El análisis del BID concluye además que las mujeres son “más vulnerables al desplazamiento de la IA”, en parte debido a su presencia significativa en trabajos administrativos y de oficina. Por el contrario, de forma paradójica, los empleos informales, que suelen estar más abajo en el espectro de ingresos, muestran una menor exposición a la IA.
Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).– La Inteligencia Artificial (IA) llegó para quedarse. A pesar de las advertencias por el excesivo consumo de energía y de agua que generan sus servidores, esa no sería la única amenaza de esta nueva tecnología: un estudio advierte que podría costarle a México millones de puestos de trabajo en los próximos años, y que afectaría de forma más intensa a las mujeres.
“Los resultados muestran que 43 millones y 16 millones de empleos están expuestos a la IA en Estados Unidos y México, respectivamente, en el horizonte de un año, aumentando a 60 millones y 22 millones en cinco años, y a 70 millones y 26 millones en diez años”, señala el documento, titulado “Espejito, espejito: ¿qué empleos reemplazará la IA después de todo?”, realizado por investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo y publicado el mes pasado.
“Extrapolando estos hallazgos a América Latina y el Caribe, estimamos que aproximadamente 84 millones de empleos están expuestos a la IA en un año, aumentando a 114 millones en 5 años y a 132 millones en 10 años”, alerta el estudio.
Se trata de un trabajo que presenta un “Índice de exposición ocupacional generado por IA (GENOE)”, una nueva medida de la susceptibilidad a la sustitución laboral por la Inteligencia Artificial.
“Mediante encuestas de IA sintética realizadas con modelos de lenguaje avanzados, estimamos la probabilidad de sustitución laboral por IA en horizontes de uno, cinco y diez años”, detallan los autores. “Nuestros hallazgos revelan un aumento significativo de la exposición a lo largo del tiempo, (…) lo que subraya el impacto acelerado de la IA en el mercado laboral”.
El estudio asegura que este índice “no solo considera la automatización de tareas, sino también factores contextuales como consideraciones sociales y éticas y restricciones regulatorias que pueden afectar la probabilidad de reemplazo”. “Después de calibrar el índice con microdatos del mercado laboral de Estados Unidos y México, mostramos que aproximadamente 43 millones y 16 millones de empleos, respectivamente, están altamente expuestos a la IA en un horizonte temporal de un año”, reitera.
LOS AFECTADOS
El análisis del BID concluye además que las mujeres son “más vulnerables al desplazamiento de la IA”, en parte debido a su presencia significativa en trabajos administrativos y de oficina. ”
En Estados Unidos, los trabajadores con bajo nivel educativo y bajos salarios están particularmente expuestos, mientras que en México, tanto los trabajadores con baja como mediana calificación, especialmente aquellos en trabajos formales de ingresos medios, son más vulnerables, mientras que los trabajos informales siguen estando menos expuestos”, explican los autores.
Esto sugiere que la adopción de IA podría exacerbar las desigualdades de ingresos al afectar desproporcionadamente a los trabajadores de ingresos bajos y medios, lo que se hace eco, en cierta medida, de los hallazgos de avances tecnológicos anteriores, añaden.
“Mirando el horizonte de cinco años, la proporción de empleos en las categorías de baja exposición disminuye al 59 por ciento en Estados Unidos y al 54 por ciento en México. La categoría de exposición media aumenta al 21 por ciento en Estados Unidos y al 29 por ciento en México. Las categorías de alta exposición siguen siendo relativamente bajas, con un 20 por ciento en Estados Unidos y un 17 por ciento en México, lo que indica un fuerte aumento de la vulnerabilidad durante este período”, detalla el documento.
Con respecto a los trabajadores menos cualificados como los que tienen una formación técnica y profesional postsecundaria “se enfrentan a niveles de exposición más elevados”. Además, la exposición es mayor para los trabajadores que se encuentran en la mitad de la distribución salarial.
“Este patrón probablemente refleja la estructura ocupacional de México (y probablemente de muchas economías en desarrollo), donde los trabajadores de oficina y administrativos se encuentran más comúnmente en puestos de ingresos medios, a diferencia de Estados Unidos y el mundo desarrollado, donde estos puestos suelen estar en el extremo inferior de la distribución del ingreso. En México, estos puestos suelen ser empleos formales, más vulnerables a la automatización impulsada por la IA”, advierte.
Por el contrario, de forma paradójica, los empleos informales, que suelen estar más abajo en el espectro de ingresos, muestran una menor exposición a la IA. “La menor exposición de los empleos informales probablemente se deba a un uso menos intensivo de la tecnología y de las tareas basadas en computadoras, ya que estos roles tienden a ser más manuales y menos dependientes de los procesos digitales”, indica el documento del BID.
Por último, los autores afirman que usaron una metodología “novedosa e integral” para evaluar esta exposición ocupacional de la IA, pero reconoce limitaciones. “Las evaluaciones se basan en el conocimiento y los posibles sesgos inherentes al modelo GPT-4o. Si bien es un modelo de última generación, puede tener limitaciones para comprender ciertos campos especializados o futuros desarrollos de la IA”, detallan.
Además, las predicciones sobre las capacidades futuras de la IA, especialmente en los horizontes de cinco y diez años, son “inherentemente inciertas y pueden no tener en cuenta avances u obstáculos imprevistos en el desarrollo de la IA”. Otra limitación del índice es que no tiene en cuenta los efectos de equilibrio general que pueden influir en las preferencias sociales y la demanda de ciertos trabajos. Por ejemplo, si bien los bomberos actualmente muestran estimaciones bajas de exposición al reemplazo tecnológico, los avances en los sistemas eléctricos, las características de seguridad doméstica y los procesos finalizan.
MÉXICO, UN MERCADO ESPECIAL PARA LA IA
En SinEmbargo se dio a conocer que, de acuerdo con un reporte realizado por la consultora International Data Corporation para Lenovo, alrededor de 240 millones de dólares se invertirán este año en toda Latinoamérica para el impulso de la IA en las industrias de la región en 2024, pero México destacaría como el segundo destino más interesante, detrás de Brasil, a donde se prevé que llegue una inversión de unos 98 millones de dólares.
El reporte de la IDC precisa que los líderes empresariales quienes están más entusiasmados y los CIO son “cautelosos”. Por ejemplo, el 50 por ciento considera que la IA es un “punto de inflexión” que “transformará la forma en que se hacen negocios”; el 44 por ciento dice que “es algo que tenemos que hacer para enfrentarnos a la competencia” y apenas un 6 por ciento lo califica como una “distracción”.
El documento también indica que en México el 65 por ciento de los encuestados tiene ya una inversión realizada en el área, mientras el 35 por ciento tiene una inversión planeada. Apenas el uno por ciento no tiene planes.
El reporte revela que hay “una rápida proliferación de aplicaciones innovadoras que utilizan lA generativa en el edge computing y una tendencia emergente de deslocalizar (nearshoring) la manufactura a países como México” lo que “acelerará las inversiones de este tipo”.
Además, en enero se dio a conocer que el 97 por ciento de todos los empleadores esperan utilizar soluciones impulsadas por IA para 2028, de acuerdo con una encuesta a cerca de mil 600 empleados y 500 organizaciones en México, realizada por Access Partnership en colaboración con Amazon Web Services (AWS).
“Los hallazgos muestran que la IA será un gran impulso para la economía mexicana y un disruptor para las tareas laborales. Sin embargo, falta talento capacitado en IA para aprovechar plenamente este potencial”, señala la conclusión del ejercicio, que fue realizado específicamente con empresas habilitadas digitalmente en el país, las cuales representan entre el 30 y el 70 por ciento de las compañías mexicanas oficiales.
La encuesta también indica que el 96 por ciento de los empleadores esperan que el departamento de Tecnología de la Información (TI) “sea el mayor beneficiario de las soluciones de IA”, seguido por el departamento de Ventas y Marketing (95 por ciento) y el departamento de Finanzas (93 por ciento).
Además, siete de cada 10 empleadores identificaron que la automatización de tareas sea el principal beneficio de la IA, una de las principales amenazas para el trabajo de mano de obra.
OTRAS AMENAZAS (AMBIENTALES) DE LA IA
La explosión de la Inteligencia Artificial (IA) en el mundo –desde la creación de imágenes híper realistas hasta su uso cotidiano e incluso el que no vemos, sobre todo relacionado con algoritmos para identificar patrones en la red– no ha ocurrido sin polémicas: el consumo de agua que este tipo de tecnología usa para poder realizar sus actividades y su gasto desmedido de energía eléctrica.
El consumo también se traduce en los litros de agua que se usan para refrigerar los servidores dedicados a alimentar los diferentes productos y sistemas de la IA. Investigadores de las universidades de Riverside y Arlington estimaron este año que el entrenamiento de GPT-3 en uno de los centros de datos de más avanzados de Microsoft –socio de OpenAI en el desarrollo de la inteligencia artificial– consumió de forma directa 700 mil litros de agua dulce limpia, “suficiente para producir 370 coches BMW o 320 vehículos eléctricos Tesla”.
Los centros de datos propios de Google en Estados Unidos, por su parte, consumieron 12 mil 700 millones de litros de agua dulce en 2021 en los procesos de refrigeración de sus equipos informáticos.
Un estudio de finales de 2023 preveía incluso que la IA utilice tanta electricidad como un “país pequeño” para 2027. Según “la creciente huella energética de la inteligencia artificial”, publicado en la revista Joule, es decir, los servidores dedicados a estas tareas, usarán entre 85 y 134 teraWatts por hora de forma anual.
“Esta cifra es comparable al consumo anual de electricidad de países como los Países Bajos, Argentina y Suecia”, indican los autores. “Si bien esto representaría medio por ciento (0.5 por ciento) del consumo mundial de electricidad, también representaría un aumento potencial significativo en el consumo mundial de electricidad de los centros de datos. Se estima que este último representa el uno por ciento del consumo mundial de electricidad”, agregan.
Goldman Sachs confirmó parcialmente la información sobre el consumo de energía en mayo. “En promedio, una consulta en ChatGPT necesita casi 10 veces más electricidad para procesarse que una búsqueda en Google”, concluyó. Esto aumentará conforme se construyan y desplieguen más centros de datos de este tipo, precisó, que son el sistema físico con el que la IA se sostiene en las computadoras y dispositivos móviles del mundo.
“En la actualidad, los centros de datos de todo el mundo consumen entre el 1 y el 2 por ciento de la energía total, pero este porcentaje probablemente aumentará al 3 ó 4 por ciento hacia finales de la década. En Estados Unidos y Europa, este aumento de la demanda ayudará a impulsar el tipo de crecimiento de la electricidad que no se ha visto en una generación. En el camino, las emisiones de dióxido de carbono de los centros de datos pueden más que duplicarse entre 2022 y 2030”, alertó.
Esto podría ya estar pasando. De acuerdo con un análisis el diario británico The Guardian, de 2020 a 2022, las emisiones reales de los centros de datos “internos” o de propiedad de la empresa de Google, Microsoft, Meta y Apple probablemente sean un 662 por ciento más altas que las informadas oficialmente.
Amazon es el mayor emisor de las cinco grandes empresas tecnológicas con diferencia: las emisiones del segundo mayor emisor, Apple, fueron menos de la mitad de las de Amazon en 2022. Sin embargo, Amazon se ha excluido del cálculo anterior porque su modelo de negocio diferente dificulta aislar las cifras de emisiones específicas de los centros de datos de la empresa, de acuerdo con el diario.