Eduardo Matos recibe Premio Princesa de Asturias; llama a no anclarse en el pasado

28/10/2022 - 4:25 pm

Su investigación y promoción de las culturas prehispánicas a través de “esa moderna máquina del tiempo que es la arqueología” hizo a Matos Moctezuma merecedor del galardón.

Ciudad de México, 28 de octubre (SinEmbargo).- El arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma ganó este viernes el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales por su investigación de las culturas prehispánicas y la difusión de su conocimiento.

Al recibir el galardó, Matos Moctezuma señaló que la historia nos muestra que España y México han vivido “en carne propia” los efectos de la guerra, uno de los motivos por los que decidió “penetrar en el pasado para traerlo al presente”.

“Esto no se olvida, pero tampoco podemos anclarnos en el pasado y guardar rencores, sino mirar hacia delante”. “En esto, México y España deben dirigirse hacia un futuro promisorio porque están unidos por lazos indisolubles”.

El investigador reiteró la importancia que tiene la relación entre ambos países: “Así lo expresé cuando se me comunicó la decisión del jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Así lo sigo diciendo al recibir este honroso galardón. Lo que hoy son nuestros dos países venían, de siglos atrás, arropados en sus propias historias”.

Para el arqueólogo, en 1521 se dio “la conjunción de ellas. En aquel año ocurrió el encuentro de dos maneras de pensar diferentes, de sociedades que tenían su propia visión del universo”.

“En la primera parte de la conquista, el enemigo a vencer por las huestes de Hernán Cortés y miles y miles de aliados indígenas enemigos de Tenochtitlán, eran los mexicas o aztecas. Lograda la victoria militar el 13 de agosto de 1521, comenzaba la segunda parte: la conquista espiritual a manos del aparato ideológico representado por la iglesia, en tanto que se continuaba la conquista de otras regiones para conformar la Nueva España”.

Sin embargo, resaltó que durante varios siglos debieron de pasar bajo el nuevo orden peninsular con cambios en lo económico, político, social y religioso.”Esta situación se vio interrumpida cuando las fuerzas insurgentes alcanzaron la victoria y surgió la nueva nación en el año de 1821. El México independiente iniciaba su propio camino. Pocos años después, en 1836, nuestros dos países acordaron el Tratado de Paz y Amistad y entablaron relaciones diplomáticas después de largas luchas: México reconocía a España y España reconocía a México como nación independiente. Buen ejemplo para superar pasados agravios”.

El erudito destacó que ese viaje en el tiempo lo ha hecho gracias a una “moderna máquina”: la arqueología, ciencia que le sirvió como medio para cruzar la línea y llegar a los pueblos orginarios de México.

“Así, la historia y la arqueología nos llevan frente a las sociedades del pasado y nos muestran que muchas de ellas fueron creadoras de avances importantes y que, en su devenir, surgieron imperios y gobernantes poderosos que en su soberbia creyeron que serían eternos, pero no fue así”.  “No se puede pretender manipularla ni cometer el despropósito de tergiversarla. Mala consejera es la ignorancia que en muchas ocasiones lleva a la mentira. La historia la escriben los pueblos. Ellos son forjadores de futuros mejores”.

Por ello, reconoció que éste y otros reconocimientos que otorgan “son también para aquellos maestros que nos formaron y para las instituciones que nos apoyaron para desarrollar nuestro conocimiento”, momento que aprovechó para mencionar al arqueólogo Román Piña Chán, Johanna Faulhaber y al arquitecto y arqueólogo Miguel Messmacher, de quien fuera alumno.

Además de aquellos que llegaron al país debido a la Guerra Civil española y que para él fueron un “faro de sabiduría”, y a las instituciones como la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), su Alma máter y al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), donde fue estudiante y hoy es investigador. Así como a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que propuso su candidatura para el Premio Princesa de Asturias.

El jurado que premió al mexicano, reconoció su “extraordinario rigor intelectual del premiado para reconstruir las civilizaciones de México y Mesoamérica, y para hacer que dicha herencia se incorpore con objetividad y libre de cualquier mito. Sus trabajos en Tula, Teotihuacán y, muy especialmente en el Templo Mayor de Tenochtitlán constituyen, por la intensidad y la continuidad de la investigación de campo, páginas ejemplares del desarrollo cientofico de la arqueología y del diálogo fecundo con el pasado, entre culturas distintas y entre las ciencias sociales y humanas”.

Mientras que el rey Felipe VI dijo que Matos Moctezuma “reivindica con vehemencia los lazos indisolubles que unen a nuestros países. Lo hace desde el conocimiento profundo de la historia y la cultura de México, y con el aval de un intenso trabajo de análisis e investigación de las culturas mesoamericanas, por el que es reconocido internacionalmente”.

Los premios fueron entregados por la Princesa de Asturias, Sofía de Borbón; y entre los ganadores también se encuentran el dramaturgo Juan Mayorga, Premio Princesa de Asturias de las Letras; el periodista Adam Michnik, Premio de Comunicaciones y Humanidades; la emprendedora social Ellen MacArthur, premio de Cooperación Internacional.

La cantante Carmen Linares y la bailaora María Pagés, promotoras del flamenco, recibieron el premio Princesa de Asturias de las Artes; el arquitecto japonés Shigeru Ban, premio de la Concordia, ganó por su idea del uso de materiales reciclables para la construcción de viviendas para víctimas de desastres; Yann LeCun, Demis Hassabis, Yoshua Bengio y Geoffrey Hinton lograron el premio de Investigación Científica y Técnica; en tanto que el premio de los Deportes se entregó a la Fundación y el Equipo Olímpico de Refugiados, representados por su presidente Thomas Bach y por dos deportistas.

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