A partir de las 7 de la mañana, familias y jóvenes se alineaban en la entrada del templo con cubrebocas y muchos con esculturas del apóstol, veladoras y flores.
Por María Verza
Ciudad de México, 28 de octubre (AP).- San Judas Tadeo, patrón de las causas difíciles o imposibles al que cada 28 de octubre veneran miles de mexicanos, no se perdió este año de sus mañanitas -la canción mexicana de los cumpleaños- y sus cohetes, pero la pandemia provocó que se anularan misas y los ríos de gente de otros años fueron sustituidos por filas ordenadas de fieles con tapabocas que esperaban su turno para la bendición.
“Yo le dije a San Juditas con toda mi fe, con toda mi devoción, que le iba a festejar año tras año y aquí estoy”, dijo Manuel Reyes, que acudió a la iglesia vestido como el santo a pesar de que la capital es uno de los epicentros de la epidemia, con mas de 157 mil infectados, casi un quinto de todos los contagios confirmados en el país.
Las autoridades capitalinas y eclesiásticas estaban satisfechas con el funcionamiento de las medidas para evitar aglomeraciones y aunque unas 500 personas llegaron la noche previa para cantar las mañanitas al santo en los primeros minutos del miércoles, esa cantidad era sólo un 10 por ciento de la registrada el año pasado, dijo José Alfonso Suárez, secretario de gobierno de Ciudad de México.
“El operativo está funcionando bastante bien”, indicó Suárez. No hubo "misas, ni novenario, ni rosarios, nada que implique que la gente pueda permanecer más de 5 minutos en su tránsito” por el templo, afirmó.
A partir de las 7 de la mañana, familias y jóvenes se alineaban en la entrada del templo con cubrebocas y muchos con esculturas del apóstol, veladoras y flores.
Un total de 120 policías organizaban la fila y la entrada de los fieles en grupos pequeños, muchos de ellos llegados de las zonas más desfavorecidas y marginales de la ciudad y sus suburbios con la creencia de que sólo ese santo ayuda a gente como ellos. Reyes, por ejemplo, un exmaestro que ahora vende celulares, comenzó a creer en él cuando tuvo problemas con la justicia, indicó.
Antes de entrar a la iglesia, donde se turnaban para recibirlos cuatro sacerdotes, les tomaba la temperatura, les daban gel y debían limpiarse los pies en un tapete. Tras la rápida visita, los fieles salían por otra puerta donde voluntarios les regalaban comida, dulces o imágenes en cumplimiento de las promesas que cada creyente hubiera hecho.
“Se les da la bienvenida, una oración de bendición y se les dice que vayan saliendo”, explicó Mario González, rector del templo de San Hipólito y San Casiano, donde se celebra la festividad. ”Nos da alegría ver tanta devoción pero es una gran responsabilidad y queremos el bienestar", agregó.
Este año promovieron una “celebración en el corazón” y desde casa, aunque desde agosto comenzaron a recibir peregrinos cada 28 del mes con las mismas medidas que ahora.
Atrás quedaron las peregrinaciones de más de 100 mil personas de otros años con misas continuas y plagadas de gente desde las 5 de la madrugada, dice el sacerdote. “Tenemos que reaprender todo, pero estamos satisfechos de cómo va saliendo”.
Tanto el gobierno de la ciudad como la Iglesia eran conscientes de que éste era el ensayo general antes de la celebración el 12 de diciembre de la Virgen de Guadalupe, patrona de América Latina y la mayor peregrinación católica que se celebra.
Otros años, la Basílica de Guadalupe llega a recibir hasta 15 millones de peregrinos en las dos primeras semanas de diciembre, señaló el obispo Salvador Martínez, rector de la basílica, en un video subido a sus redes sociales. Por eso, en esta ocasión, Martínez pidió a los fieles que visiten a la Guadalupana, como se conoce popularmente a la virgen, en noviembre o en enero y que festejen el día 12 a frente a las imágenes que tengan en sus domicilios.
El secretario de gobierno de la ciudad recordó que este año “ninguna diócesis del país puede organizar una peregrinación hacia la Basílica” y que se están tomando “todas las medidas”, en colaboración con la Iglesia Católica, para reducir sustancialmente el número de visitantes. De hecho, durante una conferencia de prensa, Suárez indicó que el jueves comenzaría una campaña llamada “Peregrino, quédate en casa”.
Muchos, como Reyes seguirán intentando mostrar su fe de forma presencial y aprovecharán para pedir “por toda la gente que padece esta enfermedad” y que en México superan ya los 900 mil. “Ojalá salgamos bien de esto”, agregó.