sustituyendo a los grupos de autodefensas o guardias comunitarios, porque a su juicio, la mayoría están al servicio del crimen organizado.