EL PAÍS DE CORDERO… Y EL DE LOS DEMÁS

29/06/2011 - 12:00 am

Ernesto Cordero está en campaña. Si bien es cierto que parte del trabajo del Secretario de Hacienda es comunicar la política económica  del gobierno federal, la intensidad y el tono de las posiciones del responsable de la economía del país han cambiado significativamente. De 2006 a 2010, se publicaron en promedio seis comunicados al año del Secretario en la página de Hacienda (www.shcp.gob.mx). En ellos se detallaban reuniones importantes, decisiones de política económica o designaciones oficiales. Pero a partir de enero de este año, las declaraciones del titular de la SHCP en apariciones públicas se volvieron muy relevantes: a la fecha se han publicado 31 comunicados.

No es casual que los comunicados del titular de Hacienda normalmente sean tan escasos. Son posicionamientos que en ocasiones provocan movimientos en la bolsa de valores y cambios en las estrategias financieras y fiscales de las empresas. De allí el riesgo de que estos comunicados institucionales sean utilizados con propósitos electorales. Para efectos de este análisis constituyen la mejor fuente para tratar de separar lo institucional de lo partidista, la realidad de la propaganda. Partimos no de las frases banqueteras de Cordero, sino de los comunicados que emanan directamente del Secretario, que son revisados, validados y publicados oficialmente.

 

Estabilidad y crecimiento, el vaso tres cuartos lleno

“La presente administración ha tomado las decisiones correctas en materia económica, lo que genera hoy un entorno de estabilidad y permite este año esperar un crecimiento conestabilidad de precios y menores tasas de interés”. (Cordero, 25 de marzo 2011).

El Secretario se queja de que en México muchos se empeñan en ver el vaso medio vacío, lo niega y afirma: “en, México el vaso está tres cuartos de lleno”[1]. Hay que darle crédito; el optimismo de Cordero sobre la economía mexicana es compartido por los mercados financieros y organismos internacionales. Incesantemente, Cordero repite en sus declaraciones que gracias al buen manejo de las finanzas públicas, la estabilidad en los precios y las políticas de la administración federal, la economía mexicana se ha recuperado de la reciente crisis económica; tiene razón. En 2010, México creció a una tasa anual real de 5.5% y se espera que en 2011 dicho crecimiento se mantenga entre 4.0 y 5.0 por ciento.

Banco de México, institución autónoma y encargada de mantener la estabilidad de precios, hizo –y ha hecho– un gran trabajo conteniendo la inflación,y la Secretaría de Hacienda (bajo el liderazgo de Agustín Carstens) exitosamente implementó una serie de medidas para hacer frente a los efectos nocivos de la crisis internacional. Cordero puede estar orgulloso, aunque sea una medalla que no le corresponde.

Sin embargo, la pregunta es si la estabilidad y el crecimiento se han traducido en una mejora en la situación económica de las familias mexicanas, como ha insistido Cordero una y otra vez.

Erase un país de renta media…

“Hace mucho que México dejo de ser un país pobre, México es un país de renta media con un problema de pobreza muy serio”. (Cordero, 31 de mayo 2011).

Uno creería que Cordero habría aprendido la lección después del ampliamente fustigado comentario de los 6 mil pesos mensuales, pero claramente el Secretario no se ha percatado de que sus dichos trascienden los muros reservados para políticos y economistas. La declaración es veraz, el problema es la selección de palabras.

De acuerdo con la clasificación del Banco Mundial, México es efectivamente un país de renta media. En palabras llanas: dividiendo el ingreso bruto del país por el número total de mexicanos en un año, se obtiene el ingreso (o renta) nacional per cápita (por persona), y si se calcula dicho número, resulta que México tiene una renta por persona más elevada que la que corresponde a los países de ingreso mediano alto (ver tabla: INB pér cápita, 2009). Más aún, desde 1990 México es considerado como un país de ingreso mediano alto, aunque cabe resaltar que cada vez se aleja más de los estándares correspondientes a los países de ingreso alto (ver gráfica: INB per cápita).

Sin embargo, decir que hace mucho que México dejó de ser un país pobre (incluso si las palabras de Cordero vengan después acompañadas de un reconocimiento del problema de la pobreza) es una afronta a los 19.5 millones de personas que no tienen suficientes ingresos para alimentarse.

México bien podrá ser un país de renta media pero la distribución de dicha renta deja mucho que desear. La desigualdad de los ingresos en nuestro país es alarmante. Por un lado, 35% de los hogares perciben un ingreso menor a 6 mil pesos al mes  (ver gráfica anterior: Ingreso corriente mensual del hogar) y por otro lado Carlos Slim goza de un lugar privilegiado en la lista de Forbes de los hombres más ricos del mundo. México es un país de renta media y de extremos.

 

¿El sexenio del empleo?

“La recuperación se da en un contexto de estabilidad de precios y en las finanzas públicas, lo que aunado a la reactivación del mercado interno, contribuyó a la generación de 271 mil 235 nuevos empleos en lo que va del presente año. Con ello, de junio de 2009 a abril de 2011 se han creado un millón 108 mil 346 nuevas plazas laborales, cifra que significa 407 mil empleos más de los que se perdieron en la pasada crisis”. (Cordero, 30 de abril 2011).

Otra de las constantes en las declaraciones de Cordero es la generación de nuevos empleos, lo que hace recordar las promesas de campaña de Calderón y su eslogan: “el Presidente del empleo”. Durante los primeros años de la administración calderonista las cosas parecían ir bastante bien en materia laboral, no obstante, con la crisis económica de 2008, el desempleo se disparó.

Ahora revisando los datos duros, se observa un panorama alentador (aunque tampoco tan favorable como para definir este periodo como el sexenio del empleo). Al 31 de mayo de este año, se han generado 327 mil 81 nuevos empleos formales, con lo que se alcanzó la cifra total de 14 millones 938 mil 710 trabajadores asegurados en el IMSS (un máximo histórico).

Si bien el empleo formal se ha recuperado, no es el caso del empleo informal. Hay que aclarar que los trabajadores asegurados al IMSS representan sólo 33% del total de ocupados en México, aproximadamente. De acuerdo con la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), en el primer trimestre de 2011 se registraron poco más de 2 millones 481 mil personas desocupadas y la tasa de desempleo al mes de abril de 2011 (5.17% del total de la población económicamente activa) fue mayor que la registrada en diciembre de 2006 (3.87% de la PEA). Pero tomando en consideración la crisis y comparando la tasa de desempleo en México contra las de los demás países latinoamericanos, el escenario es más bien positivo.

Sin embargo, aunque el empleo se está recuperando, las nuevas plazas laborales no van acompañadas de un buen salario. De acuerdo con datos de la ENOE, la proporción de trabajadores que ganó más de cinco salarios mínimos, bajó 3.4 puntos porcentuales, del cuarto trimestre de 2006 al mismo periodo de 2010, al pasar de 11.9% a 8.6% de la población ocupada. En contraste, aumentó en 2.4 puntos porcentuales la gente que ganó de uno a dos salarios mínimos mensuales, al pasar de 20.3% a 22.7% de la población trabajadora.

 

La recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo o el mundo feliz

“Por primera vez, en décadas, el poder adquisitivo del salario mínimo está creciendo en México, es decir, lo que alcanza para comprar con un salario mínimo, está creciendo por primera vez en México en los últimos años”. (Cordero, 6 de junio 2011).

La noticia se difundió ampliamente y no era para menos. La afirmación de que “ahora lo que alcanza para comprar con un salario mínimo es más”, viniendo de un funcionario cuyo sueldo bruto es de 205 mil pesos al mes, es provocadora. La afirmación además iba acompañada de una presentación con marcado tinte partidista, en la que recalcó: “la caída tan brutal en el poder adquisitivo del salario mínimo se dio en las décadas de los ochenta y noventa, y claramente  la recuperación del  poder adquisitivo comenzó en esta última década”. Más adelante, incluso indicó que, “si es necesario, está dispuesto a debatir y comparar cómo han sido los últimos 10 años de gobierno donde se han presentado estos avances y las siete décadas de las administraciones anteriores”.

Ahora, con esas declaraciones en mente, veamos los datos duros. De 1981 a 2011 el salario mínimo real disminuyó dramáticamente (ver gráfica siguiente, lado izquierdo: Evolución del Salario Mínimo Real) y permanece a la fecha en niveles muy inferiores a los que se percibían en 1980.  Entonces, ¿cómo es posible que Cordero afirme que el poder adquisitivo del salario mínimo se está recuperando?


Para explicar la declaración de Cordero, es necesario profundizar en los datos. Primero, existe una inconsistencia en la información que presenta la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (el organismo que determina el aumento a los salarios mínimos) y el Banco de México. Si tomamos como válidos los datos de CONASAMI, entonces no sólo no ha habido una recuperación, sino todo lo contrario: el poder adquisitivo del salario mínimo sería inferior que el registrado al inicio del gobierno del Calderón, e incluso aún menor al registrado al inicio de la primera administración panista. Ahora, si tomamos los datos de Banco de México, entonces es posible justificar el argumento de Cordero. Básicamente lo que calculó es la variación del salario mínimo real entre periodos: de diciembre de 1980 y diciembre de 1990 (-49.4%), luego de diciembre de 1990 a diciembre de 2000 (-35.0%) y, finalmente, de diciembre de 2000 a diciembre de 2010 (2.4%). Lo anterior significa que en los últimos 10 años el salario mínimo real no ha caído, pero tampoco se encuentra en los niveles que se tenía en los ochenta ni a principios de los noventa. En otras palabras, la situación no está empeorando, pero el poder adquisitivo del salario mínimo está a años luz de lo que era hace 30 años.

Resulta además curioso que la recuperación –mínima– del poder adquisitivo de la cuál presume Cordero corresponde exclusivamente a la administración de Fox. Siguiendo la metodología presentada por la SHCP, se puede observar (ver gráfica anterior: Cambio en el Poder Adquisitivo del Salario Mínimo) que de diciembre de 2006 a diciembre de 2010, el salario mínimo real disminuyó 0.8%. Pero, al menos, Cordero estaba diciendo la verdad: en la última década el SM se incrementó 2.4 por ciento.

Sin embargo, aun asumiendo que los datos presentados por Banco de México son los correctos, estos no consideran la caída del poder adquisitivo de los hogares con menor ingreso debido a que los productos de la canasta alimentaria han aumentado en mayor proporción que los correspondientes a la canasta representativa que se utiliza para calcular el valor del salario mínimo real. En otras palabras, las personas que ganan 1 salario mínimo o menos, tienen lo justo para alimentarse, ahora, si el precio de esos alimentos aumenta en mayor proporción que su salario, con el tiempo les alcanza para menos.

 

Conclusión: En el Excel estamos mejor

Ernesto Cordero enfrenta un problema serio para convertirse en un candidato verosímil. La economía mexicana está en plena recuperación (aunque lejos de ser boyante, avanza de manera inequívoca), pero tales efectos no se han trasladado en un bienestar visible para la mayoría de los mexicanos. En algunos aspectos incluso se ha retrocedido. Para desgracia del Secretario de Hacienda, los ciudadanos votan mucho más en función de su propio bolsillo que de las gráficas del Excel de Cordero. Una y otra vez el Secretario de Hacienda tiene razón cuando habla del avance de los valores macroeconómicos. Una y otra vez se equivoca cuando intenta extender esos avances a las condiciones concretas de vida de los mexicanos. Hay mayor empleo, pero está peor pagado. Ha aumentado el Producto Bruto, pero también la desigualdad.

México ya tiene una economía estable con crecimiento sano, pero ha sido mucho menos eficaz en la elaboración de políticas encaminadas a favorecer a la mayoría de la población. En palabras de Cordero: “la estabilidad económica sólo será importante si se refleja en beneficios para las familias de menores ingresos”. Una ingrata verdad para el propio Secretario. Al final es muy probable que las próximas elecciones lo decidan los mexicanos que ganan 6 mil pesos mensuales o menos.

 

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