Barbas Poéticas

EPISTOLARIO | El día en que Jack Kerouac le escribió a Marlon Brando para producir En el camino

29/02/2020 - 12:00 am

Cuando la novela más representativa del autor beat fue publicada en 1957, estudios de cine como Warner Brothers y Paramount, buscaron apropiarse de los derechos del libro, pero Kerouac tenía sus propios planes: que Marlon Brando, quien estaba en la cima de su fama, adaptara e interpretara la película. El actor nunca respondió.

Esta carta fue encontrada tras la muerte de Brando, en julio de 2004, cuando personal de la casa de subastas Christie’s acudió al domicilio del actor para seleccionar las pertenencias que serían vendidas. La carta terminó costando 33,600 de dólares.

Traducción y adaptación por Odeen Rocha

Ciudad de México, 29 de febrero (BarbasPoéticas).- Es justo decir que a la mayoría de los escritores les gustaría una película basada en sus libros (para alcanzar una mayor audiencia y asegurar su fama y la inmortalidad en celuloide). Para eso, algunos escritores sueñan con los actores que podrían representar a los personajes que han creado. Aunque, por supuesto, esto rara vez ocurre, ya que la influencia de la taquilla siempre supera la sensibilidad artística cuando se trata del reparto.

En septiembre de 1957, la novela En el camino, de Jack Kerouac fue publicada obteniendo muy buenas críticas. Algunos estudios de cine quisieron apropiarse de los derechos del libro. Warner Brothers expresó su interés al igual que Paramount, pero Kerouac tenía sus propios planes.

El autor beat quería que Marlon Brando hiciera una película basada en En el camino. Pensó que la actuación de Brando sería perfecta para interpretar el papel de Dean Moriarty. Kerouac era los suficientemente ambicioso para pensar en sí mismo para el papel de su alter ego y compañero de Moriarty, Sal Paradise.

Brando estaba en la cima de su fama. Fue considerado el mejor actor de su generación y había sido nominado cinco veces para un Premio de la Academia, ganando uno por su actuación en On the Waterfront en 1954. Era una gran pregunta, pero Kerouac tenía esperanzas:

«Querido Marlon,

Rezo para que compres EN EL CAMINO y lo conviertas en una película. No te preocupes por la estructura. Sé que comprimir y re adaptar la trama un poco es perfectamente aceptable para la manera de hacer una película: puedes hacerla como un viaje que incluya todos los viajes de costa a costa del libro; un solo gran viaje desde Nueva York a Denver a San Francisco a México a Nuevo Orleans y de vuelta a Nueva York. Ya puedo imaginar las maravillosas tomas que podrían realizarse desde el asiento del automóvil, mostrando el camino (día y noche) desenrollarse por el parabrisas mientras Sal y Dean se relajan.

Quiero que tú hagas el papel porque Dean (como sabes), no solo es un atontado fanático de los autos, sino un irlandés verdaderamente inteligente (de hecho, Jesuita). Tú interpretas a Dean y yo hago a Sal (Warner Bros. dijo que yo haría a Sal) y te mostraré cómo es Dean en la vida real, no hay manera de que lo magines sin ver una imitación genuina.

De hecho, podemos visitarlo en Frisco o hacerlo venir a L.A., aún es un grueso frenético, pero actualmente se estableció con su última y definitiva esposa recitando un Padre Nuestro con sus pequeños hijos cada noche… como lo verás cuando leas la obra GENERACÓN BEAT.

Todo lo que pretendo de esto es lograr establecerme a mí y a mi madre un ingreso de por vida, para así poder tomar mis cosas y andar y vagar por todo el mundo y escribir todo lo que me venga a la cabeza y ser libre para alimentar a mis amigos cuando estén hambrientos y no preocuparme por mi madre.

Por cierto, mi próxima novela es LOS SUBTRRÁNEOS que sale en Nueva York en marzo próximo y es acerca de un romance entre un tipo blanco y una chica de color y es una historia muy moderna. Algunos de sus personajes los puedes ver fácilmente en el Vilage (Stanley Gould, etc.) y puede ser adaptado a un guion mucho más fácil que EN EL CAMINO.

Lo que quiero hacer es reinventar el teatro y el cine de América, darle un ritmo espontáneo, hacer a un lado las pre concepciones de “situación” y dejar a las personas delirar tal y como lo hacen en la vida real. Esa es la jugada: ningún argumento en particular, ningún “significado” en particular, sólo la forma en que la gente es. Todo lo que escribo lo escribo en el espíritu desde donde me imagino a mí mismo como un Ángel de regreso en la tierra y que lo observa todo con ojos tristes tal y como es.

Sé que compartes estas ideas, y por cierto, el último show de Frank Sinatra está basado también en lo “espontáneo”, que es la única manera de ser en este mundo, ya sea en los negocios o en la vida. Las películas francesas de los 30 son aún superiores por mucho a las nuestras porque los franceses realmente dejan a sus actores ser ellos mismos y los escritores no son quisquillosos acerca de algunas nociones preconcebidas acerca de qué tan inteligente es la audiencia, ellos hablan sinceramente de alma a alma y todo el mundo entiende a la primera. Finalmente, cuando sea rico, quiero hacer grandiosas películas francesas en América… El teatro y cine americanos son un gran dinosaurio inmaduro pasado de moda contra el ritmo de la mejor literatura americana.

Si de verdad quieres empezar con esto, haz los arreglos para verme en Nueva York la próxima vez que vayas, o si vas a Florida, aquí estaré pero lo que deberíamos hacer es ponernos en camino y comenzar algo de verdad grandioso. Estoy aburrido hoy en día y estoy buscando algo que hacer en este mundo, de todos modos: escribir novelas se está volviendo demasiado fácil, lo mismo con las obras de teatro, escribí la obra en 24 horas.

¡Anda, ahora, Marlon, levanta esos dedos y escribe!

Sinceramente, se despide, Jack Kerouac».

Esta carta fue encontrada hasta después de la muerte de Brando, en julio de 2004. Helen Hall fue encomendada por la casa de subastas Christie’s para ir a la casa del actor en Mulholland Drive en Los Ángeles para seleccionar las pertenencias del actor a ser subastadas por sus herederos.

Hall pasó unos diez días en casa de Brando buscando entre sus efectos personales “con un cuidado excepcional”. Lo más valioso que había encontrado fue la copia con notas de Brando del guion de El Padrino, escondida junto con otros objetos de diversas películas en un bunker del jardín. Ella pensó que eso sería lo mejor que podría encontrar. El décimo día, ella y su equipo buscaron en el último lugar de la lista: la oficina de Brando. A lo largo de una pared había un grupo de anaqueles. “Comenzamos a sacar los cajones, encontrando ahí viejos documentos de seguros, recibos por trabajos realizados en su piscina, ese tipo de cosas. El pesar crecía en mi corazón mientras examinábamos más de lo mismo”.

Hal continúa recordando:

«Y luego, dentro de otro archivo de correspondencia poco emocionante, había un sobre que parecía ser mucho más antiguo que todo lo demás. Lo saqué, sin emocionarme demasiado, pero ahí estaba, una carta mecanografiada, firmada en la parte inferior con gruesa tinta azul, “Jack Kerouac”. Casi me desmayo. Cuando leí la carta, se hizo evidente que debía ser al menos de finales de los años cincuenta.

¡La carta era una joya!

Encontré una carta única entre dos de los íconos más importantes e influyentes del siglo XX. La carta terminó costando $33,600 en aquella subasta, pero mi recuerdo de encontrarla en ese caluroso día de California no tiene precio.

Brando nunca respondió a la carta de Kerouac, pero debe haber pensado lo suficiente en él como para mantenerla archivada entre sus documentos personales. Kerouac también le envió a Brando una copia de su obra The Beat Generation, que el actor también (tristemente) ignoró».

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