Ciudad de México, 28 de noviembre (SinEmbargo).– Este jueves se librará una batalla decisiva para evitar el maltrato animal en la Ciudad de México, cuando siete diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) voten una iniciativa ciudadana para prohibir el uso de animales adiestrados en los circos que se presenten en la capital del país.
La propuesta que deberán votar los siete integrantes de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente y Protección Ecológica es simple y se resume en una sola frase: “Circos sin animales”. Sin embargo, el trasfondo es mucho más profundo, ya pretende evitar la práctica tolerada por la sociedad en que a cambio de unos minutos de entretenimiento, los animales en los circos vivan una vida de dominación, confinamiento y entrenamiento violento.
“Queremos prohibir el uso de animales en los circos, esto es por el maltrato que se da a los animales, una vez que los animales están en el circo son siempre maltratados, esto quiero subrayar, siempre, porque ningún animal va a hacer de forma natural lo que los entrenadores les obligan a hacer, si antes no son sometidos mediante hambre, miedo, o instrumentos de violencia flagrante”, explicó Antonio Franyuti, Director en México de Anima Naturalis Internacional.
La norma que se pretende reformar es la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal, cual pretende garantizar el bienestar y evitar el maltrato animal, en todas sus formas. No obstante, esta ley ha sido duramente criticada por diversas organizaciones defensoras de los derechos animales ya que no prohíbe la tauromaquia, las peleas de gallos ni sanciona la violencia física y emocional de animales de circo, en la Ciudad de México.
A pesar de que los circos niegan el uso de métodos abusivos como herramientas cotidianas para entrenar a los animales a fin de obligarlos a ejecutar los números “artísticos”, ambientalistas han documentado y grabado en video que el entrenamiento incluye golpes y amedrentamiento con la ayuda de cuerdas, collares, bozales, mangos eléctricos, látigos y ganchos metálicos.
Po ejemplo, la organización People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) expuso una video donde se observa a elefantes de un circo siendo golpeados hasta sangrar con ganchos metálicos. En otra investigación de PETA, se ve cómo los entrenadores disimulaban las heridas de los elefantes con un polvo llamado “Wonder Dust”, que tiene una coloración similar a la piel de estos animales.
Además, animales salvajes como tigres, leones, leopardos, elefantes africanos y asiáticos, aves, leones marinos, canguros, focas, chimpancés, etcétera, son utilizados comúnmente por los circos para ejecutar números “artísticos” o de entretenimiento, presentan comportamientos antinaturales porque son obligados a pasar mucho tiempo, atados o enjaulados. Esto les impide desarrollar sus comportamientos naturales y, en consecuencia, les provoca frustración.
Según los estudios de Animal Defenders International (ADI) sobre las prácticas de los circos a nivel internacional se sabe que los caballos y ponis pasan hasta el 96 por ciento del día atados a cuerdas de poca longitud; los tigres y leones pasan entre el 75 y el 99 por ciento del tiempo en jaulas; mientras que los elefantes pasan desde el 58 al 98 por ciento del tiempo encadenados de una pierna.
Estudios han demostrado que el confinamiento extremo lleva a los animales a padecer zoocosis. Si un animal no tiene control sobre su entorno y no puede ejercitar su cuerpo ni estimular su mente, empieza a desarrollar una serie de comportamientos repetitivos o “estereotipados”. Por ejemplo: Deambular constantemente: caminar de arriba a abajo, siguiendo el mismo recorrido sin cesar; agresividad; balancearse o mecerse repetidamente; o girar el cuello de forma antinatural, morder o automutilarse.
Todo eso, se pretende evitar con la citada reforma impulsada, entre otros, por Anima Naturalis de México, algunos legisladores y ciudadanos en general.
DIPUTADOS EN LA MIRA
Los diputados locales integrantes de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente y Protección Ecológica que deberán votar la iniciativa de reforma a la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal son:
· Jesús Sesma Suárez (PVEM), Presidente de la Comisión
· María de los Angeles Moreno Uriegas (PRI), Vicepresidenta
· Rubén Escamilla Salinas (PRD), Secretario
· César Daniel González Madruga, Integrante
· Evaristo Roberto Candia Ortega, Integrante
· Claudia Guadalupe Cortés Quiroz, Integrante
- Manuel Granados Covarrubias, Integrante
Para que proceda la reforma, se requieren los votos aprobatorios de la mitad más uno de los integrantes, es decir, cuatro legisladores a favor.
La necesidad de reformar la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal se incrementa por la dificultad que ella misma se impone, para sancionar de forma efectiva distintas formas de maltrato animal.
“El problema con las leyes que hablan de cosas no específicas, es decir, ‘Los animales deben tener espacio suficiente, alimento suficiente, pero no se especifica cuánto es eso’”, detalló Antonio Franyuti.
El protector de los derechos animales explicó que la Ley tampoco fomenta la denuncia ciudadana contra prácticas nocivas para los animales.
“Ya está en el Código Penal que es un delito maltratar animales, pero esto tampoco procede, no es muy fácil, porque tiene que ser una violencia flagrante, es decir el animal debe tener las heridas visibles, es decir, los entrenadores pueden dar latigazos o golpes, pero si no hay sangre, la ley no lo considera maltrato. También se pide que haya evidencia en video, pero si estos entrenamientos suceden tras cortinas, pues no hay forma de comprobarlo, entonces es difícil denunciar. Aparte la Ley contempla multas irrisorias cuando el maltrato no pone peligro la vida del animal”, apuntó.
Otra forma de maltrato que no está estipulada en la Ley, según documentó Anima Naturalis, es la violencia sicológica y el estrés al que son sometidos los animales que son obligados a actuar, ya que ellos no lo hacen porque quieren, sino porque temen los castigos que les darán si no actúan.
Algunos entrenadores, explicó Franyuti, suelen decir que utilizan métodos positivos como el refuerzo y las recompensas, pero muchas veces estos se dan también bajo situaciones abusivas, es decir, premiar con comida sólo funciona en animales hambrientos.
ACTIVISMO CIUDADANO
Circos.org es herramienta de campaña para ciudadanos y activistas que pretenden poner fin a la utilización de animales en los circos, tanto para la actuación como para su exhibición. Anima Naturalis propone que antes de que el circo con animales adiestrados a una comunidad o colonia popular, los ciudadanos traten de cancelar la gira, escribir cartas a autoridades, escuelas, prensa local y patrocinadores sobre los abusos que se comenten contra los animales en los circos.
Mientras el circo está en la ciudad, se propone a ciudadanos y activistas grabar en video a los animales para buscar evidencia de abusos físicos y violaciones de las leyes o del más mínimo tratamiento violento (golpes, sangramiento, latigazos, patas, trompas o pezuñas heridas y no tratadas, etcétera).
Además, el pasado 25 de noviembre, la organización por la defensa de los animales lanzó su campaña “Yo quiero un Circo Sin Animales” a través de una rueda de prensa y un performance con el objetivo de sensibilizar tanto a la opinión pública como a las autoridades sobre el sufrimiento y maltrato que padecen los animales en los circos.
En el proyecto participan Marco Antonio Regil, Rebecca de Alba, Eugenio Derbez, María Conchita Alonso, Vanessa Bauche,Kate del Castillo, Jacqueline Arroyo, Pedro Damián, quienes piden que en todo el país se legisle para que pronto los circos que siguen explotando animales en sus actos sean sólo un recuerdo.
“Queremos un México que levante la voz siempre que los derechos de alguien sean violados, un México que defienda la libertad y que nunca permita la violencia, hacia quien sea. Así terminaremos con el bullying, con el machismo, con la homofobia y con todo tipo de violencia por discriminación”, señaló Antonio Franyuti.
