En Midsommar, Pugh interpreta a Dani Ardor, una estudiante universitaria de luto que, poco después del sangriento asesinato de su familia, se va con su novio y sus amigos en un viaje de verano a Suecia
Por Jake Coyle
Nueva York, 29 de junio (AP).- ¿Cómo entrar por voluntad propia y con gusto a una pesadilla veraniega como Midsommar: El terror no espera la noche de Ari Aster?
Para Florence Pugh, la motivación llegó al ver el zoom de la cámara entre las piernas de Toni Collette durante un momento particularmente delicado durante el febril clímax de la ópera prima de Aster Hereditary.
“Recuerdo haber imaginado qué tuvo que hacer ella. Pensé, ‘sí, realmente quiero ser parte de esto’”, recordó Pugh en una entrevista reciente. “No es que haya pensado, ‘realmente quiero interpretar a una chica que se vuelve loca en el campo’”.
En Midsommar, Pugh interpreta a Dani Ardor, una estudiante universitaria de luto que, poco después del sangriento asesinato de su familia, se va con su novio (Jack Reynor) y sus amigos en un viaje de verano a Suecia, a un bucólico lugar llamado Harga. Ahí entra en una crisis existencial y sufre ansiedad por su relación; la inevitable ruptura se había pospuesto básicamente por la tragedia de Dani. Los rituales paganos de un antiguo culto sueco aparentemente idílico se vuelven cada vez más oscuros y alucinógenos, y resultan menos que ideales como terapia de pareja.
La película, que A24 estrena el 23 de agosto en nuestro país, no era una elección natural para Pugh, una actriz británica de 23 años a la que no le gustan las cintas de terror. Pero se sintió atraída por la coreografía precisa de Aster, lo dañado de sus personajes y el atractivo de saltar a una retorcida madriguera de conejos.
“Había algo de su locura al final que sabía que disfrutaría, y sabía que tenía que hacerlo”, dijo Pugh. “Nunca había interpretado antes a alguien así y fue muy emocionante. Ella no mejora, se confunde más, pero en esa confusión se libera, y eso es fascinante”.
En su corta carrera de rápida expansión, Pugh ha mostrado su poder de transformación. Ha interpretado personajes que, con su cordura intacta o no, logran madurar. En su papel revelación de 2017, en Lady Macbeth de William Oldroyd, interpretó a una joven victoriana apasionada que tras entrar en un matrimonio gris y despiadado se aferra locamente a su propia libertad. En Luchando con mi familia de Stephen Merchant, estrenada este año, hizo el papel de una chica inglesa de clase trabajadora que supera todos los obstáculos para convertirse en luchadora profesional de la WWE.
“Siempre hay algo atractivo en un cambio y en alguien que se está formando dentro de su propio cuerpo, dentro de su propio ser”, dijo Pugh.
Sería conveniente decir que Pugh también está formándose a sí misma. Y eso es real hasta cierto punto. Días después de la entrevista, Pugh tenía previsto comenzar la producción de la película de Marvel de Black Widow protagonizada por Scarlett Johansson. Más adelante este año aparecerá en Mujercitas de Greta Gerwig, una de las películas más esperadas del año. Su fama está por crecer exponencialmente.
Pero al mismo tiempo Pugh parece estar ya completamente formada. Creció en una amplia familia creativa en Oxford. Su madre enseña danza y dos de sus hermanos también son actores, incluyendo Toby Sebastian, que apareció en Game of Thrones. Tiene un aplomo y una franqueza que, aunada a la vivacidad de sus interpretaciones, la ha llevado con frecuencia a ser comparada con Kate Winslet.
“Florence es sobrenaturalmente segura”, dijo Aster. “Realmente no se parece en nada a Dani. Esas cualidades sumisas no forman parte de la personalidad de Florence”.
Lady Macbeth fue lo que la puso en el radar del director. Inicialmente se comunicaron por Skype para hablar de la película, pero las cosas se concretaron sólo después de que el director realizó cientos de audiciones.
“Tuve una gran corazonada sobre ella después de ver Lady Macbeth. En Lady Macbeth interpreta a esta mujer impenetrable, con aplomo, calculadora y sociópata, pero yo pude imaginarla haciendo esto que es casi el polo opuesto”, dijo Aster. “Y además hay una trayectoria en la película. Estaba emocionado de verla realizar ese arco dramático”.
El papel es muy cercano al cineasta neoyorquino de 32 años, quien basó a Dani en sí mismo. Así como los horrores de Hereditary surgieron de dinámicas de familia, el terror folclórico de Midsommar tiene como premisa una ruptura. Aster escribió el papel tras romper una relación en la universidad que, como Midsommar, mezcló el dolor emocional con sustancias psicodélicas. Aster concibe la película como un mal viaje.
“En la universidad probé hongos algunas veces y tuve algunos viajes muy, muy malos. También estaba en un momento de mi vida en el que no era una buena idea hacerlo. Nada como lo que le pasa a ella, pero del mismo modo en que ella no debería estar probando hongos, quizá yo tampoco debí hacerlo”, dijo Aster. “Creo que ya he vuelto una tradición personal escribir cuando estoy en crisis. Muchos de esos guiones fueron una terapia involuntaria para mí”.
La actuación de Pugh tiene múltiples matices. Su Dani vive acosada por un enorme dolor, la ansiedad por la inseguridad de su relación y la confusión por el ambiente que la rodea. A final de cuentas está completamente sola en uno de los lugares más extraños.
“Sabía que su pena, su dolor, su constante evasión de las emociones, debía ser exactamente como alguien lidiaría con el escenario en el que se encuentran ellos. Y nunca he estado cerca de sentir nada de eso. En mi vida nunca he pasado por un dolor así ni he visto a alguien pasar por algo así”, dijo Pugh. “Sabía que lograr hacerlo sería muy estimulante y que el resultado sería una sensación fantástica, y así fue”.
Ahondar sobre este resultado sería revelar de más, pero basta con decir que Dani aparece vestida de pies a cabeza con flores.
“Era como un pastel de Navidad pero de flores, una locura”, dijo la actriz riendo. “Por eso hago lo que hago”.