Qatar, que acoge la sede de Hamás en Doha, ha sido un intermediario clave durante el conflicto, junto con Estados Unidos y Egipto.
Por Tia Goldenberg, Jon Gambrell and Samy Magdy
Tel Aviv, Israel (AP) — El Presidente estadounidense Joe Biden conversó de nuevo con el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, informó la Casa Blanca este domingo, al tiempo que aumenta la presión sobre Israel y Hamás para llegar a un acuerdo que incluya la liberación de algunos rehenes israelíes y un alto al fuego en la guerra de casi siete meses en Gaza.
De momento no se revelaron detalles de la conversación, que se llevó a cabo luego que Israel prometió invadir Rafah, la ciudad más meridional de Gaza, a pesar de la preocupación mundial por los más de un millón de palestinos refugiados allí. El Secretario de Estado de Estados Unidos regresará a Oriente Medio el lunes.
Por su parte, un funcionario de alto rango de Qatar —país que ha fungido como mediador clave en las negociaciones de paz entre Israel y Hamás— instó a ambas partes a mostrar “más compromiso y seriedad” en el proceso.
Qatar, que acoge la sede de Hamás en Doha, ha sido un intermediario clave durante el conflicto. junto con Estados Unidos y Egipto. El Estado de la península arábiga fue decisivo para acordar un breve receso en los combates en noviembre que incluyó la liberación de docenas de rehenes. Pero en una señal de frustración, Qatar anunció este mes que está reevaluando su papel.
Se espera que una delegación israelí visite Egipto en los próximos días para discutir las últimas propuestas en las negociaciones, y un alto funcionario de Hamás, Basem Naim, dijo en un mensaje a The Associated Press que una delegación del grupo militante también se dirigirá a El Cairo. La televisión estatal egipcia Al Qahera afirmó que la delegación llegará el lunes.
Los comentarios del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar, Majed al-Ansari, en entrevistas con el diario progresista Haaretz y la emisora pública israelí Kan fueron publicados y transmitidos el sábado por la noche.
Al-Ansari expresó su decepción tanto con Hamás como con Israel y dijo que ambos bandos han tomado sus decisiones en función del interés político sin pensar en el bien de los civiles. No reveló detalles sobre la situación actual de las conversaciones, salvo para decir que “en la práctica están paradas”, con “ambos bandos aferrados en sus posturas”.
Las declaraciones de Al-Ansari se conocieron después que una delegación egipcia planteó a funcionarios israelíes una “nueva visión” de una tregua prolongada en Gaza, según un funcionario egipcio que habló bajo condición de anonimato para comentar las novedades con libertad.
Pero los progresos parecían mínimos. El funcionario egipcio agregó que las autoridades israelíes estaban abiertas a negociar un cese el fuego permanente en Gaza como parte de la segunda fase de un acuerdo.
“Mostraron disposición para hacerlo pero no compromiso”, dijo el funcionario. Israel se ha negado a poner fin a la guerra hasta derrotar a Hamás.
La segunda fase empezará tras la liberación de rehenes civiles o enfermos, e incluirá la negociación de soldados, añadió la fuente. Serán liberados presos palestinos prominentes y se lanzará un proceso de reconstrucción.
Las negociaciones se centraban este mes en un plan de seis semanas de cese el fuego y la liberación de 40 rehenes civiles y enfermos retenidos por Hamás a cambio de liberar a cientos de reos palestinos en prisiones israelíes.
Una carta redactada por Biden y otros 17 mandatarios mundiales instó a Hamás a liberar a los rehenes de inmediato.
En los últimos días, Hamás ha publicado nuevos videos de tres rehenes a los que retiene, que parecían urgir a Israel a hacer concesiones.
La creciente presión para que Hamás e Israel pacten un alto el fuego también tiene como objetivo evitar un ataque israelí contra Rafah, la ciudad en la frontera con Egipto donde se han refugiado más de la mitad de los 2.3 millones de habitantes del enclave.
Israel ha acumulado docenas de tanques y vehículos blindados antes de la ofensiva prevista en Rafah. Los planes de incursión han causado una alarma global por temor al posible daño para los civiles.
“Sólo se necesita un pequeño ataque para obligar a todos a abandonar Palestina”, subrayó el Presidente palestino Mahmud Abás en la sesión inaugural del Foro Económico Mundial en Arabia Saudí, añadiendo que cree que se registrará una invasión en los próximos días.
Pero el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo en entrevista con la cadena ABC que Israel “nos aseguró que no entrará en Rafah hasta que hayamos tenido la oportunidad de compartir realmente nuestras perspectivas y preocupaciones con ellos. Entonces, veremos adónde va eso”.
La acumulación de tropas también podría ser una estrategia de presión sobre Hamás en las negociaciones. Israel considera Rafah como el último gran bastión de Hamás y ha prometido destruir la capacidad militar y de gobierno del grupo armado.
Los grupos de ayuda han advertido que una invasión de Rafah empeorará la ya desesperada situación humanitaria en Gaza, donde el hambre es generalizada. Alrededor de 400 toneladas de ayuda llegaron el domingo al puerto israelí de Ashdod, el envío más grande hasta ahora por mar a través de Chipre, según los Emiratos Árabes Unidos. No queda claro cómo o cuándo será entregado a Gaza.
También el domingo, World Central Kitchen anunció que reanudará sus operaciones en Gaza el lunes, poniendo fin a una suspensión de cuatro semanas luego que aviones militares israelíes mataron a siete de sus trabajadores humanitarios. La organización tiene 276 camiones listos para ingresar por el cruce de Rafah y también enviará camiones a Gaza desde Jordania, según un comunicado. También está examinando si el puerto de Ashdod puede utilizarse para descargar suministros.
La guerra comenzó con la irrupción de Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel, en que murieron mil 200 personas, en su mayoría civiles, según autoridades israelíes, que afirman que otras 250 personas fueron tomadas como rehenes. Hamás y otros grupos retienen a unas 130 personas, incluyendo los restos de unos 30 fallecidos, según las autoridades israelíes.
La campaña israelí de represalia ha matado a más de 34 mil personas, en su mayoría mujeres y niños, según las autoridades de salud en Gaza, que no distinguen entre civiles y combatientes en su conteo. El ejército israelí dijo haber matado al menos a 12 mil milicianos, sin ofrecer pruebas para respaldar la afirmación.