El Secretario de la Presidencia, Reince Priebus, dijo al programa "Face the Nation" de la CBS que hay "una amplia gama de opciones" para que México pague el muro, las cuales podrían incluir impuestos a productos transportados en la frontera, impuestos a importaciones y exportaciones, o multas a narcotraficantes o a personas que entren a Estados Unidos de manera ilegal. Las políticas migratorias y económicas de Donald Trump han causado molestia y preocupación dentro y fuera de su país. Mandatarios, gobiernos y organismos internacionales le han reclamado.
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Ciudad de México, 29 de enero (SinEmbargo) — La Casa Blanca dice que tiene "varias opciones" para determinar si México pagará por el muro en la frontera con Estados Unidos que el Presidente Donald Trump ha prometido.
El Secretario de la Presidencia Reince Priebus dijo al programa "Face the Nation" de la CBS que hay "una amplia gama de opciones" que podrían incluir impuestos a productos transportados en la frontera, impuestos a importaciones y exportaciones, o multas a narcotraficantes o a personas que entren a Estados Unidos de manera ilegal.
Priebus dijo que el tema está en su fase de planificación temprana y que lo importante es que Trump está cumpliendo su promesa de construir el muro.
Durante la campaña, Trump reiteradamente dijo que México pagaría por la construcción del muro. México ha dejado en claro que ello no va a ocurrir.
El pasado 25 de enero firmó dos órdenes ejecutivas para cumplir sus promesas en cuanto a seguridad fronteriza y a combatir el fenómeno de la inmigración ilegal.
Tras firmar la orden ejecutiva para construir un muro, el magnate dijo que el aumento de migrantes ilegales está perjudicando tanto a México como a Estados Unidos.
“A partir de hoy Estados Unidos volverá a tomar el control de sus fronteras, por eso firmé dos decretos que salvarán miles de vidas y empleos.
“Se va a empezar la construcción inmediata de un muro fronterizo. Es absolutamente necesario, esto ayudará a México para disuadir la migración de Centroamérica. Vamos a sacar a pandilleros y cárteles de Estados Unidos. Los vamos a sacar y lo haremos rápido”, dijo.
El recién investido Presidente insistió en que “en última instancia” el coste del muro será “reembolsado por México” y ese pago será del “cien por cien” del coste de la construcción.
Trump confirmó que el Gobierno federal adelantará el dinero necesario para iniciar la construcción, pero luego los mexicanos se encargarán de devolverlo.
El Presidente mexicano Enrique Peña Nieto canceló una reunión que tenía programada con Trump la semana pasada en medio de tensiones sobre el tema.
Las políticas migratorias y económicas de Donald Trump han causado molestia y preocupación dentro y fuera de su país. Mandatarios, gobiernos, organismos internacionales y el creador de Facebook le han reclamado la orden para iniciar los trabajos de construcción del muro con México y su restricciones migratorias a refugiados de países musulmanes en conflicto.
La prensa estadounidense castigó entre el viernes y sábado con severidad al Presidente Trump. Los editoriales de la casa cuestionaron al mandatario duramente por el ataque a México.
The Wall Street Journal publicó “La pequeña guerra mexicana de Trump”; The New York Times: “El berrinche de Donald Trump con México”. The Washington Post tituló su texto “Trump está empezando una guerra comercial que no necesitamos”; Bloomberg: “El muro de Trump: un derrochador, tonto despilfarro”.
El diario USA Today dijo: “El muro de Trump es una pérdida enorme de dinero; The Boston Globe: “México le enseña a Trump una importante lección sobre los límites del poder presidencial”; San Francisco Chronicle: “El muro de Trump no va a funcionar”; el Chicago Tribune: “Señor Presidente, no construya ese muro”.
The Baltimore Sun dijo en su editorial de casa: “Las políticas migratorias de Trump: son tan inefectivas como xenofóbicas”; The Atlantic: “Estados Unidos ya está pagando por el muro con México”; The New Yorker: “Donald Trump destruye la relación entre Estados Unidos y México”.
POLICÍAS LOCALES PARA DEPORTAR MIGRANTES
Para construir su ambiciosa fuerza de deportación, el Presidente Donald Trump está reviviendo un programa de larga data que busca que los policías locales sirvan también para hacer cumplir la ley federal de inmigración.
El programa recibió escasa atención durante una semana en la que Trump anunció planes para construir un muro fronterizo, contratar miles de agentes federales más e imponer restricciones a los refugiados de países del Medio Oriente.
Sin embargo, el programa de Trump podría llegar a tener un impacto significativo en la forma en que se aplican las leyes de inmigración en todo Estados Unidos, a pesar de que en los últimos años fue denostado en medio de quejas de que promueve la discriminación racial.
Desde entonces, la cifra se redujo a la mitad y los intentos en esa dirección se redujeron a medida que los agentes federales aumentaban otros programas para aplicar las leyes y en medio de quejas de que en lugar de enfocarse en capturar delincuentes violentos, arrestaban a inmigrantes por infracciones menores.
Joe Arpaio, sheriff del condado de Maricopa, en Arizona, usó el programa de manera más intensa en la zona metropolitana de Phoenix y se volvió el agente antiinmigración más conocido de la nación a nivel local, en gran parte debido a la autoridad especial. Debido a un giro extraño, sobre todo debido a la creciente frustración por asuntos legales y los costos derivados de las patrullas, Arpaio fue retirado del cargo en la misma elección que llevó a Trump a la presidencia.
Al firmar días atrás su decreto presidencial, Trump dijo que quiere autorizar a los departamentos locales de policía para que actúen como agentes de inmigración y ayuden con la "investigación, arresto o detención" de inmigrantes que residen ilegalmente en Estados Unidos.
Trump dio sus pasos en momentos en que el país está fuertemente dividido sobre cómo tratar a los inmigrantes. Ciudades como Chicago y San Francisco se han opuesto a que sus policías apliquen las leyes de inmigración, mientras que algunos condados en Massachusetts y Texas están tratando ahora de sumarse a la iniciativa.
Los defensores del plan dicen que los departamentos de policía pueden ayudar a reforzar la aplicación de la ley de inmigración y prevenir que los delincuentes regresen a sus vecindarios. Los críticos argumentan que la delegación de esa tarea a los policías locales conducirá a una discriminación racial y erosionará la confianza de la comunidad hacia la policía.
Cecillia Wang, una abogada de la American Civil Liberties Union (Unión Estadounidense por los Derechos Individuales, ACLU por sus siglas en inglés), dijo que los jefes de policía que quieren sumarse a la aplicación de las leyes de inmigración deben recordar lo que pasó cuando 100 de los agentes de Arpaio recibieron poder federal para hacer arrestos.
El sheriff utilizó la nueva autoridad para realizar las patrullas de tránsito dirigidas contra los inmigrantes. Las patrullas fueron desacreditadas posteriormente en un juicio en el que un juez federal concluyó que los agentes de Arpaio discriminaron racialmente a los latinos. La demanda le ha costado hasta ahora a los contribuyentes del condado 50 millones de dólares.
"Hay gente como Joe Arpaio que tiene una cierta agenda política y que quiere subirse al carro de Trump", dijo Wang, antes de agregar que el sheriff de Arizona fue "el más delincuente despreocupado y descarado" en el programa.
–Con información de JACQUES BILLEAUD y AMY TAXIN, Associated Press