El ICE tiene a unas 30 mil personas detenidas y sólo les ha hecho pruebas a 705 de ellas, según sus estadísticas difundidas públicamente. La agencia indicó que recibiría dos mil pruebas mensuales de parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos a fin de aumentarlas entre los detenidos.
Por Nomaan Merchant
HOUSTON, 29 de abril (AP).- Dos guardias de un centro de detención de migrantes en Luisiana fallecieron tras contagiarse del coronavirus, suscitando dudas acerca de si el Gobierno Federal está protegiendo adecuadamente a 30 mil migrantes en custodia y al personal que los vigila.
Las familias de Carl Lenard, de 62 años, y Stanton Johnson, de 51, señalaron que el Centro Correccional Richwood en Monroe, Luisiana, les había impedido a ambos utilizar mascarillas mientras el virus se propagaba por las instalaciones.
Lenard falleció el sábado en la mañana, según su familia. Le detectaron COVID-19, la enfermedad causada por el virus, aunque la causa de su muerte sigue sin determinarse. Su viuda, Margarette Lenard, dijo que ella también está contagiada y que varios parientes presentan síntomas del virus.
Johnson falleció el martes, según su madre, Joyce Johnson, quien dijo que a su hijo le detectaron COVID-19 en los exámenes.
Ambas familias creen que Lenard y Johnson contrajeron el virus mientras trabajaban en Richwood, donde hay 45 detenidos que han dado positivo al COVID-19. Se tienen 425 casos confirmados a nivel nacional entre las personas que custodia el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), cifra que se ha elevado de manera constante en las últimas semanas. No se ha informado de muertes por coronavirus entre los detenidos en Richwood u otras instalaciones del ICE.
El ICE tiene a unas 30 mil personas detenidas y sólo les ha hecho pruebas a 705 de ellas, según sus estadísticas difundidas públicamente. La agencia indicó que recibiría dos mil pruebas mensuales de parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos a fin de aumentarlas entre los detenidos.
LaSalle Corrections, la compañía privada de prisiones que tiene a su cargo Richwood, no respondió de momento a una pregunta para que hiciera declaraciones sobre los guardias. Tampoco ha precisado cuántos guardias de sus instalaciones de migración se encuentran enfermos. El ICE canalizó a LaSalle las preguntas sobre las muertes de los guardias.
“El empleador de una persona esta obligado a protegerla”, dijo Margarette Lenard, viuda de Carl Lenard. Ella también atribuyó lo sucedido a la escasez nacional de equipo protector y a la reutilización de mascarillas y otros materiales.
Un empleado en Richwood dijo a principios de abril a The Associated Press que se les había ordenado a los guardias no utilizar mascarillas ni guantes para evitar que cundiera el pánico entre los detenidos, debido a que muchos han solicitado su libertad para no contagiarse y se han incoado más de 20 demandas contra el ICE. El empleado solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones públicas.
Dos días después de que la AP le preguntara a LaSalle Corrections sobre la política del equipo protector para su personal, se le dijo el 8 de abril al personal penitenciario que podía comenzar a utilizar mascarillas y otro equipo de protección, según el empleado de Richwood.
Scott Sutterfield, un ejecutivo de LaSalle, dijo a la AP que el equipo “es proporcionado según las necesidades y los empleados pueden traer y utilizar mascarillas”.
Mientras tanto se estaba trayendo a más detenidos a Richwood desde otras instalaciones en Texas y Luisiana, agregó el empleado, y se sospechaba que algunos tenían el coronavirus.
Un detenido, Salomón Diego Alonzo, fue hospitalizado poco después de que le solicitaran comunicarse por teléfono a una audiencia en una corte de migración en la que tuvo dificultades para hablar, según su abogada, Veronica Semino. Un guardia que estaba cerca de Alonzo le dijo al juez durante la audiencia que el guatemalteco de 26 años “no tiene capacidad pulmonar”.
Margarette Lenard confirmó que a su esposo le preocupaba estar entre detenidos sin el equipo protector necesario. Ella finalmente le consiguió tres mascarillas de tela.
Carl Lenard murió inesperadamente en su casa el sábado alrededor de las 2 de la mañana. Comenzó a tener fiebre el lunes, seis días antes de su muerte, agregó. Ella le dio Tylenol y llamó a una clínica, que le pidió al guardia presentarse el miércoles para hacerle una prueba de coronavirus. La fiebre había cedido pero tenía una tos leve.
Se despertó alrededor de la 1 de la mañana del sábado y se puso a conversar con su esposa y nietos. A eso de la 1:45, dijo su viuda, él comenzó a orar. Poco después tosió una sola vez y dejó de respirar, agregó.
Margarette Lenard, que es enfermera, intentó resucitarlo mientras llegaban los paramédicos, pero todo fue infructuoso.
Joyce Johnson, madre de Stanton Johnson, dijo que él falleció el martes. Su hijo comenzó a tener fiebre y otros síntomas la semana pasada, apuntó.
Ambos guardias eran diabéticos, dijeron sus familias. En la mayoría de la gente, el coronavirus provoca síntomas leves o moderados, como fiebre y tos que se quitan en dos o tres semanas. Sin embargo, en algunas personas, en especial adultos mayores o con otros problemas de salud, puede causar complicaciones más severas, incluyendo neumonía, e incluso la muerte.
Abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles en Luisiana y del grupo Southern Poverty Law Center exigieron el martes al ICE mejorar las condiciones en Richwood.
“El abultado número de casos positivos de COVID-19 en Richwood, y los reportes sobre la deficiente atención médica que acompaña a esta pandemia, exigen su atención inmediata a las condiciones en esa instalación”, afirmaron los abogados.