Ciudad de México, 29 de julio (SinEmbargo).- Las comodidades de la vida moderna han alterado la rutina diaria de manera significativa, así como las necesidades básicas de las personas. No obstante, a pesar de las "ventajas" de la vida moderna, los seres humanos todavía responden a los ritmos geofísicos de la Luna.
Aunque pudiera pensarse que la humanidad está más allá de la influencia de los astros, un grupo de científicos de la Universidad de Basilea, en Suiza, demostraron que esta relación está ligada de manera mucho más estrecha a los humanos de lo que se creía, de modo que los ciclos lunares y los comportamientos de sueño humano, efectivamente, tienen relación.
El grupo de investigadores encabezado por Christian Cajochen, del Hospital Psiquiátrico de la Universidad de Basilea, analizó el sueño de más de 30 voluntarios en dos grupos de edad en el laboratorio. Cuyos patrones cerebrales y movimientos oculares, mientras dormían, fueron monitoreados midiéndose así sus niveles de secreciones hormonales, publicó Current Biology.
A lo largo de la historia de la humanidad, la influencia de la luna ha sido asociada a determinados ciclos biológicos del ser humano. De esta manera son comunes en diversas culturas las referencias a fenómenos físicos entre los que destacan algunos como el crecimiento de las uñas o el cabello.
No obstante, además de estos ciclos de desarrollo también ha figurado la creencia de que durante determinadas fases lunares el comportamiento de las personas se altera de manera significativa. Sin embargo, a pesar de que aún no existe una prueba contundente sobre esto, al menos durante la vigilia, los científicos sí pudieron identificar una influencia notable en el sueño.
De acuerdo con los datos, tanto la percepción subjetiva como objetiva de la calidad del sueño cambió con los ciclos lunares. Durante la luna llena, la actividad cerebral en las áreas relacionadas con el sueño profundo cayó en un 30%. De igual manera, durante este periodo la gente tardó cinco minutos más en conciliar el sueño y, en promedio, durmieron 20 minutos menos.
Durante la luna llena, los voluntarios se sintieron como si su sueño hubiera sido pobre y mostraron menores niveles de melatonina, la hormona que regula los ciclos de sueño y vigilia. "Ésta es la primera evidencia fiable de que el ritmo lunar puede modular la estructura del sueño en los seres humanos", dijo Cajochen.
Según los investigadores, este ritmo circalunar podría ser un vestigio de tiempos pasados, cuando la Luna era responsable de la sincronización de la conducta humana.
La influencia de las fases lunares es un fenómeno conocido por otros animales, sobre todo animales marinos, en cuyo hábitat la luz de la Luna ejerce la función de coordinador de ciertas conductas como los ciclos reproductivos.
Sin embargo, lo que vuelve compleja la influencia lunar en el caso de los humanos es la aparición de otras influencias de la vida moderna. La presencia de la luz eléctrica, en particular, se encarga de ocultar en mayor o menor medida la influencia de la Luna sobre los humanos.
No obstante, el estudio de Cajochen concluye que, a pesar de estas influencias de la vida moderna, en un ambiente controlado de laboratorio, con un estricto protocolo de estudio, la manera en la que la actividad de la Luna afecta a las personas puede ser vista y medida de nuevo.