La paciente está casada desde hace nueve años con un hombre, con el que intentó sin éxito tener hijos. Ahora, los médicos aconsejan a la pareja que continúe “viviendo como lo han venido haciendo”.
Ciudad de México, 28 de junio (RT).- En la India, una mujer de 30 años acudió a un hospital con un dolor abdominal y descubrió que es un hombre y que padece cáncer testicular.
La residente de Birbhum, en el estado de Bengala Occidental, tiene apariencia y voz de una mujer, así como senos desarrollados y genitales externos femeninos. Sin embargo, cuando hace unos meses acudió a un hospital con dolor severo en la parte inferior del abdomen, los oncólogos realizaron una serie de exámenes y descubrieron su “verdadera identidad”, informa la agencia PTI.
Según el oncólogo clínico Anupam Dutta, el útero y los ovarios de la paciente han estado ausentes desde el nacimiento, y nunca ha experimentado la menstruación. Una prueba de cariotipo reveló que su complemento cromosómico es XY y no XX, que se corresponde al de una mujer.
Además, los exámenes clínicos mostraron que tenía testículos dentro de su cuerpo y, al realizar una biopsia, se le diagnosticó cáncer testicular.
“Como sus testículos permanecían sin desarrollar dentro del cuerpo, no había secreción de testosterona. Sus hormonas femeninas, por otro lado, le daban la apariencia de una mujer”, explicó Dutta. Actualmente, se somete a quimioterapia y su estado de salud es estable.
La paciente está casada desde hace nueve años con un hombre, con el que intentó sin éxito tener hijos. Ahora, los médicos aconsejan a la pareja que continúe “viviendo como lo han venido haciendo”.
¿CÓMO PUDO PASAR?
En la medicina, este fenómeno se conoce como el Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos (SIA) o síndrome de Morris, y se presenta cuando una persona nace genéticamente masculina, pero tiene todos los rasgos físicos de una mujer. Se trata de un síndrome muy raro que ocurre en una de cada 22 mil personas. Tras examinar a la familia de la paciente, los médicos encontraron el mismo síndrome en su hermana de 28 años.
Además, descubrieron que sus dos tías maternas también fueron diagnosticadas con el SIA en el pasado, por lo que estiman que se trata de una condición genética.