Al igual que la mayoría de los anfibios de la familia Brachycephalus, este posee una piel venenosa de intenso color naranja y puede brillar bajo la luz ultravioleta.
Ciudad de México, 29 de abril (RT).- En la región boscosa de la Mata Atlántica, en Brasil, un equipo de científicos ha descubierto una nueva especie de las diminutas ranas Botón de oro, que como su nombre lo indica, destacan por sus colores brillantes que emiten fluorescencia bajo la luz ultravioleta, según un estudio publicado esta semana en la revista PLOS One.
Durante los últimos años, los biólogos han trabajado en la descripción de las distintas especies del género de anfibios Brachycephalus y hasta la fecha, se han identificado un total de 36 grupos. Sin embargo, la tarea ha sido todo un reto para los científicos ya que estos anfibios comparten características genéticas y físicas como su pequeño tamaño de casi un centímetro de largo y brillante piel naranja que secreta una poderosa neurotoxina.
El equipo consiguió medir y comparar varios aspectos de 276 ranas en el estado de São Paulo, además de estudiar su comportamiento y analizar muestras de ADN.
Los investigadores encontraron que un grupo de ranas en las montañas del sur de Mantiqueira eran distintos de sus vecinos conocidos como Brachycephalus ephippium o Botón de oro. Estos anfibios eran ligeramente más pequeños, con manchas negras descoloridas y su ADN difería en aproximadamente un tres por ciento, por lo que fueron clasificados como una nueva especie: Brachycephalus rotenbergae.
Al igual que las diferentes variedades de este tipo de ranas, B. rotenbergae brilla bajo la luz ultravioleta, aunque todavía no está claro por qué poseen la capacidad de fluorescencia. “Existe la idea de que la fluorescencia actúa como señales para parejas potenciales, para enviar señales a los machos rivales o algún otro papel biológico”, explica el herpetólogo Ivan Nunes, autor principal del estudio.
Otra característica curiosa de estos animales es su llamado de apareamiento. Se cree que esta especie, debido a su pequeño tamaño, son incapaces de escuchar la llamada más aguda de otros sapos, pero a pesar de ello, siguen haciéndolo, recoge Gizmodo.
Los especialistas consideran que el reciente hallazgo está lejos de ser el último, ya que aún hay “muchas especies crípticas por descubrir”, que podrían habitar en los densos bosques de Brasil, y esperan poder replicar las técnicas usadas en la reciente investigación. “Hace 100, incluso 50 años, era muy fácil describir nuevas especies. Pero ahora, tenemos que trabajar mucho más para describir estas especies muy similares”, concluye Nunes.