Ricardo Salinas Pliego aseguró que de “las cenizas” del Instituto Nacional Electoral (INE) debe surgir otra institución que pueda garantizar la democracia en México.
Ciudad de México, 29 de marzo (SinEmbargo).- El empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego, dueño de Grupo Salinas, aseguró hoy que el Instituto Nacional Electoral (INE) debe morir porque se encuentra “secuestrado” por los partidos políticos.
“El INE protege intereses oscuros, opacos; no es democrático y no representa de ninguna manera los intereses de la sociedad. Es más bien una figura muy lejana de las personas, incluso más que las figuras de los políticos”, escribió Salinas Pliego en un texto publicado este día en su blog personal.
En el texto titulado “El INE debe morir y desaparecer”, el magnate señaló que “los partidos políticos —los dueños—, que controlan al INE, no son verdaderos vehículos de representación ciudadana”. “Son una clase de burócratas que viven de nuestros impuestos”, añadió.
“Los consejeros del INE, elegidos por estos mismos dueños, encarnan un sistema donde la democracia se maneja a través de negociaciones políticas y no como voluntad expresa de la sociedad”, escribió.
“La legislación que da vida al INE lo ha vuelto una pesada máquina burocrática que lo obliga a entrometerse en ámbitos que no le corresponden: robarse los tiempos de los medios de comunicación; aprobar cada uno de los spots y campañas electorales; validar procesos en la vida INTERNA de los partidos”, expuso Salinas Pliego.
El empresario dijo que el INE “desperdicia veinte mil millones de pesos al año, cifra que aumenta con gran rapidez año con año y que nosotros, los mexicanos, pagamos con impuestos”.
“El INE se ha vuelto incapaz de actuar bajo principios de justicia y de garantizar la imparcialidad en cualquier proceso electoral. El INE se ha vuelto un ente hiper-politizado, obsoleto, carísimo, arbitrario y sesgado. No representa a la sociedad y ha dejado de ser democrático”, añadió.
Salinas Pliego dijo que después debe surgir un nuevo instituto para garantizar la verdadera democracia en México. “Legítimo, tecnológicamente adecuado al siglo XXI y, sobre todo, creíble”.