Este ensayo clínico multicéntrico, que por el momento se ha puesto en marcha en España y Noruega pero prevé desarrollarse en al menos 45 países, busca evaluar y obtener evidencia sobre la eficacia de tratamientos en pacientes hospitalizados que han dado positivo en coronavirus.
Madrid, 29 mar (EFE).- El Hospital Clínico San Carlos de Madrid es el segundo del mundo que participa en el programa Ensayo de Solidaridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que casi 50 países compartirán conocimientos para acelerar la búsqueda de vacunas y curas contra el COVID-19.
Este ensayo clínico multicéntrico, que por el momento se ha puesto en marcha en España y Noruega pero prevé desarrollarse en al menos 45 países, busca evaluar y obtener evidencia sobre la eficacia de tratamientos en pacientes hospitalizados que han dado positivo en coronavirus.
Actualmente “no existe ningún tratamiento disponible contra la enfermedad” y que “la utilización de medicamentos sin evidencias sólo nos ofrece reacciones adversas, costes y dudas”, señaló este domingo a la prensa el director del Instituto de Investigación del hospital, Antonio Portolés.
“Tras tres meses de pandemia, decenas de miles de tratamientos realizados y cientos de estudios publicados, no tenemos evidencia sobre la eficacia o falta de ella de las opciones de tratamiento, debido a que estos estudios no eran controlados. Esto nos lleva a tener que planificar ensayos clínicos controlados y autorizados para obtener evidencias”, explica Portolés.
La región de Madrid, la más afectada de España por la pandemia, recordó en un comunicado que diez centros sanitarios españoles ya se han adherido al programa de la OMS, e iniciarán sus ensayos “en los próximos días”.
Estos ensayos, apoyados por la OMS, trabajan principalmente con cuatro tratamientos.
Un primero testa en pacientes de COVID-19 el uso del antiviral remdesivir, usado contra el ébola, mientras que el segundo combina lopinavir y ritonavir, comúnmente usaos para portadores de VIH.
Un tercero añadiría a esos dos antiretrovirales el uso de interferon beta, usado contra la esclerosis múltiple, y el cuarto prueba en pacientes la cloroquina, un medicamento utilizado contra la malaria y el reumatismo, disponible en casi todo el mundo.
Los resultados serán examinados por “un comité mundial de vigilancia y seguridad de datos” para comprobar si alguno de los tratamientos “ralentiza la progresión o mejora la supervivencia” a la enfermedad.