Cacerolazos y marchas se han organizado a lo largo de la semana en Perú y España. Varias ONG, como Alianza para los Océanos Sostenibles, reclaman que la empresa Repsol tome responsabilidad en las playas perjudicadas por el derrame de crudo.
–Con información de Melissa Barra, RFI
Lima, 29 de enero (RFI/EFE).– Esta semana centenares de ambientalistas protestaron en Perú y España frente a las sedes de la petrolera Repsol. Piden respuestas de la empresa por el grave derrame de crudo que ha contaminado las costas peruanas y que califican de ecocidio.
El derrame de más de 10 mil barriles de crudo, calificado como “desastre ecológico” por el Gobierno peruano, ocurrió mientras el buque tanque “Mare Doricum”, de bandera italiana, descargaba en la refinería de La Pampilla en Ventanilla, a 30 kilómetros al norte de Lima. Repsol atribuyó el accidente al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga.
El buque ahora está fondeado, con prohibición de zarpar, frente al puerto del Callao, contiguo a Lima, mientras cientos de brigadistas limpian el crudo en una veintena de playas.
Cacerolazos y marchas se han organizado a lo largo de la semana en Perú. Varias ONG, como Alianza para los Océanos Sostenibles (SOA por sus siglas en inglés), reclaman que la empresa Repsol tome responsabilidad en las playas perjudicadas por el derrame de crudo.
#Perú 🇵🇪: siguen las protestas frente a las oficinas de @Repsol tras derrame de petróleo en el litoral. #RepsolHazteCargo pic.twitter.com/5jZZhNrr1N
— Sebastián Vinelli (@VinelliU) January 22, 2022
IMPACTO EN LA NATURALEZA
“Hemos tenido pérdidas de distintas especies de ave, como cormoranes, piqueros, pelicanos… Este petróleo también se alimenta en el fondo causando así una pérdida en los ciclos reproductivos de las especies, como los peces o las futuras generaciones de cangrejos”, subrayaClaudia Jacobo, coordinadora de Relaciones Institucionales de la Alianza para los Océanos Sostenibles (SOA) en Perú.
Los ambientalistas se han movilizado para intentar brindar asistencia a las comunidades aledañas, porque el impacto humano también es visible: “Afecta a las personas que fileteen el pescado, a las personas que hacen el traslado de producto, y también en las mismas ventas. Esto sumado al movimiento turístico en las playas justo en la época del verano… Es sumamente grave porque está dejando a miles de familias sin trabajo”, detalla Claudia Jacobo.
Además, “estas playas tienen contaminación también en el aire porque el petróleo mismo se evapora, lo cual genera daños a la salud pública”, enfatiza.
MEDIDAS INSUFICIENTES
Repsol publicó comunicados insistiendo en su compromiso para remediar los efectos del accidente en el distrito de Ventanilla. Algo que no convence las asociaciones.
“La empresa misma no está tomando las medidas correspondientes. Los primeros cinco días mandó a 20 personas a limpiar los espacios con recogedores, instrumentos que no eran los mejores para realizar esta limpieza. Luego subcontrataron a otras empresas que supuestamente tienen la experiencia para realizar limpiezas, que subcontrataron a los pescadores artesanales para realizar las limpiezas sin los implementos correspondientes, sin la capacitación necesaria. Esto nos indigna porque aprovechan la necesidad de estas personas de trabajar”, denuncia Claudia Jacobo.
El Presidente peruano, Pedro Castillo, dijo el martes que la petrolera “tiene que pagar por los daños a la población y a la naturaleza”, y al día siguiente su ministro de Medio Ambiente, Rubén Ramírez, advirtió que las sanciones “podrían incluso conllevar a la paralización de la empresa” en el país.
La Fiscalía peruana pidió este jueves a la justicia que prohíba salir del país durante 18 meses a cuatro directivos de la petrolera española mientras avanzan las investigaciones por el derrame de crudo.
La empresa española Repsol admitió el viernes que la cantidad de petróleo derramado en el mar de Perú durante la descarga de un buque petrolero a la Refinería La Pampilla el pasado 15 de enero alcanza los 10 mil 396 barriles (1.65 millones de litros) de crudo.
La nueva estimación por parte de Repsol es producto de calcular la cantidad faltante del cerca de millón de barriles que el buque italiano Mare Doricum transfería en el momento del accidente a la Refinería La Pampilla, ubicada en Ventanilla, municipio que se encuentra en el Callao, la portuaria región aledaña a Lima.
No obstante, la empresa señaló que la cantidad exacta del derrame solo se podrá confirmar una vez que reciba el volumen de crudo que aún queda en los tanques del barco, quien permanece fondeado en la bahía del Callao con una orden de inmovilización bajo fianza de 150 millones de soles (unos 39 millones de dólares).
Repsol también aseguró que el 35 por ciento del petróleo derramado ya había sido recuperado mediante las labores de limpieza del mar y de las playas, según las “mejores estimaciones” de la empresa.
La compañía aseveró que su único objetivo es remediar las consecuencias ambientales del derrame y, para ello, ha desplegado “todos los recursos humanos y técnicos necesarios”, lo que supone más de 2 mil personas en playas y decenas de embarcaciones en alta mar.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) ha señalado que Repsol ha incumplido los plazos de la primera serie de medidas dictadas para limpiar el desastre ambiental, por lo que advirtió que la empresa se expone a millonarias multas.
Mientras, el director ejecutivo de Repsol en Perú, Jaime Martínez-Cuesta, ha quedado impedido de abandonar el país por 18 meses junto a otros tres gerentes y responsables de la empresa, a solicitud de la Fiscalía, que busca determinar a los responsables del desastre.
Las causas del accidente son aún confusas, pues el derrame se produjo en el momento que arribó a las costas peruanas un tsunami de pequeñas proporciones causado por una erupción volcánica en Tonga que elevó de manera inusitada el nivel del mar y provocó el que agua se adentrase varios metros en tierra.
En ese momento no había decretada ninguna alerta de tsunami por parte de las autoridades peruanas como sí la había en otros países de la costa del Pacífico, incluidos sus vecinos Chile y Ecuador.