Faltándole poco para cumplir tres meses de Gobierno, el mandato de Javier Milei cosecha altos niveles de apoyo y de oposición. Ajuste, estilo confrontativo y escenario dividido dominan la escena del país.
Por Maricel Drazer
Berlín, 29 de febrero (DW).- Este 1 de marzo, el Presidente Javier Milei dará inicio a las sesiones ordinarias ante el Congreso de la Nación, el mismo al que no hace mucho tildó de “nido de ratas”.
La expectativa por lo que pueda decir es alta, en una Argentina profundamente divida. “Por fin un Presidente que se anima a hacer los cambios necesarios”, sostiene Carlos, del conurbano bonaerense. “El peor Presidente de la historia”, lo define, en tanto, Daniela, de la Ciudad de Buenos Aires.
Así, en las antípodas entre sí, se ubica la gran mayoría de los argentinos en la actualidad a la hora de calificar al actual primer mandatario del país.
“La mitad de los argentinos considera que con este Gobierno las cosas van a mejorar y la otra mitad considera que no”, grafica Federico Aurelio, director de la consultora Aresco, en entrevista con DW.
Pero el experto en opinión pública también tiene otros datos -que de hecho llegaron a conocimiento del propio Milei y fueron compartidos con entusiasmo en sus redes sociales- que muestran un fuerte aumento de las expectativas favorables hacia el Gobierno.
“La expectativa de que la situación va a mejorar estaba en un 20 por ciento al final del Gobierno anterior, subió a un 30 por ciento al inicio de la gestión de Milei, y ahora llega al 42 por ciento”, detalla Aurelio.
Con todo, relativiza: “Es habitual que suceda en los inicios de una nueva gestión”.
También hay estudios, sin embargo, que consignan una realidad más crítica para el actual Presidente: “Hemos empezado a visualizar un incremento en la imagen negativa, llegando a febrero con un diferencial de aproximadamente 10 puntos negativos, es decir, 55 puntos de imagen negativa y 45 puntos de imagen positiva”, indica, por su parte, el politólogo Gustavo Córdoba, director de la consultora Zuban, Córdoba y asociados,en diálogo con DW.
“El Presidente Milei ha tenido un desgaste prematuro”, sostiene.
GESTIÓN BAJO LA LUPA
Más allá del humor social imperante ¿cuál es el balance que hacen los expertos sobre los casi tres meses de gestión?
“En algunos aspectos es muy positivo”, afirma el economista Miguel Kiguel, en entrevista con DW. “Milei logró armar un programa que se sustenta en el objetivo de equilibrio fiscal y de ganar reservas, y en ese sentido está logrando mucho, más de lo que se esperaba”, amplía el director ejecutivo de la consultora Econviews.
“También está avanzando en muchas de las reformas estructurales”, agrega. “Y como un tercer punto muy importante también está logrando mucho apoyo internacional, tanto del Fondo Monetario Internacional, como del Gobierno de Estados Unidos y de gobiernos europeos, que miran con entusiasmo un Gobierno que por primera vez en muchísimos años está tratando de eliminar el déficit fiscal, que es uno de los karmas que tiene la economía argentina”, enumera el también profesor universitario desde Buenos Aires.
Sin embargo, también entre los analistas, las opiniones divergen. “El balance económico y social es malo”, considera el economista y magíster en relaciones internacionales Ricardo Aronskind. “La economía está ingresando en una profunda recesión. El mercado se contrae rápidamente debido al derrumbe de los salarios y las jubilaciones, lo que afecta al comercio y a los profesionales. La capacidad industrial está usada en un 50 por ciento y eso afectará también a las finanzas públicas. La situación social se deteriora aceleradamente”, detalla el también investigador y docente.
“Me preocupa que la única obsesión del Presidente sea dolarizar la economía”, agrega el experto, respecto a una de las consignas sobre la que más ha hecho hincapié el primer mandatario argentino. “Se ha demostrado que no es una buena solución, ni siquiera en términos de reducir la inflación”, indica.
Efectivamente, la altísima tasa de inflación es uno de los mayores problemas que afectan al país: en enero llegó al 20.4 por ciento, casi duplicando la que había sido la tasa media de todo el 2023, de 11 por ciento.
SEÑALES DE ALARMA
“Las debilidades más grandes se dan en el ámbito de lo social y lo político”, admite, asimismo, Kiguel. “Milei optó por un ajuste de tipo shock, (…), se ha visto una pérdida de poder adquisitivo y un aumento importante de la pobreza”, consigna el experto.
En concreto, de la mano del vertiginoso aumento de los precios y la disminución de los ingresos, los últimos estudios indican que casi el 60 por ciento de la población argentina se encuentra en situación de pobreza.
“Argentina vive un experimento insólito, que consiste en que desde su propio Gobierno se ataca a la sociedad, diciendo que ese es el camino para resolver sus problemas”, critica Aronskind.
“El Gobierno trata de hacer un ajuste de tal magnitud, que se ponen en riesgo actividades básicas de la sociedad, como la alimentación, la salud, el transporte, la vivienda y el trabajo”, detalla.
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“Serán meses muy conflictivos. Habrá que ver de qué forma el sistema institucional argentino procesará los cambios necesarios para volver a la racionalidad y la búsqueda del equilibrio económico y social”, plantea Aronskind.
“Tendremos frente a nosotros uno o dos meses muy difíciles, en los que vamos a seguir testeando la paciencia de la población a una situación económica muy delicada”, augura, en tanto, Kiguel.
“El gran test será el segundo trimestre, donde la economía debería tocar fondo y deberíamos empezar a ver un punto de inflexión. Si eso ocurre, podríamos tener una mirada bastante optimista para Argentina hacia adelante, porque va a significar que lo peor ha pasado”, concluye el analista, con mesurada esperanza.
