Se supone que los acuerdos comerciales deberían ayudar a un país. Pero el desempeño de la economía mexicana ha sido decepcionante, el crecimiento anual de 2.5 por ciento desde 1994 equivale a menos de la mitad del promedio del mundo en desarrollo, destacó Bloomberg.
De acuerdo con el medio, los trabajadores mexicanos de la industria automotriz, una de las más beneficiadas con el TLCAN, han visto un estancamiento en su salario. “Un trabajador mexicano en cinco meses sólo puede comprar cuatro llantas y un volante”, dijo al medio Jerry Dias, jefe del sindicato canadiense Unifor al señalar que los empleados de las plantas automotrices no pueden comprar los vehículos que producen.
Ciudad de México, 28 de noviembre (SinEmbargo).- Se supone que los acuerdos comerciales benefician a los países, pero el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido terrible para la economía mexicana, en especial para los trabajadores, a quienes su salario no les alcanza para comprar los productos básicos, destacó un reportaje de Bloomberg.
De acuerdo con el medio, los trabajadores mexicanos de la industria automotriz, una de las más beneficiadas con el TLCAN, han visto un estancamiento en su salario.
“Un trabajador mexicano en cinco meses sólo puede comprar cuatro llantas y un volante. Es una absoluta desgracia”, dijo al medio Jerry Dias, jefe del sindicato canadiense Unifor al señalar que los empleados de las plantas automotrices no pueden comprar los vehículos que producen.
Lograr que los mexicanos obtengan un aumento salarial se ha convertido en una prioridad en los temas de conversación del TLCAN, especialmente por parte de Estados Unidos. Apenas el pasado 21 de noviembre el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) determinó acordó subir el salario a 88.36 pesos diarios, “pero México necesitará un salto mucho más grande para recuperar el poder adquisitivo anterior al TLCAN”, explicó Bloomberg.
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México tiene la distribución de ingresos más desigual entre los 35 miembros de la OCDE, en contraste, tiene una impresionante colección de multimillonarios, incluido el sexto hombre más rico del mundo: Carlos Slim.
Carlos Slim , uno de los ganadores del programa emblemático de privatización de México, y otros tres multimillonarios poseen una riqueza equivalente al 8.5 por ciento del PIB, más del doble del nivel de mediados de la década de 1990, según datos proporcionados a Bloomberg por Carlos Esquivel, profesor de economía del Colegio de México (Colmex).
El índice de pobreza en México está todavía en los niveles de principios de la década de 1990: más de la mitad de la población, que abarca una clase permanente de subempleados, mientras el crimen y la corrupción son rampantes, indicó el medio especializado en negocios.
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“La idea principal [con el TLCAN] era promover la convergencia salarial y de estándares de vida”, dijo Gerardo Esquivel. “Eso no se logró y el magro crecimiento que hubo en gran parte terminó en la parte superior de la distribución”.
Muchos economistas coinciden en que las promesas de los presidentes Carlos Salinas y Bill Clinton en el nacimiento del TLCAN quedaron incumplidas. La veloz expansión del comercio con la economía más grande del mundo no ha sido una panacea. Ni siquiera, dicen algunos, un paracetamol.
“El error básico de México fue suponer que bastaría con integrarse a la economía mundial y al mercado estadounidense en particular”, dijo a Bloomberg Dani Rodrik, profesor de Economía de la Universidad de Harvard. “Se pasaron por alto otros aspectos de la estrategia de desarrollo”.