Como objeto en el cinturón principal de asteroides, Hygiea cumple de inmediato tres de los cuatro requisitos para ser clasificado como un planeta enano.
Madrid, 28 de octubre (Europa Press).- El asteroide Hygiea podría clasificarse como un planeta enano, según nuevas observaciones. El objeto es el cuarto más grande en el cinturón de asteroides después de Ceres, Vesta y Pallas.
Por primera vez, los astrónomos han observado a Hygiea en resolución suficientemente alta para estudiar su superficie y determinar su forma y tamaño. Descubrieron que es esférico, y que potencialmente le quita la corona a Ceres como el planeta enano más pequeño del Sistema Solar, según publican en la revista Nature Astronomy.
Como objeto en el cinturón principal de asteroides, Hygiea cumple de inmediato tres de los cuatro requisitos para ser clasificado como un planeta enano: orbita alrededor del Sol, no es una luna y, a diferencia de un planeta, no ha despejado el vecindario alrededor de su órbita. El requisito final es que tenga suficiente masa para que su propia gravedad lo lleve a tener a una forma más o menos esférica.
"Gracias a la capacidad única del instrumento SPHERE en el telescopio VLT -del European Southern Observatory (ESO) en Chile-, que es uno de los sistemas de imagen más potentes del mundo, pudimos resolver la forma de Hygiea, que resulta ser casi esférica -explica en un comunicado el investigador principal Pierre Vernazza del Laboratoire d'Astrophysique de Marseille en Francia-. Gracias a estas imágenes, Hygiea puede ser reclasificado como un planeta enano, hasta ahora el más pequeño del Sistema Solar".
El equipo también utilizó las observaciones de SPHERE para restringir el tamaño de Hygiea, hasta calcular su diámetro en poco más de 430 kilómetros. Plutón, el más famoso de los planetas enanos, tiene un diámetro cercano a los 2 mil 400 kilómetros, mientras que Ceres tiene un tamaño cercano a los 950 kilómetros.
Sorprendentemente, las observaciones también revelaron que Hygiea carece del gran cráter de impacto que los científicos esperaban ver en su superficie.
Hygiea es el miembro principal de una de las familias de asteroides más grandes, con cerca de siete mil miembros que se originaron del mismo cuerpo. Los astrónomos esperaban que el evento que llevó a la formación de esta numerosa familia hubiera dejado una gran huella en Hygiea.
"Este resultado fue una verdadera sorpresa, ya que esperábamos la presencia de una gran cuenca de impacto, como es el caso de Vesta", admite Vernazza.
Aunque los astrónomos observaron la superficie de Hygiea con una cobertura del 95 por ciento, sólo pudieron identificar dos cráteres inequívocos. "Ninguno de estos dos cráteres pudo haber sido causado por el impacto que originó la familia de asteroides Hygiea, cuyo volumen es comparable al de un objeto de 100 kilómetros. Son demasiado pequeños", explica el coautor del estudio Miroslav Broz, del Instituto Astronómico de la Universidad Charles en Praga (República Checa).
El equipo decidió investigar más a fondo. Utilizando simulaciones numéricas, dedujeron que la forma esférica de Hygiea y la gran familia de asteroides son probablemente el resultado de una gran colisión frontal con un gran proyectil de diámetro entre 75 y 150 km. Sus simulaciones muestran que este impacto violento, que se cree que ocurrió hace unos dos mil millones de años, destrozó por completo el cuerpo de los padres.
Una vez que las piezas sobrantes se volvieron a encajar, le dieron a Hygiea su forma redonda y miles de asteroides acompañantes. "Tal colisión entre dos cuerpos grandes en el cinturón de asteroides es única en los últimos tres-cuatro mil millones de años", dice Pavel Sevecek, estudiante de doctorado en el Instituto Astronómico de la Universidad de Charles que también participó en el estudio.
El estudio de los asteroides en detalle ha sido posible gracias no solo a los avances en computación numérica, sino también a telescopios más potentes.
"Gracias al VLT y al instrumento de óptica adaptativa de nueva generación SPHERE, ahora estamos formando imágenes de los asteroides principales del cinturón con una resolución sin precedentes, cerrando la brecha entre las observaciones de misiones terrestres e interplanetarias", concluye Vernazza.