Desde 1998, la entonces Diputada perredista Lenia Batres ya hablaba sobre la necesidad de reformar al Poder Judicial, incluyendo la forma de designar a sus miembros. Ahora, ya como Ministra de la Corte, lo ha propagado en una asamblea de Morena.
Ciudad de México, 29 de junio (SinEmbargo).– Es la primera Ministra en ser designada directamente por el Presidente de la República tras la falta de acuerdo del Senado, es la primera Ministra emanada de la clase media baja que rechaza costosas prestaciones y es la primera Ministra que participa abiertamente en un movimiento de izquierda a favor de la reforma al Poder Judicial. Todo ello le ha valido un rechazo por sus compañeros de la Corte desde el primer día.
Pero al menos desde 1998, cuando era Diputada federal del PRD, la Ministra Lenia Batres Guadarrama ya aseguraba que el Poder Judicial debía reformarse, empezando por la forma en como se designa a sus integrantes y que hoy se plantea –con la aprobación de siete de cada 10 mexicanos– que sea por voto popular.
–¿Por qué será que se habla tan poco del Poder Judicial y todo lo que está alrededor, la Suprema Corte de Justicia? –le preguntó la periodista Lolita de la Vega en una mesa de análisis de “Hablemos claro” sobre el incremento de inseguridad tras la crisis financiera de 1994.
–Es una tradición en nuestro país el respeto al Poder Judicial. Ellos ven casi impersonalmente a las personas, a los ciudadanos interesados en que se haga justicia. Entonces termina siendo una especie de cuerpo etéreo, muy respetable, pero poco inasible por la ciudadanía. Yo creo que sí hay muchas cosas que reformar en el Poder Judicial empezando por la propia forma en que se nombra a los jueces, que es a propuesta de los poderes Ejecutivo (y Senado), esto ya no debería ser en nuestro país. Es obvio que el Poder Ejecutivo tiene conocidos, tiene gente recomendable y la recomienda, y eso no garantiza la autonomía que nosotros necesitamos –respondió entonces.
Veintiséis años después, contra las voces opositoras de magistrados, jueces, exministros y abogados que aseguran que la “independencia judicial” está en riesgo, la Ministra Lenia Batres Guadarrama ha intensificado una campaña informativa en sus redes sociales –pese a los ciberataques– y tuvo una reciente intervención en un foro de Morena, partido que como fiel obradorista ayudó a fundar hace una década.
En esta asamblea pública celebrada en la popular colonia Agrícola Oriental, en la CDMX, explicó que la reforma busca tres puntos: voto popular de “nueve” ministros (ahora son 11), magistrados y jueces; la creación de un Tribunal de Disciplina para sancionar ilegalidades de juzgadores; y poner límites en las remuneraciones, ya que afirmó que más de 2 mil 300 funcionarios del Poder Judicial ganan más que el Presidente de la República, lo que viola el artículo 127 de la Constitución.
“¿Es necesaria una reforma al Poder Judicial? Dicen que la gente no sabe de estas cosas y yo les contesto ¿de verdad se necesita ser doctor en Derecho como para darse cuenta que es verdaderamente injusto lo que se está resolviendo?, ¿de verdad necesitamos ser doctores en Derecho y tener 50 años de experiencia en tribunales para sentir indignación y para buscar la mejor solución para la persona que se encuentra con mayor debilidad para defenderse? Necesitamos una reforma al Poder Judicial”, expuso la Ministra en la asamblea que se intentó reventar por un grupo de protestantes.
Pero más allá de su discurso a favor de una justicia social, desde su primer día como Ministra, desde las entrañas de la Corte con posturas conservadoras, ha contrastado frente al resto de sus compañeros por impulsar la austeridad y la transparencia de lo que ocurre dentro, lo cual ha incomodado a más de uno. A diferencia de los otros ministros, incluyendo a las afines a la denominada Cuarta Transformación, regresa a la Tesorería 35 mil pesos quincenales de su salario para respetar el artículo 127 constitucional, aporta para su pensión ante el ISSSTE en vez de tener seguro privado y renunció a otras prestaciones como el estímulo por antigüedad o seguro de gastos médicos mayores.
Además, en sus redes sociales amplifica resoluciones de la Corte como la deducción de 600 millones de pesos de impuestos a Totalplay de Grupo Salinas. Incluso publicó un correo para recibir solicitudes ciudadanas.
Si hay alguna antítesis de la Ministra Batres es el Ministro en retiro José Ramón Cossío (2003-2018), quien ha participado en eventos de la derecha como la Marea Rosa. En su columna de El Universal de este martes escribió que la propuesta del Tribunal de Disciplina Judicial (sanciones a juzgadores que incurran en violaciones a la ley) es una “intromisión” a la autonomía e independencia judicial. El Tribunal se compondría de ciudadanos electos por seis años y las sanciones podrían ser amonestación, suspensión e inhabilitación.
“Analizada en conjunto la iniciativa, existen varios supuestos alarmantes. Desde luego, la elección mediante voto público en un país en el que la delincuencia y los intereses particulares han afectado los procesos electorales. También, el que sus integrantes puedan sancionar a la totalidad de los miembros del Poder Judicial -incluidos los de la SupremaCorte- sin ser sometidos a ningún medio de impugnación. Finalmente, la condición de los supuestos sancionatorios”, opinó el Ministro en retiro. “Lo que en realidad está en juego es mucho más que la pura afectación a la Corte y a sus integrantes. La propuesta no oculta nada. Es la retórica progresista y reivindicadora la que pretende hacerlo”.
Sobre el punto del Tribunal de Disciplina, la presidenta de la Asociación Mexicana de Juzgadoras, la Magistrada Emilia Molina, planteó que ese órgano puede recaer en “una vulneración a la autonomía” del Poder Judicial porque la iniciativa plantea que “personas diferentes a la carrera judicial” que lo conformen podrán aplicar responsabilidades administrativas y también criterios judiciales desde una subjetividad.
Respecto a la participación de la Ministra Lenia Batres en un foro de Morena, la Magistrada de circuito comentó que cada juzgador debe ser responsable de respetar a la investidura porque representa a todo un Poder del Estado.
“Cada una de las personas juzgadoras –incluida la Ministra– debemos ser responsables en la forma en como llevamos a cabo nuestra función. La toga, nuestra investidura, es algo que no nos quitamos; yo soy Magistrada 24/7 porque debo ser muy responsable en cada una de las cosas que yo digo o hago porque no las dice solo Emilia, las dice una Magistrada de Circuito que representa un Poder del Estado”, aseguró en entrevista.
Aunque la Magistrada reconoció que hay áreas de oportunidad para que las personas juzgadoras sean más cercanas a la población sin dejar de ser “los árbitros imparciales”, así como para filtrar “el millón y medio de demandas” que el Poder Judicial recibe al año para ser atendidos por casi dos mil trabajadores.
“Nuestro trabajo es sumamente técnico, debemos explicarlo a la población, pero debemos resolverlo técnicamente. Y no necesariamente coincide con lo que la sociedad, en redes sociales o en alguna plática puede pensar que se debe hacer. Nuestro trabajo es técnico y ese trabajo técnico tenemos que traducirlo para que la sociedad entienda qué es lo que estamos haciendo y por qué”, dijo la Magistrada Molina.
En entrevista con Los Periodistas a un día de tomar el cargo, la Ministra Lenia rechazó que sea un agente que “generará caos” dentro de la Corte, pero sí tendrá un papel diferente al que la oposición está acostumbrada a mirar en ese brazo del Poder Judicial. Diferencia que ya se ha marcado desde el primer día y que se ha acentuado estos días por los foros entorno a la reforma al Poder Judicial.
“Desde el primer día que pisé la Corte hay una conducta, no del personal que ha sido impresionantemente amable, sino de quienes controlan los trámites, toda la maquinaria de la propia Corte, pues sí ha habido una conducta que –como somos poquitos ministros y ministras– queda muy clara que es distinta en mi caso. Tampoco esperaba otra cosa. El ingreso se ve que no les es simpático, ni hablar”, compartió.
SIEMPRE OBRADORISTA
El actuar radical de Lenia Batres (CDMX, 1969) ha sido congruente con sus raíces. Sus padres normalistas, Cuauhtémoc y Rosario, inculcaron a sus hijos una visión de izquierda al grado de que los hermanos Batres Guadarrama participaron en la fundación del Partido Socialista Unificado de México (PSUM).
Tras su paso por el PRD, ahora son una de las familias más poderosas en la política y muy cercana al obradorismo desde sus inicios: Martí Batres es Jefe de Gobierno de la CDMX, Valentina Batres es Diputada en el Congreso de la CDMX y Lenia es Ministra de la Corte. Su otra hermana, Viétnika, es periodista en el diario El Sur de Acapulco. El hijo de Lenia, Emilio Batres Guadarrama, laboró en el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y su padre biológico, Ulises Lara, es el encargado de despacho de la Fiscalía de la CDMX.
La Ministra es egresada principalmente de la educación pública, a diferencia de algunos de sus compañeros ministros que gozaron de educación en escuelas privadas o ubicadas en España y Estados Unidos. Ella cursó Derecho en la UNAM, es maestra en Derecho penal por la Universidad Humanitas y cuenta con estudios en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), fundada por Andrés Manuel López Obrador hace más de dos décadas.
Desde la academia ha sido cercana a los Sandoval-Ackerman. Actualmente el coordinador de su ponencia en la Corte, Netzaí Sandoval, es hermano de Irma Sandoval, exsecretaria de la Función Pública y esposa de John Ackerman. Esta semana el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM realizó una mesa de análisis sobre la reforma al Poder Judicial que respondió al estudio del mismo Instituto circulado por el grupo del exconsejero electoral Lorenzo Córdova y criticado por el Presidente López Obrador. Dicha mesa fue compartida por la Ministra Batres en su Facebook.
“Mi extracción social no es de clase media alta o de élite. Tengo una extracción social de clase media baja o mucho más humilde que absolutamente (de) todas las personas que en la historia de la Suprema Corte han formado parte de su integración. Esto les hace mucho ruido porque sí hay una connotación muy elitista y una costumbre de ánimo muy distinta a la que uno pueda representar con costumbres cotidianas”, dijo en entrevista con Los Periodistas un día después de tomar protesta como Ministra de la Corte.
El rechazo a la Ministra Lenia Batres se percibe incluso fuera del pleno de la Corte. En Twitter, por ejemplo, los abogados tuiteros de derecha suelen burlarse de sus errores en sus intervenciones durante las sesiones.
Antes de portar la toga, de 1997 al 2000 fue Diputada federal por el PRD, periodo en que se pronunció a favor de la huelga en la UNAM 1999-2000 contra el incremento de las cuotas universitarias que concluyó en la renuncia del entonces Rector Francisco Barnés.
“Hubo un origen de un conflicto, no provocado por grupos políticos que quisieran hacer campo de batalla en la UNAM, no, fue provocado por la intención de imponer un modelo educativo”, respondió a legisladores panistas en enero de 2000, a semanas de que la huelga fuera terminada con detenciones de estudiantes tras la entrada de la Policía Federal Preventiva a territorio autónomo durante la gestión de Juan Ramón de la Fuente, futuro Canciller.
Batres también fue asesora del entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, López Obrador. Una década después, también asesoró a la Alcaldesa de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, ahora Presidenta electa. En 2003 la abogada hizo campaña para ser la Alcaldesa de Benito Juárez, una demarcación panista y el epicentro del cártel inmobiliario. Abanderada por el PRD, no obtuvo los votos necesarios y perdió frente al expanista Fadlala Akabani Hneide, ahora Secretario de Desarrollo Económico en el Gobierno de Martí Batres.
“Nosotros no somos un video, una imagen lejana y diferida, nunca en nuestra historia nos hemos olvidado de la gente. El próximo 6 de julio (de 2003), no vamos a inventar la Ciudad ni engañar a nadie”, aseguró hace 20 años durante su campaña en el Polyforum Cultural Siqueiros ubicado en la Benito Juárez.
Parte del obradorismo desde temprana edad, Lenia participó como brigadista en la fundación de Morena como partido al tocar casa por casa para entregar el periódico Regeneración dirigido entonces por el vocero de Presidencia Jesús Ramírez, quien asistió a su toma de protesta como Ministra. Desde el Distrito 8 en Tultitlán, Estado de México, la exdiputada perredista le dijo “Presidente Legítimo de México” a López Obrador en un mitin del 6 de abril de 2011.
Luego de que López Obrador perdió las elecciones presidenciales de 2012 frente a Enrique Peña Nieto, rompieron con el PRD y Convergencia. Y ella siguió firme en el movimiento, que pronto se haría partido político. En 2013, Lenia fue vocera de la Jornada Nacional de Información sobre la Privatización del Petróleo, realizada por Morena en el marco de la Reforma Energética peñista que abrió las puertas a la iniciativa privada. En 2008 también había protestado afuera del Senado contra la privatización de ese recurso energético en el sexenio de Felipe Calderón.
“Amigos, amigas, esta jornada de información es para que todos nosotros, a su vez, vayamos con nuestros familiares, con nuestros vecinos y les digamos ‘quieren otra vez privatizar el petróleo’. Si ya se paró y se ha parado varias veces, si el petróleo significa el grueso de nuestra riqueza nacional, si el petróleo además significa soberanía para los mexicanos, es muy importante que podamos detenerlo”, aseguró en la explanada de la Alcaldía Benito Juárez.
¿”MINISTRA DEL PUEBLO”?
Luego de la renuncia del exministro Arturo Zaldívar, ahora cercano al equipo de transición de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum, el Presidente López Obrador envió al Senado dos ternas a votar compuestas por Bertha Alcalde, Lenia Batres y María Estela Ríos/María Cruz. Como no hubo mayoría entre legisladores, de manera inédita el Ejecutivo tuvo que nombrar directamente a la nueva Ministra. Alcalde le dijo al Presidente que se hacía a un lado al reconocer que Batres había tenido más votos que ella en la Cámara Alta.
El 4 de enero de 2024, Lenia Batres recibió la toga de Ministra y el abrazo de la Ministra presidenta Norma Piña frente a sus ministros pares, los magistrados del Tribunal Electoral e integrantes del Consejo de la Judicatura.
Durante el evento del Poder Judicial, estuvo arropada en primera fila por su padre Cuauhtémoc; por su hermano y Jefe de Gobierno, Martí Batres; por su hermana la Diputada Valentina Batres; y por su hijo Emiliano Batres. También presentes para acompañarla, estuvo Bertha Alcalde Luján, hoy titular del ISSSTE; la exfiscal Ernestina Godoy, la actual Consejera Jurídica del Ejecutivo María Estela Ríos, la exsecretaria de la Función Pública Irma Sandoval y su esposo John Ackerman, colega de Batres en la academia, entre otros.
“Quien crea que puede ridiculizarme por provenir de este pueblo mexicano no sabe la fuerza y la grandeza que me está atribuyendo. Fuerza y grandeza que recibo con esa dignidad. Ministra del pueblo me han dicho y es un enorme halago, una misión grande que acepto con honor y con la responsabilidad que merece”, dijo durante su discurso.
En el equipo de ponencia de la Ministra Batres resalta el abogado Netzaí Saldoval, exdirector del Instituto de Defensoría Pública, y hermano de la exsecretaria de la Función Pública, Irma Sandoval. Como Secretario de Estudio y Cuenta Coordinador de Ponencia, también ha devuelto a la Tesorería excedentes de su remuneración para cumplir con el artículo 127 constitucional, que establece que ningún funcionario público puede ganar más que el Presidente de la República.
De manera inédita dentro de la Corte, la Ministra Batres –acompañada de su equipo de ponencia– dio un informe de rendición de cuentas en abril, en el cual resaltó que por respetar ese artículo de la Constitución había devuelto hasta el 15 de abril más de un millón de pesos a la Tesorería. Sin embargo, la presidenta de la Asociación Mexicana de Juzgadoras, Magistrada Emilia Molina, acotó que el cálculo no contempla las prestaciones en especie recibidas por el Presidente de la República, como el uso y gastos del departamento en Palacio Nacional.
“En total, entre lo que he devuelto en efectivo y las prestaciones que he dejado de percibir, le he ahorrado a esta Suprema Corte de Justicia 962 mil pesos, cantidad que al 15 de abril próximo, cuando se cumplen los cuatro meses que estamos informando, ascenderá a un millón 198 mil 363 pesos”, expuso Batres.
Y, frente a legisladores y funcionarios públicos presentes en su informe, aseguró lo que ha repetido durante estos días recientes: “Es indispensable una reforma profunda al Poder Judicial de la Federación. Es necesario que esta Corte se democratice, que acerque sus resoluciones a la realidad del pueblo mexicano, que tenga contrapesos que eviten que incurra en excesos”.
Ante “los momentos de incertidumbre”, como dijo la Ministra presidenta Norma Piña esta semana, el Poder Judicial ha intentado ser más transparente, por ejemplo, con la transmisión en vivo de sesiones de juzgados y tribunales o compartiendo sentencias. A su vez, los juzgadores se han aglutinado en asociaciones para oponerse a los cambios propuestos, defendiendo sus privilegios.
En medio de ello, el hecho de que las acciones de la Ministra Lenia Batres desde las entrañas de la Corte contrasten con lo acostumbrado, ha alimentado la discusión actual: ¿cómo alcanzar una justicia social?