El Presidente llamó a aprobar una inversión de 1.8 billones de dólares en niños, familias y educación para ayudar a reconstruir una economía devastada por la COVID-19.
Washington, 29 abr (EFE).- El Presidente estadounidense, Joe Biden, defendió este miércoles su ambicioso proyecto de Gobierno con un tinte profundamente social y con inversiones en busca de la recuperación económica.
En la víspera de cumplir cien días en el poder y en su primer discurso ante las dos cámaras del Congreso, Biden proclamó que Estados Unidos "está de vuelta otra vez" y pidió una y otra vez a los republicanos -cuyo voto necesita para muchas de sus propuestas- que le apoyen en sus principales planes económicos y sociales.
Durante poco más de una hora, Biden habló de la vacunación contra la COVID-19, de sus planes de infraestructuras y gasto social y de política exterior, sin olvidarse de los temas que se le han atragantado en estos primeros meses: la inmigración, los tiroteos y la brutalidad policial contra las minorías.
"Estamos vacunando a la nación, creando cientos de miles de trabajos, entregando resultados reales que la gente puede ver y sentir en sus vidas", dijo el mandatario.
TRABAJOS, TRABAJOS, TRABAJOS
Si hubo una palabra que el presidente repitió a lo largo de su discurso fue "trabajos", aunque siempre la acompañó de un matiz social.
"Nuestra Constitución se abre con las palabras 'Nosotros, el Pueblo'. Ya es hora de que recordemos que 'Nosotros, el Pueblo somos el Gobierno. Ustedes y yo", indicó.
Buena parte de su alocución la dedicó a promover su plan de inversiones en infraestructuras por valor de 2.25 billones de dólares, acompañado por otro con un tinte más social dirigido a ayudar a las familias y los ciudadanos en situación más vulnerable, por un importe de 1.8 billones de dólares.
Para financiar ambos proyectos el Presidente defendió que hay que subir los impuestos a las grandes empresas y a las grandes fortunas.
En ese sentido consideró que "ya es hora" de que las grandes corporaciones y los más ricos del país, que son un 1 por ciento, "paguen su parte justa" de impuestos.
Biden citó un estudio reciente que apunta que el 55 por ciento de las grandes empresas pagó "cero" impuestos federales el año pasado, y lograron 40 mil millones de dólares en beneficios, mientras que muchas evadieron tributar y se acogieron a beneficios y deducciones por emplear a sus trabajadores en otros países.
"Y eso no está bien", denunció.
En ese sentido aseguró que el Gobierno acabará con los resquicios que permiten a los más ricos pagar muy por debajo de lo que deberían según sus ganancias y advirtió de que el Departamento de Hacienda actuará con mano dura contra los millonarios que pretendan "engañar" sobre sus ganancias.
QUE TODOS SE VACUNEN
Tanto el rescate aprobado en marzo por valor de 1.9 billones de dólares, como los proyectos de gasto social y en infraestructuras, están dirigidos a frenar el deterioro económico ocasionado por la pandemia de COVID-19.
Este miércoles el mandatario pidió todos los estadounidenses que superen las dudas y se vacunen cuanto antes, porque "cada pinchazo es una dosis de esperanza".
"Nuestro progreso de estos últimos cien días contra una de las peores pandemias de la historia es uno de los mayores logros logísticos que ha visto jamás nuestro país", afirmó el mandatario.
De acuerdo a datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), el 43 por ciento de los estadounidenses ya han recibido al menos la primera dosis de la vacuna; mientras que el 29.5 por ciento de los adultos están completamente inmunizados.
Biden prometió, además, que su país será un "arsenal de vacunas" para el resto del mundo y jugará un papel de liderazgo similar al que desempeñó durante la Segunda Guerra Mundial.
Más allá de la pandemia y la recuperación económica, el Presidente reclamó consensos a los republicanos para hacer frente a los grandes desafíos que afronta EU: la inmigración, las armas y el racismo.
Biden instó a poner fin a "la agotadora guerra" partidista sobre la política migratoria y pidió al Congreso que apruebe su reforma migratoria, que busca regularizar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país, un proyecto que está estancado en el Senado ante la falta de apoyo de los conservadores.
"Si creen que necesitamos una frontera segura, apruébenla. Si creen en una vía hacia la ciudadanía, apruébenla -solicitó-. Si realmente quieren resolver el problema, les he enviado el proyecto, ahora apruébenlo".
LLAMAMIENTOS A LOS REPUBLICANOS
Del mismo modo, urgió a la oposición republicana a que se una a los demócratas para restringir el acceso a las armas de fuego e imponer una verificación de los antecedentes legales del comprador en las transacciones de armamento.
"No me digan que no se puede hacer. Lo hicimos en el pasado, y funcionó", añadió Biden, quien también defendió prohibir los rifles de asalto y los cargadores de alta capacidad, armas y dispositivos habituales en los tiroteos masivos.
Asimismo, animó a los conservadores a aprobar el proyecto de reforma de la Policía en mayo, coincidiendo con el primer aniversario del asesinato del afroamericano George Floyd. "La nación apoya esta reforma. El Congreso debe actuar", aseguró.
En esa línea más social, el mandatario animó a las dos cámaras del Congreso que apoyen al Gobierno en su empeño por proteger a la comunidad LGTBQ y también a las víctimas de la violencia de género, en este último caso restringiendo el acceso a las armas de sus atacantes.