Ana Laura Cruz Hernández tenía 13 años el día en que la raptaron y asesinaron en los límites del Estado de México y Guerrero. Hasta el momento hay una persona detenida por el crimen, y la familia y vecinos del municipio mexiquense de Tonatico buscan que el caso sea visibilizado para que no quede en la impunidad.
“Se me hace una crueldad. Hay que buscar justicia por la niña. No se vale que no los volteen a ver. Se me hace un nudo en la garganta por todo lo que le pasó. Vienen elecciones, no les conviene que salgan a la luz pública muchas cosas”, reclama una habitante de Tonatico que apoya a la familia de la víctima.
ADEMÁS
Ciudad de México, 28 de noviembre (SinEmbargo).– Fue atacada en el Estado de México y su cuerpo localizado en una comunidad de Pilcaya, Guerrero. Tenía 13 años y repartía sus días en dos hogares. A veces estaba con su abuela, a veces con su padre. La fecha en que la reconocieron, el jueves 19 de octubre, cumplía cuatro jornadas sin vida. Se llamaba Ana Laura Cruz Hernández.
Tonatico, municipio en la parte sur de la entidad gobernada por Alfredo Del Mazo Maza, es “un lugar pequeño”, 12 mil 324 habitantes había en el lugar hasta 2015. En un restaurante en la plaza central trabaja Francisca González, la abuela de la pequeña Ana Laura, quien también iba al local y ayudaba en lo que podía.
El domingo 15 de octubre fue día de descanso para Francisca. La menor se trasladó al lugar sin compañía al establecimiento, y ya no regresó a casa.
Una testigo narró a la familia y a las personas que acompañan el caso que al anochecer de ese fin de semana, Ana Laura abandonó el lugar, y un sujeto siguió sus pasos entre las calles de Tonatico.
En el traslado, el agresor la interceptó, raptó y cometió el crimen. Una navaja habría sido utilizada para lesionar a la víctima, cuyo cuerpo sería abandonado en un paraje en los límites del Estado de México y Guerrero.
ADEMÁS
TONATICO, SU HOGAR
El jueves 19 de octubre, cuatro días después de que la escena del crimen fuera acordonada, encargados de la escuela de Ana Laura se comunicaron para preguntar sobre su ausencia.
“El papá y la abuelita no se dieron cuenta de que la niña no estaba hasta el día jueves. La abuela pensó que estaba con el papá, y el papá pensó que estaba con la abuela”, lamentó una vecina de Tonatico que pidió el anonimato, en entrevista con SinEmbargo.
“Pachis”, como le dicen a la abuela, y personal del plantel educativo se trasladaron ante autoridades mexiquenses, quienes les informaron sobre el hallazgo de un cuerpo que cumplía con las características de Hernández en la comunidad de Piedras Negras, en Guerrero.
Allá, en la tierra gobernadas por el también priista Héctor Astudillo Flores, el cadáver de Ana Laura fue reconocido y entregado a sus seres queridos. El viernes 20, la niña fue enterrada en Tonatico, su hogar…
“Los rosarios de la señorita Ana Laura Cruz Hernández serán a las 8:00 pm. Atte. La familia Hernández”, decía una cartulina fosforescente en la puerta negra del domicilio de la abuela Francisca. Esa iluminación faltó en medios de comunicación, pues casi nadie retomó el tema.
EL HOMICIDA, DETENIDO
El presunto homicida de la menor –cuya identidad no ha sido revelada– fue aprehendido y entregado a las autoridades guerrerenses, confirmó la Fiscalía del Estado de México.
La familia reclama que la captura tuvo origen en la portación de un arma blanca (la navaja) y no por el ataque a la menor. SinEmbargo consultó a la Fiscalía de Guerrero para conocer detalles sobre ese punto, pero no obtuvo respuesta.
“Se me hace una crueldad. Hay que buscar justicia por la niña. No se vale que no los volteen a ver. Se me hace un nudo en la garganta por todo lo que le pasó. Vienen elecciones, no les conviene que salgan a la luz pública muchas cosas. ¿No? Todo está bien hermético”, lamentó la mujer que compartió el caso con este diario digital.
“Sí me afectó muchísimo el caso, mucho más ahorita que es aquí, en mi comunidad, en Tonatico. Y seguramente va a seguir pasando si el tipo queda libre”, agregó.
Apenas el domingo, cientos de personas salieron a las calles de municipios como Nezahualcóyotl y Chimalhuacán para exigir justicia y un alto al ataque en contra de las mujeres.
“¡No más feminicidios!”, “¡Ni una menos!”, las consignas que recorrieron kilómetros y kilómetros entre pancartas, cruces, fotografías y cánticos.
Autoridades declararon en 2015 la Alerta de Género en los municipios mexiquenses de Chalco, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec de Morelos, Ixtapaluca, Naucalpan de Juárez, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla de Baz, Toluca, Tultitlán y Valle de Chalco Solidaridad, pero la violencia no se frenó.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2016 hubo 2 mil 813 defunciones de mujeres por homicidio en el Estado de México.