Hugo Sánchez Castillo, titular del Laboratorio de Neuropsicofarmacología y Estimación Temporal de la Facultad de Psicología indicó que los aficionados mexicanos pueden desarrollar “estrés postpartidos” si la selección no obtiene los resultados deseados.
Ciudad de México, 29 de junio (SinEmbargo).– No sólo los jugadores de futbol profesional están sometidos a altos niveles de estrés, también los aficionados que siguen a sus equipos durante los 90 minutos que dura un partido, asegura un estudio realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con Hugo Sánchez Castillo, titular del Laboratorio de Neuropsicofarmacología y Estimación Temporal de la Facultad de Psicología, los aficionados mexicanos pueden desarrollar “estrés postpartidos” si la selección no obtiene los resultados deseados.
“Cuando México pierde habrá algunos casos de tristeza y melancolía, porque teníamos altas expectativa, creíamos que la victoria podría ocurrir, y en el momento en que la selección falla hay una correlación entre el estado de alta expectativa y la respuesta emocional a la baja”, dijo.
El especialista en neurociencias de la conducta comentó que la derrota es la sensación de pérdida, que puede llevar al aficionado a estados motivacionales negativos como la ansiedad y la depresión.
“En México la gente ha intentado que la selección de futbol sea un modelo a seguir, y en una justa mundial es increíblemente identificada. Los aficionados creen que es su representante ante el mundo y se deprimen si la ven fallar, pues se rompe el ídolo, el amor platónico.
Asimismo Sánchez Castillo aseguró que el estrés después de los partidos o estrés post mundial, difícilmente podría llegar a compararse con estrés postraumático por un evento violento. No obstante, subrayó que ante los casos de derrota cualquier aficionado puede buscar ayuda profesional.
El investigador indicó que no sólo la exigencia forma a los grandes deportistas, también es necesario la integridad del sistema nervioso central.
“Los mejores deportistas no necesariamente son los más grandes y robustos, sino los que tienen mejor ritmo, la capacidad de alternar de manera armónica sus extremidades, con mejor adaptación, además de la genética, el ambiente social y el aspecto motivacional”, expuso.
Hugo Sánchez Castillo indicó que en la actualidad muchos deportistas articulan su desempeño dentro de la cancha con la alta motivación.
“Sentir que son capaces, que poseen fuerza, y energía, las características de un buen desempeño, por eso en los casos en los que la motivación se va hacia abajo, cambia la configuración neuroquímica y creen que no pueden hacerlo”.
El académico recordó que cuando las personas se encuentran motivadas está presente la sensación de “poder hacerlo”.
“Tenemos una situación que se llama ‘eustrés’, estrés positivo, pero si llegamos al ‘distrés’, que es estrés negativo, las personas tienen miedo y sienten que ya no lo pueden lograr su objetivo y que no vale la pena”.
En términos futbolísticos a esa situación se le llama ‘mística’, y es el poder mantener a los jugadores con alta motivación y con un nivel de estrés controlado, que les permita pensar que pueden desempeñarse correctamente.