Eran por más de las 9 de la noche, cuando el tren se detuvo súbitamente, a la altura del poblado San Miguel. Quienes iban a bordo de los primeros vagones escucharon el grito: “¡Ejército! ¡Están rodeados! ¡Están rodeados!”. En seguida sintieron sobre sus rostros la luz de las linternas, y vieron que a ambos lados de las vías, decenas de militares que ahora portan un brazalete con las letras GN -Guardia Nacional- les cortaban el paso.
Por Ángeles Mariscal
Palenque, Chiapas, 28 de junio (ChiapasParalelo).- Una centena de integrantes de la Guardia Nacional y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), cortaron el paso a migrantes que subieron al tren en la ciudad de Palenque, Chiapas. El operativo se dio la noche del miércoles, a unos 10 kilómetros de la ciudad. Los uniformados pararon el tren y detuvieron a migrantes que no alcanzaron a escapar, entre ellos tres mujeres, una de ellas en avanzado estado de embarazo.
Horas antes de la detención, decenas de migrantes que entraron al país desde el municipio de Tabasco, o desde la frontera entre Ocosingo y Guatemala, se congregaron alrededor de las vías de la estación del tren ubicada en Palenque.
El tren de carga sigue siendo uno de los principales medios de transporte que utilizan los migrantes, sobre todo centroamericanos, para avanzar por el país hasta la frontera norte.
El rechinido de las ruedas metálicas de los vagones moviéndose sobre las vías, alertó a decenas de migrantes que poco a poco empezaron a aparecer de entre las calles que rodean la estación de tren.
Durante poco más de una hora, dos operadores corrieron de ida y vuelta los vagones, para equilibrar la carga y cuidar que los ejes se mantuvieran equilibrados. Sonia y su hijo Josué, de nueve años, ensayaron a subir y bajar con el tren en movimiento.
Lo mismo hicieron otras mujeres y familias de migrantes que viajan con sus hijos, algunos de ellos de brazos; y ese miércoles, una mujer en los últimos meses de su embarazo, también subió.
Pocos minutos antes del anochecer, el tren con una veintena de vagones, emprendió el camino. A bordo iba Mario, un joven hondureño de 17 años, jugador de futbol, quien sueña con construirle a su mamá una casa arriba de una montaña desde donde pueda ver la ciudad, y ser parte de algún equipo deportivo profesional.
También va David, un señor de casi 50 años de edad, maestro rural de El Salvador. Él, por cuarta ocasión intentará llegar a la frontera con Estados Unidos. Ruth, una joven que viaja por primera vez, tras varios intentos para abordar el tren en movimiento, aterrorizada por el ruido que hacen toneladas de metal sobre los rieles, también logró subir en uno de los últimos vagones.
Al caer los últimos rayos de sol del miércoles 26 de julio, con decenas de migrantes a bordo de los vagones de carga, el tren partió de la ciudad de Palenque.
Eran por más de las 9 de la noche, cuando el tren se detuvo súbitamente, a la altura del poblado San Miguel. Quienes iban a bordo de los primeros vagones escucharon el grito: “¡Ejército! ¡Están rodeados! ¡Están rodeados!”. En seguida sintieron sobre sus rostros la luz de las linternas, y vieron que a ambos lados de las vías, decenas de militares que ahora portan un brazalete con las letras GN -Guardia Nacional- les cortaban el paso.
Los militares y agentes del INM subieron a los vagones del tren, y sometiéndolos por la fuerza, detuvieron a quienes no alcanzaron a escapar. Durante poco menos de una hora, los militares, policías federales y agentes de migración, revisaron los alrededores de las vías, cada uno de los vagones y los espacios entre las ruedas por donde alguno de los migrantes pudiera esconderse.
Mario fue uno de los últimos en ser detenido. Tras ser sometido, fue obligado a sentarse sobre el piso de tierra antes de ser subido a una de las fulgonetas del INM. En un impulso, se quitó el suéter y la camiseta color morada del equipo de futbol juvenil de su comunidad. Quedó con el torso desnudo. Antes de abordar el tren había comentado que su peor pesadilla era regresar a Honduras con las manos vacías.
En total, de acuerdo a uno de los agentes migratorios, detuvieron esa noche a poco más de 40 migrantes.
A la mañana siguiente, Gilberto Noé Hernández Hernández, asesor jurídico del albergue “Jtatic Samuel Ruiz García”, ubicado en Palenque, explicó que desde que el pasado 5 de junio el gobierno mexicano acordó con Estados Unidos contener la migración en la frontera sur, ese había sido el primer operativo a bordo del tren, que realizaba la Guardia Nacional en ese municipio.
Esa mañana, al albergue “Jtatic Samuel Ruiz García”, también llegó Ruth y otros cuatro jóvenes hondureños. El haber abordado en uno de los últimos vagones los salvó de ser detenidos.
“Sentimos que el tren paró, y las luces que empezaron a alumbrar en los primeros vagones. Primero pensamos que solo había parado unos momentos, pero luego escuchamos los gritos y que todos empezaron a correr. Nosotros nos aventamos al monte y nos escondimos. Ahí pasamos la noche, escondidos”, explicó.
Ella asegura que volverán a intentar abordar el tren y continuar el viaje rumbo a la frontera norte del país.
De acuerdo al INM, en el primer semestre de 2019, supera el medio millón la cifra de migrantes que entraron al país. Más de 99 mil han sido detenidos en diferentes operativos, y hasta el día 24 de junio, 71 mil 100 habían sido deportados a sus países de origen.