En Cochabamba hay largas filas para encontrar tanques de oxígeno, mientras que en los hospitales los enfermos de coronavirus esperan por una cama de cuidados intensivos.
Por Lucile Gimberg y Astrid Pilpe
Bolivia, 28 mayo (Radio Francia Internacional).- A las afueras de la ciudad boliviana, en la planta de oxígeno medicinal de Arbieto, una larga hilera de cilindros verdes y blancos comienzan a apilarse. Ante una disparada de casos de COVID-19, ese recurso comienza a escasear. Cochabamba encabeza la lista de los departamentos con más casos por coronavirus, registró 826 contagios, seguido por La Paz 463, y Oruro 232. La jornada de este jueves dejó un saldo de 87 fallecidos.
“Los pacientes se están muriendo por falta de oxígeno y por falta de unidades de cuidados intensivos”, explicó a RFI el secretario municipal de Salud de Cochabamba (centro), Aníbal Cruz. “Hay un colpaso total. Lo más graven en la región es que estamos sufriendo la ecasés de oxígeno”, apunta..
“Han fallecido nueve pacientes por falta de oxígeno”, según Cruz, la demanda de oxígeno en la ciudad se duplicó desde finales de marzo debido a lo que cataloga como la “tercera ola” de la pandemia: pasó de 1.5 a 3 toneladas diarias en el sistema público.
“En Cochabamba son pocos los lugares donde se genera oxígeno. En este momento hay colas inmensas, incluso hubo un amotinamiento’, advierte. “Es el comienzo de la tercera ola, no estamos en el pico porque estamos entrando en la fase invernal y acá se va a sumar la gripe influenza H1N1”, agrega, pidiendo la solidaridad de la comunidad internacional para sus unidades de cuidados intensivos.
En las calles de la ciudad boliviana se pueden ver los tanques de oxígeno al hombro, o en los vehículos, y personas que esperan desde hace 24 horas para conseguir el gas. “Mi esposo se encuentra en mi domicilio y somos los últimos de la fila para poder encontrar oxígeno”, dijo para la AFP, Ximena Pinedo, una farmacéutica de 40 años que aguardaba bajo el sol afuera de la planta.
Mientras tanto, el oxígeno que ha devenido un bien preciado, que se comercializa también en las redes sociales. La página de Facebook “Oxígeno Medicinal Cochabamba”, ofrece la entrega inmediata de un “kit completo, tanque cargado, listo para usar”, el precio es de dos mil 800 bolivianos (equivalente a 400 dólares), en un país en el que el salario mínimo es inferior a dos mil 200 bolivianos.
ESCASÉS DE CAMAS
El oxígeno no es lo único que escasea en Cochabamba, decenas de enfermos de COVID-19 aguardan una cama de tratamiento intensivo, que de momento están todas ocupadas. Los pacientes con el virus del departamento de Cochabamba son trasladados a la capital departamental y sus alrededores por la falta de centros de salud en otras localidades. Sin embargo, allí, el sistema público cuenta solo con 85 camas de cuidados intensivos.
Por otra parte, no solo los hospitales están colapsados sino también el Cementerio General de la ciudad. El espacio para almacenar cuerpos antes de ser cremados está lleno, por lo que los cadáveres permanecen en frigoríficos dentro de los hospitales.
Bolivia acumula 355 mil 349 contagios de COVID-19 y 14 mil 124 muertes entre sus 11.6 millones de habitantes, de acuerdo al balance oficial. Y sumado a la terca ola de COVID-19 que vive el país andino, la campaña de vacunación avanza despacio. Al 25 de mayo, 9.8 por ciento de la población había recibido al menos una dosis de las vacunas Sputnik V, Sinopharm, AstraZeneca o Pfizer, incluido el presidente Luis Arce, que se vacunó el lunes 24 de mayo con el fármaco ruso. Sólo 2.7 por ciento ya tiene ambas dosis.
Cochabamba ya ha dispuesto que los sábados y domingos sean días de confinamiento, a esto lo acompañan las prohibiciones de circulación de lunes a jueves hasta las 18:00 horas como tope y hasta las 16:00 entre viernes y domingo. Esta disposición se cumplirá por una semana, sin embargo, podría ser más estricta en caso de que los contagios continúen incrementando. “La población le ha perdido el respeto ya a la pandemia”, lamentó el presidente boliviano.