Guía de protección animal: En camino a tener mascotas con derechos en la CdMx

29/01/2017 - 12:05 am

Los derechos de los animales, como tal, serán plasmados en la Ley de Derechos Animales de la Ciudad de México hasta después de que el próximo Gobernador de la capital tome protesta. La Carta Magna se promulga el próximo 5 de febrero, pero entrará en vigor en 2018, aproximadamente en septiembre.

Ciudad de México, 29 de enero (SinEmbargo).- En la Ciudad de México los animales ya no serán considerados objetos, ya que la nueva Constitución los toma en cuenta como seres sintientes y como sujetos de consideración moral, por lo que, establece, deben recibir trato digno.

El artículo 18, en el apartado de Ciudad habitable asentó que los capitalinos tienen un “deber ético y obligación jurídica de respetar la vida y la integridad” de los animales, por lo que su tutela es de responsabilidad común, es decir, tanto de las autoridades como de la sociedad.

En la capital mexicana, gobernada por Miguel Ángel Mancera Espinosa, los animales dejaron de ser considerados objetos muebles e inmuebles, como establece el Código Civil Federal en su artículo 753.

SinEmbargó platicó con especialistas en materia, uno de ellos Víctor Hirales, presidente de la organización Derechos Sin Fronteras, quien explicó que los sujetos de consideración moral son individuos que tiene derechos y con quienes se tienen deberes morales y obligaciones jurídicas que requiere de representación, misma que recae en las autoridades y en los ciudadanos.

“Las autoridades y los ciudadanos estaremos obligados a representar a los animales para que accedan a sus derechos. Es un tremendo triunfo porque la Constitución de la Ciudad de México se vuelve la más avanzada en el tema”, dijo.

Los derechos de los animales como tal, señaló, serán plasmados en la Ley de Derechos Animales de la Ciudad de México hasta después de que el próximo Gobernador de la capital tome protesta. La Carta Magna se promulga el próximo 5 de febrero, pero entrará en vigor en 2018, aproximadamente en septiembre.

“Allí se verán los resultados de éste instrumento que se logró colocar en la Carta de Derechos de la Constitución”, planteó.

Antes de la Constitución capitalina, los animales contaban únicamente con garantías y prerrogativas, ahora, al ser sujetos de consideración moral, se abre el camino para reconocer sus derechos. Foto: Cuartoscuro.

Hirales aseguró que actualmente se trabaja para que la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal se transforme en la Ley de Derechos Animales de la Ciudad de México, donde se especificaría qué derechos tienen los animales, por lo que buscan que en la capital se establezca lo siguiente:

La Ciudad de México reconoce a todos los animales como nuestros compañeros de origen biológico, evolutivo e histórico; con los que compartimos un conjunto específico de capacidades como la conciencia y la voluntad, así como vulnerabilidades y condiciones de necesidad.

La Ciudad de México reconoce a todos los animales como sujetos de consideración moral; El Gobierno de La Ciudad de México y la sociedad, son responsables de tutelar los derechos y la protección de los animales; La Ciudad de México establece a sus tres órdenes de gobierno la obligación de trabajar permanentemente en la progresividad del reconocimiento y protección de los derechos y garantías de todos los animales, y también, para hacer que las políticas públicas se armonicen con estos derechos de forma progresiva.

La Ciudad de México reconoce y garantiza a los primates y a los cetáceos los derechos de libertad de cuerpo e integridad del cuerpo. La libertad de cuerpo consiste en no ser sujeto a cautiverio ni encierro; se podrá albergar de forma temporal a estas especies, siempre y cuando se trate de su traslado, cuidado médico o rehabilitación. La integridad del cuerpo se refiere a que los cuerpos de los animales vivos de estas especies no podrán ser susceptibles de apropiación ni utilizados con fines comerciales, ni de consumo, ni de experimentación biomédica ni académica, ni de entretenimiento.

En la Ciudad de México, el dar albergue, resguardo y representación legal a los animales para la justiciabilidad y exigibilidad de sus derechos así como su adopción, no será sujeto de tributo fiscal alguno.

Además, puntualizó en que antes de la Constitución capitalina, los animales contaban únicamente con garantías y prerrogativas, ahora, al ser sujetos de consideración moral, se abre el camino para reconocer sus derechos.

“Con ese instrumento se puede trabajar para lograr el reconocimiento real de derechos para los animales y en su progresividad. Al ser sujetos de consideración moral dejan de ser objetos, quiere decir que el Código Civil deberá armonizar con lo plasmado en la Constitución”, mencionó.

Julio César Guadarrama Pérez, abogado especialista en protección animal, e Hirales hicieron un llamado a las autoridades del ex Distrito Federal a fin de que las leyes secundarias del documento próximo a promulgarse incluya penas más severas para quienes maltraten a los animales o no garanticen su bienestar.

“Que no sólo esté plasmado en un documento sino que se lleve a cabo. Que se cumpla cabalmente y se revisen todas las leyes para hacer las modificaciones pertinentes y se establezcan multas y sanciones más duras contra los maltratadores”, exigió Guadarrama Pérez.

Actualmente, el Código Penal del Distrito Federal, reformado en octubre de 2014, señala que a quien realice actos de maltrato o crueldad en contra de cualquier animal, causándole lesiones sin que se ponga en peligro la vida de la especie, se le impondrán de seis meses a dos años de prisión y de cincuenta a cien días multa, y en caso de que los daños comprometan su vida, se incrementarán en una mitad las penas señaladas.

Sin embargo, la burocracia “terrible” a la que se enfrentan los ciudadanos que denuncian hace que desistan, acusó Hirales. “El sistema de justicia es fallido, olvidado, completamente lleno de obstáculos y trabas al ciudadano para acceder a la justicia o a la justiciabilidad de sus derechos. No por nada la percepción pública de los Ministerios públicos es terrible”, criticó.

Ante éste panorama, el activista urgió a la ciudadanía a asumir su responsabilidad, es decir, en primera instancia acudir al Ministerio Público a presentar la denuncia y darle el debido seguimiento. Además enfatizó en que la Constitución o cualquier instrumento jurídico es inútil si no es utilizado por la sociedad.

Guadarrama Pérez, subrayó, deben estar libres de sed y desnutrición; de enfermedades; de incomodidades físicas como dolor y sufrimiento; de miedo y estrés; y libres para expresar sus conductas naturales.

Al respecto, Claudia Edwards, médico veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especialista en comportamiento canino y felino, indicó: “Si tienes un animal que tiene todo esto, está bien, de lo contrario, su bienestar está comprometido. Con que las personas garantices que los animales tengan éstas cinco libertades, los animales pueden estar en condiciones óptimas de bienestar”.

Cabe mencionar que hace tres semanas, la Asamblea Constituyente consintió incluir el bienestar animal en la Constitución de la Ciudad de México con 81 votos a favor y cero en contra. El proyecto de iniciativa fue presentado precisamente por la organización Derecho Sin Fronteras, a través del parlamento abierto.

Hirales trabajó en la redacción del artículo, con los Diputados René Cervera García y Esthela Damián Peralta, de Movimiento Ciudadano (MC); Alejandro Bustos, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM); y Fernanda Bayardo, del Revolucionario Institucional (PRI).

Finalmente, el activista reconoció que aún falta mucho por hacer en materia, por ejemplo, en el caso de los animales de granja, de laboratorio y los utilizados en espectáculos como es el caso de las corridas de toros y los delfinarios.

“Los animales deben al menos tener un trato digno y respetuoso”, exigió, en el caso de las especies de granja, tal como señala el apartado C de la Carta Magna: que la ley debe establecer “las bases para promover la conservación, así como prevenir y evitar maltratos en la crianza y el aprovechamiento de animales de consumo humano”.

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