A partir de ya, los manuscritos de James Joyce, con sólo hacer clic.
La Biblioteca Nacional de Irlanda ha digitalizado los originales del escritor dublinés y los pone a disposición del público general vía online.
Stephen Joyce, el nieto y heredero de los derechos de autor, había sido muy celoso de la difusión de los textos originales, que incluyen la correspondencia de su abuelo, y pistas sobre los dramas de toda familia.
El permiso para acceder a los manuscritos y las correspondientes correcciones, se otorgaba a investigadores y académicos que cumplieran con una serie de requisitos y pagaran una cuota nada económica. De acuerdo a Patricia Donlon, directora de la Irish National Library, los documentos más importantes de la colección de la Biblioteca responden a las principales preocupaciones del escritor en la última década de su vida, sus esfuerzos para publicar Ulises; para terminar Finnegan´s Wake; sus preocupaciones económicas, familiares y de salud.
La importancia de James Joyce (Dublín, 1882 - Zurich, 1941) no se limita a su obra, que si bien breve, causó profundo efecto en la historia de la literatura occidental. Ulises es su novela clásica, canonizada.
En sus Cartas escribió: Es la epopeya de dos razas (israelí, irlandesa) y al mismo tiempo el ciclo del cuerpo humano así como también el relato de un día… Es asimismo una especie de enciclopedia. Mi intención es transformar el mito [Ulises] sub specie temporis nostri [a la luz de nuestro tiempo]. Cada aventura (es decir, cada hora, cada órgano, cada arte entrelazado e interrelacionado dentro del esquema estructural del todo) no sólo debe determinar su técnica sino aun crearla.
EL ULISES
John, su padre, era gastalón y deudor hasta el punto de causar la quiebra familiar (¡Igual que otro señor John, el padre de Charles Dickens!) Tenía, como se dice, problemas con su manera de beber, y fue apartado de su trabajo por eso, y el mal uso de los dineros de la empresa. Debido a ello, durante un tiempo, antes de ser inscrito en el colegio jesuita Belvedere, James padeció la humillación de ser enviado a las Escuelas Cristianas, una institución para pobres. De joven y tras matriculase en medicina, abandonó la carrera para estudiar lenguas y gramática comparada en la Universidad Católica de Dublín.
En 1914 publica Dublineses, un libro de relatos, y el mismo año aparece por entregas Retrato de un artista adolescente, que en 1916 es editado como libro en Nueva York, y al siguiente en Londres. El Ulises es publicado en París en 1922.
El filósofo regiomontano Humberto Martínez, en su Lectura del Ulysses de James Joyce, anota: La historia de Ulises es simple y en apariencia insignificante: al exterior es la historia de tres dublineses y de su ciudad durante el 16 de junio de 1904, al interior es la historia de una búsqueda. Sthepen Dedalus, Mr. Bloom y Mrs. Bloom forman una trinidad que equivaldría en la obra de Homero, a Telémaco, Ulises y Penélope.
De Mrs. Bloom se podría decir que comprenderla es signo de haber comprendido plenamente (todo, la obra y la vida, nuestra vida). Molly Bloom es la gran Mujer que, terrible y adorable como el Mar, es nuestro principio y nuestro fin y nos rodea por todos lados. Es un tema moral el de Ulises. Rechaza la soberbia, el peor de los pecados, y ensalza la caridad como la mayor de las virtudes. En sus obras anteriores no se muestra el amor como un objetivo; en Ulises, podríamos decir, se llega al triunfo del amor.
LECTURA ENTRAÑABLE
Entrañable para José Antonio Lugo, ensayista literario: “Ese profesor que habita en Trieste y que cada vez ve menos, ese pájaro con el pelo peinado para atrás y su parche de pirata, acompañado siempre de su Nora, ese autor prohibido al que rescató Sylvia Beach. Hace años, al escribir mi capítulo Acuario para Letras en la astrología, consulté en Amazon. ¡Había 700 mil libros de él o sobre él! En comparación, había 300 de Henry Miller. En otras palabras, quizá ningún otro escritor del siglo XX ha tenido la recepción de Joyce, que ha puesto a trabajar la imaginación de críticos y lectores”.
Lugo, quien con una cofradía de joyceanos en México acostumbra festejar el Bloomsday en honor al protagonista de Ulises, dice: “Me encanta la búsqueda de Stephen Dedalus para encontrar su camino y descubrir su verdadero rostro. Ulises es una catedral de la literatura y el monólogo, el altar consagratorio. Lo es por la desmesura del intento, por la magia verbal, por ese deslumbramiento sin límite que es el pensamiento de Molly que termina con ese sí, quiero sí, quiero sí….”.
ODISEA CALLEJERA
Enrique Alfaro Llarena, autor de Telemaquia, una novela sobre la búsqueda del padre, cuenta que si para Homero la Odisea fue un viaje pleno de contratiempos por el Mediterráneo, mientras el héroe intenta volver a su casa, Joyce hace una odisea de la vida de un hombre ordinario en Dublín:
“La de Joyce es una odisea callejera, ordinaria. Bloom desayuna, va a la oficina de un periódico, entra a un bar, encuentra a Stephen, va a un velorio... Su odisea es la del hombre contemporáneo urbano en una ciudad. En una novela corta yo volví sobre esta idea, con otro cambio: el viaje es interior, el trayecto va de la situación dada de un personaje a otra situación, en una búsqueda de identidad y de recuperación de sí mismo según el argumento y las vicisitudes de la trama”.
El autor de Telemaquia no muestra sorpresa de que estén en línea los manuscritos de Joyce: “Sin duda será un sitio espléndido y una buena noticia para los fanáticos, lectores, estudiosos y académicos. Su trascendencia es la posibilidad de profundizar en estudios universitarios. No creo que cambien nada para el lector común, para el que abre el libro y se adentra en sus páginas. Sin embargo, los estudiosos joyceanos todavía tienen muchas tareas pendientes. Explicar todo el Ulises, con sus referencias y juegos, es un proyecto que aún está lejos de su fin. Basta pensar que no tenemos en español una versión aceptable de Finnegan´s Wake, hay un intento fallido publicado en España.
FINNEGAN´S WAKE
El mexicano J.D. Victoria se encuentra acometiendo la hercúlea tarea de traducir el Finnegan’s Wake. Así que le preguntamos:
— ¿Cómo te dispusiste a afrontar la traducción?
—Existe una versión de la primera página publicada en los 60 por Salvador Elizondo. Ensayé una versión del mismo pasaje y continué hasta culminar con mínimas dificultades, considerando el mentado prejuicio. En dos semanas tenía en mis manos mi propia versión anotada de la primera página. Dos años después comencé a avanzar por el inexplorado sendero del primer capítulo. La versión completa de este arranque de novela supera las mil 500 notas a pie de página y más de siete mil referencias.
—Ahora que la estás traduciendo, ¿qué problemas, dilemas y sorpresas has encontrado?
—La principal dificultad es romper el prejuicio que la considera intraducible. No obstante lo que proferían Borges, Cabrera Infante y otros pesos completos que ya lo habían intentado. Sólo requiere otra manera de leer, atendiendo a la multiplicidad del texto. Para el lector avezado, tanto la estructura como los juegos de palabras son un placer.
En la labor de traducir, explica Victoria, lo más difícil es la investigación. Su primer reto fue alcanzar la empatía con el autor, que consiguió a través de una aproximación crítica a su prosa, al Ulises principalmente. “El caso era no pasar por encima de las palabras, o atribuirles erratas, sino considerar que cada variación tiene un significado. Aunque no lo parezca, Joyce va a lo seguro. También cita largas o cortas parrafadas de textos clásicos, en variaciones o de manera textual. Se requiere empatía e investigación”, enfatiza.
—Una vez que concluyas, ¿qué expectativas tienes respecto a su publicación?
— Es prácticamente imposible publicar los avances, en prensa o en libro; no obstante que se cuenta con un amplio mercado cautivo de fanáticos de Joyce, estudiosos de su obra y estudiantes de literatura en general.
Una versión del primer capítulo, sin las notas, está disponible con el título Estela de Finnegan en bubok.com y lulu.com, y Victoria está gestionando su edición, “hay dos sellos argentinos, dos españoles y un mexicano que han abierto las puertas a la posibilidad de publicar los avances”. Para terminar la obra, Victoria dice requerir de un subsidio y alrededor de quince años más de trabajo, y calcula que la extensión sería superior a las dos mil páginas.
TIEMPO AL TIEMPO
En 1922 Virginia Woolf registra acerca del Ulises en su Diario: Los dos o tres primeros capítulos me han divertido, me han estimulado, me han hecho experimentar la sensación de encanto, y me han interesado; luego, he quedado desconcertada, aburrida y desilusionada (…) ¡Y pensar que Tom [T.S. Eliot], el gran Tom, considera que esta obra está a la altura de Guerra y paz! Me parece el libro propio de un analfabeto, un libro carente de desarrollo; la obra de un obrero autodidacta (…) Cuando se puede comer carne guisada, ¿a santo de qué comerla cruda?
Días después no cambia su juicio, pero lo modera gracias a la lectura de “una crítica muy inteligente” aparecida en Estado Unidos. Woolf apunta que “El libro será un hito, debido a que destruye toda la literatura del siglo XIX. Ulises deja a Joyce sin nada con que escribir otro libro”.
Ese otro libro es Finnegan’s Wake, en el que Joyce invirtió los últimos 17 años de su vida. No ha faltado quien vea en esa novela un lenguaje cifrado que sólo su hija, con una afectación mental, conocía. Es el testamento literario de Joyce, ahora de dominio público. D.J. Victoria ironiza: “Ha resultado interesante ver la manera en la que Joyce trabajaba, su caligrafía nerviosa e incluso ilegible; lo cierto es que resulta muy difícil interpretar esas letras para hallar respuestas: mucho más arduo que leer directamente el Finnegan´s Wake.”