Pese a que Perú lleva el penoso registro de ser el país con la mayor tasa de mortalidad a causa del virus SARS-CoV-2, por cada 100 mil habitantes, en las últimas dos semanas el reporte público del Ministerio de Salud reveló una ligera reducción en el número de decesos, con una media de 187 muertes diarias, aproximadamente un 11 por ciento menos que la media registrada en las otras dos semanas anteriores.
Lima, 28 ago (EFE).- Perú, que esta semana se convirtió en el país del mundo con la mayor tasa de mortalidad a causa de la COVID-19, extendió este viernes a un mes más su estado de emergencia nacional hasta el 30 de septiembre próximo y el estado de emergencia sanitaria hasta el 7 de diciembre.
El jefe del Gabinete, Walter Martos, fue el encargado de anunciar la decisión del Gobierno, con la que se busca contener la propagación de la pandemia en su territorio, que hasta el jueves ha causado un total de 621 mil 997 contagios y 28 mil 277 muertos confirmados.
El estado de emergencia vigente expiraba a fines de agosto.
Martos, en conferencia de prensa, precisó también que el Decreto Supremo publicado este viernes en el diario oficial El Peruano establece la prolongación del confinamiento focalizado en algunas regiones del país hasta el 30 de septiembre. Entre ellas Cusco, Moquegua, Puno y Tacna; y también más de 46 provincias de otros 14 departamentos.
ESTADO DE EMERGENCIA SANITARIA
En tanto, el Gobierno también estableció extender en 90 días la emergencia sanitaria, que terminaba el próximo 7 de septiembre.
«En base a toda esta estrategia y a las recomendaciones que hemos recibido, no solamente del personal de salud, sino también hemos conversado con las autoridades de las diferentes regiones, con especialistas, con otras instituciones, y se han tomado algunas medidas», comentó el jefe de Gabinete.
MENOR NÚMERO DE FALLECIDOS
Pese a que Perú lleva el penoso registro de ser el país con la mayor tasa de mortalidad a causa del virus SARS-CoV-2, por cada 100 mil habitantes, en las últimas dos semanas el reporte público del Ministerio de Salud reveló una ligera reducción en el número de decesos, con una media de 187 muertes diarias, aproximadamente un 11 por ciento menos que la media registrada en las otras dos semanas anteriores.
«No podemos ser triunfalistas. Tenemos que tomar con serenidad la disminución del número de fallecidos. En epidemiología, las cifras pueden cambiar en cualquier momento», subrayó al respecto la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, momentos antes de partir hacia la sureña región de Tacna, donde revisará su situación sanitaria.
Mazzetti atribuyó esta reducción a que probablemente la ciudadanía esté tomando cada vez más en serio las medidas de prevención ante la COVID-19; así como la inmovilización dominical ordenada por el Gobierno a nivel nacional.
«LA CIFRA MÁS EXAGERADA»
Sobre la cifra acumulada de fenecidos a causa de la COVID-19, Mazzetti aseguró que el registro oficial peruano viene contabilizando como decesos por COVID-19, a personas de las que no se conoce exactamente la causa de muerte.
«Nuestro Sistema Nacional de Defunciones es uno de los mejores que tenemos en Latinoamérica. Toda persona en este momento que fallece y no sabemos exactamente la causa, se le pone diagnóstico de COVID-19»
En esa línea, indicó que en los más de 28 mil fallecidos por el virus en el país, se tiene una cantidad importante de personas que murieron por otra causa y en su certificado indica «sospecha de coronavirus». «Es la cifra más exagerada y segura que podemos tener», agregó.
CONTINÚAN RESTRICCIONES A REUNIONES SOCIALES
Las medidas de restricción del ejercicio de los derechos relativos a la libertad y seguridad personales también fueron nuevamente recogidos en el decreto supremo de este viernes, entre las que se cuentan la prohibición de reuniones sociales, incluyendo las que se realizan en los domicilios, así como las visitas familiares.
La medida descartó sin embargo decretar la «ley seca» y prohibir la venta de bebidas alcohólicas, después de que esa medida fuera barajada por diversas fuentes para atajar la percepción de que son los jóvenes y las fiestas ilegales que se realizan en bares y restaurantes unos de los principales vectores de la propagación de la enfermedad.