El pasado miércoles, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el Secretario de Movilidad, Andrés Lajous, informaron una serie de medidas para agilizar los trámites de los taxistas y garantizar un piso parejo con las aplicaciones. Entre ellas se anunció que habrá igualación de trámites, lo que incluye la creación de la licencia E1 para conductores de servicios como Uber y Cabify, mientras que los taxistas seguirán solicitando la B; además de que los conductores de aplicaciones deberán pasar la revista vehicular y la validación de sus unidades.
El Movimiento Nacional de Taxistas denunció que las nuevas disposiciones del Gobierno capitalino no contemplan que los taxistas sí deben pagar una concesión de 40 mil pesos; además de un gasto extra por la cromática oficial.
Ciudad de México, 29 de abril (SinEmbargo).– Líderes del Movimiento Nacional de Taxistas anunciaron este lunes que realizarán un paro el próximo 3 de junio en la Ciudad de México pues acusaron que las nuevas disposiciones de la Ley de Movilidad, anunciadas por la administración de Claudia Sheinbaum Pardo, no garantizan el piso parejo entre el sector y los servicios que brindan las aplicaciones.
“Quiero informar que el primer lunes del mes de junio habrá un paro nacional de taxistas y ofrezco anticipadas disculpas a los ciudadanos de la Ciudad de México porque vamos a interrumpir el tráfico de las vialidades más importantes que tenga la ciudad el 3 de junio. La pretensión es cerrar el ingreso a la ciudad”, anunció Ángel Morales, líder del Movimiento en una conferencia de prensa hoy frente al Palacio del Ayutamiento, sede del Gobierno de la Ciudad de México.
Aseguró que serán cerradas las entradas de Querétaro, de Puebla, de Pachuca, Toluca, y de Guerrero y que en el paro participarán unos 20 mil taxistas.
“Es el acuerdo que hemos llegado a nivel nacional, porque no vamos a permitir que con argucias legaloides, la administración de la ciudad pretenda desaparecer el servicio de los taxistas”, añadió.
El Movimiento Nacional de Taxistas denunció que las nuevas disposiciones del Gobierno capitalino no contemplan que los taxistas sí deben pagar una concesión de 40 mil pesos; así como una licencia y tomar un curso que cuesta 2 mil 565 pesos. Mientras los conductores de aplicaciones no deben de cumplir con estos requisitos.
Otra de las diferencias que reclamaron es que los conductos de taxis deben de pintar sus autos con una cromática específica, cuyo costo de de 2 mil 500 pesos y además cuentan con una tarifa fija, mientras las aplicaciones pueden utilizar tarifas dinámicas.
También denunciaron que a los conductores de esas empresas se les dará una mayor tiempo para sacar su tarjetón.
“A los conductores de las aplicaciones les van a dar casi todo el año, hasta noviembre, para sacar su tarjetón gratis y a los taxistas no sólo lo cobran, sino que cuando existe una inspección si no lo traen, la multa es de aproximadamente 10 mil pesos”, denunció.
Incluso aseguraron que las autoridades capitalinas son aliados de las aplicaciones.
El movimiento también criticó que al no haber regulación para que los conductores puedan trabajar en una sola aplicación, ellos pueden entrar a trabajar a varias y con ello también crece el número de aplicaciones. Tampoco, añadió, se hará un padrón de autos, ni el origen de su placas.
“Asimismo se incrementará el número de vehículos de otras entidades como el Estado de México, mientras los servicios para la infraestructura vial los pagamos los ciudadanos de la Ciudad de México”, aseguraron.
Los taxistas de la Ciudad de México, como los de muchas ciudades del país, son una fuerza política que ha servido para movilizar votos al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y, en el centro del país, al de la Revolución Democrática (PRD).
Antes de la llegada de plataformes como Uber, Didi o Cabify, tenían un control sobre la necesidad de transporte de los ciudadanos de a pie, los que no tienen autos. Las tarifas estaba casi siempre a su arbitrio y el servicio era (y sigue siendo) sucio y malo.
Durante años, los taxistas han sido vinculados con el crimen organizado: en la capital mexicana se les relacionó con el llamado “secuestro exprés” durante años; en otras ciudades se les identifica con la venta de droga o con el “halconeo”, una actividad de vigilancia a favor de los criminales.
Los operadores de taxis suelen ser los primeros en violar reglamentos de tránsito, como lo fueron por años los peseros en la Ciudad de México hasta que se les sacó de las rutas principales gracias al crecimiento de la red de transporte público.
Las organizaciones de taxistas ofrecen votos a cambio de votos durante tiempos electorales; muchos de ellos son en realidad operadores de los dueños de concesiones.
LAS NUEVAS DISPOSICIONES
El pasado miércoles, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el Secretario de Movilidad, Andrés Lajous, informaron una serie de medidas para agilizar los trámites de los taxistas y garantizar un piso parejo con las aplicaciones.
Entre ellas se anunció que habrá igualación de trámites, lo que incluye la creación de la licencia E1 para conductores de servicios como Uber y Cabify, mientras que los taxistas seguirán solicitando la B; además de que los conductores de aplicaciones deberán pasar la revista vehicular y la validación de sus unidades.
Andrés Lajous señaló que los conductores de taxi deben acreditar pruebas en el Centro para el Fomento de la Educación y la Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México A. C. (Cenfes), pero quienes laboran con servicios de aplicación no cumplen con este requisito, por lo que a partir de la modificación también deberán capacitarse en el Cenfes.
Además, en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México se publicaron las nuevas disposiciones del reglamento de la Ley de Movilidad, donde se detalla que los conductores de aplicaciones deben tener una constancia de registro vehicular donde se debe presentar la factura del auto que debe tener como mínimo de costo los 250 mil pesos.
Un día después, el pasado jueves, la Jefa de Gobierno aseguró que hay empresas que no quieren regulación pero insistió en que su administración busca crear un piso parejo entre aplicaciones y taxis en la capital del país:
“Obviamente hay empresas globales que lo que buscan es que no haya ningún tipo de regulación. Pero también es indispensable en cualquier ciudad del mundo tener ciertas regulaciones. Es decir, el mercado, está más que demostrado, que no se regula así mismo, al contrario genera monopolios. Lo que buscamos es que el Gobierno sea un regulador en distintas áreas para facilitarle la vida al ciudadano”.
Por su parte, l colectivo de Empresas de Redes de Transporte, creado por Uber, Cabify, Bolt, Laudrive Beat y DiDi, hizo un llamado a las autoridades capitalinas para que se abra el diálogo en el tema, pues argumentó que esta nueva regulación afecta a los usuarios y reduce las oportunidades económicas de los que hoy tienen un ingreso a través de estos servicios.