La planta quemaba carbón desde 1963 y las torres de enfriamiento se construyeron décadas después. La instalación se cerró en 2017 debido a que grupos ambientalistas presionaron por recursos más limpios para la generación de electricidad.
Massachusetts, Estados Unidos, 28 de abril (AP).– Fue cuestión de unos cuantos segundos para que dos torres de enfriamiento, de más de 150 metros de altura, que pertenecían a la última planta generadora de electricidad mediante la quema de carbón de Massachusetts, Estados Unidos, se redujeran a escombros.
La demolición controlada comenzó tal como estaba programado, a las 8 de la mañana del sábado, en la antigua estación de Brayton Point en Somerset. Un video mostró las enormes torres ubicadas a lo largo de Mount Hope Bay desplomarse antes de provocar que una gran nube de polvo se alzara por los aires.
La planta quemaba carbón desde 1963 y las torres de enfriamiento se construyeron décadas después. La instalación se cerró en 2017 debido a que grupos ambientalistas presionaron por recursos más limpios para la generación de electricidad.
Los nuevos dueños de la propiedad, Commercial Development Co., planean que el sitio sea una instalación multiusos que esté dedicada principalmente a apoyar a las plantas eólicas, alejadas de la costa.
La compañía dijo creer que las inmensas estructuras de concreto hayan sido las torres de enfriamiento de una planta eléctrica más altas que hayan sido derribadas mediante una demolición controlada en todo el mundo.
Desde hace tiempo eran consideradas como un adefesio por los residentes de Massachusetts y Rhode Island. Muchos estaban felices y acudieron a ver la demolición.
Ross McLendon, de Warwick, Rhode Island, comentó al diario Herald News de Fall River que levantó a sus tres hijos temprano para que pudieran ver el evento. Lamentó que todo haya sucedido muy rápido.
“No estaba prestando suficiente atención en ese momento y me perdí los primeros segundos”, comentó. “Venimos porque parecía que iba a ser algo divertido para los niños. Nunca habían visto una implosión”.
Los espectadores, que fueron colocados a una distancia segura por las autoridades, acudieron a las calles y puentes aledaños para ver las estructuras caer. Helicópteros, aviones y drones sobrevolaron la zona.
Algunos residentes cercanos habían expresado inquietudes por la demolición, preocupados de que pudiera ocasionar contaminación por polvo, pero las autoridades dijeron que no esperaban que el polvo llegara a los vecindarios del área.