Académicos advirtieron que la política social en México “es un fracaso” y por ello las políticas de Donald Trump será un detonante para que aumente la pobreza. Coincidieron en que por años el país apostó todo al mercado externo y se ofertó al mundo mano de obra barata sin recibir mucho a cambio y que uno de los motores importantes es el mercado interno, pero cuando 1 de cada 2 mexicanos está en pobreza, sólo se puede acelerar si el sistema se enfoca e impulsa la parte productiva de las personas.
Puebla, 29 de marzo (SinEmbargo).- Las acciones presidenciales de Donald Trump podrían ser un detonante de la pobreza en México y su perpetuación, debido a que la “política social es un fracaso” y que el actual gobierno sigue sin trabajar en la elaboración de una política económica e industrial para el mercado interno, coincidieron académicos.
Esto, explicaron, se debe a que por años el país apostó todo al mercado externo y se ofertó al mundo mano de obra barata sin recibir mucho a cambio. Entonces, eso es lo que le queda al país; al no fomentar la industria nacional, hoy los ingresos son bajos, no hay trabajo, no hay buenas condiciones laborales y no hay resultados de la inversión privada porque no se exigió.
“Nos equivocamos mucho en confiar en los vecinos del norte. Nos olvidamos del resto del mundo. Con Trump ya es tarde y no reaccionamos”, comentó Graciela Teruel Belismelis, Directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (Equide) en el Foro Internacional “¿Por qué persisten la pobreza y la desigualdad en México?”, organizado por la Universidad Iberoamericana Puebla.
Agregó que, en esta coyuntura, uno de los motores importantes es el mercado interno, pero cuando 1 de cada 2 mexicanos está en pobreza, sólo se puede acelerar si el sistema se enfoca e impulsa la parte productiva de las personas.
En este sentido, continuó, la política social no es suficiente para acabar con la pobreza, ya que es el crecimiento lo que garantiza empleos mejor pagados.
En la misma mesa, Miguel Reyes Hernández, Director del Observatorio de Salarios de la misma Universidad, criticó que el foco de atención en materia de pobreza esté en la política social y no es una política económica, fiscal e industrial, cuando es esto lo que la erradica y no 5 mil 800 programas que tienen duplicidad de funciones, objetivos y en los que hay corrupción.
Sobre el factor del crecimiento económico, el doctor Fernando Cortés Cáceres, Investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo y Docente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que luego del desarrollo estabilizador se decidió abrir la economía, se vendieron empresas estatales y se ofreció al mundo mano de obra barata.
La apertura del mercado significó que lo interno pasaba a otro plano sin importar los salarios bajos, porque al mismo tiempo, eran una carta de competencia.
“La pregunta ahora, con Trump, si se cierra la economía americana para las exportaciones mexicanas, es si ahora sí importará el mercado interno. Ahora vemos que los que se oponían al alza del salario mínimo, proponen aumentos que antes eran impensables. El tipo de modelo económico por el que decidimos transitar, de mercado abierto, la inversión pública se vino abajo y la inversión privada no llenó el hueco, siguió más o menos. Con eso no hay aumento de productividad”, señaló Cortés.
“Sin inversión financiera y muy poca inversión productiva, ¿cómo se puede pensar que aumenta la productividad? (…) La productividad no es solo una cuestión de capital humano, tiene que haber capital físico.
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Un trabajador mexicano que pasa al otro lado, es un trabajador tremendamente productivo. El problema no es el trabajador, sino los medios, la organización de trabajo y el capital que tiene a su disposición para trabajar”, agregó.
Teruel Belismelis precisó que es el crecimiento económico el responsable de los niveles de pobreza actuales, porque si el mercado interno está descuidado es mucho por la apuesta que se hizo por el mercado externo.
Cortés Cáceres puso como ejemplo el principal programa social del gobierno mexicano, Prospera, que, dijo, no está diseñado para combatir la pobreza, ya que las transferencias se calculan para que el dinero no saque a las familias de la pobreza porque eso “inhibe su potencial de esfuerzo”.
“Prospera promueve la generación de la pobreza. Que los hijos de los pobres sean pobres. Los estudiantes que fueron graduados del programa siguen siendo pobres porque el programa no previó la otra parte que era la demanda de fuerza de trabajo, sólo se preocupó de la oferta”, expuso.
La clave está, continuó, en que la desigualdad y la pobreza disminuyen distribuyendo la riqueza, con el solo hecho de trasladar recursos a los más pobres. Entonces, reduciendo la desigualdad crece la productividad, con productividad constante se sacan a más pobres y se entra en un circulo virtuoso.
“¿Por qué no se hace? No se entiende lo que pasa”, concluyó.