Como es de conocimiento público, dos grupos están compitiendo por la presidencia del PAN. Por un lado se encuentra Gustavo Madero, quien busca repetir al frente de dicho partido. El otro contendiente es el Senador con licencia y ex secretario de hacienda, Ernesto Cordero, una de las cabezas visibles del grupo calderonista.
Las descalificaciones y la guerra sucia han sido algo muy socorrido en esta lucha. Como un botón de muestra, un panista de larga trayectoria política afirmó que “Madero es una de las gentes (sic) que en mis 44 años de carrera política está dentro de las más falsas que he conocido. Bajo su fachada noble es un hombre tremendamente mentiroso. No tiene ningún cariño por el PAN ni conoce sus principios. Ahorita está rodeado de la peor mafia”.
Obviamente la respuesta desde el bando maderista ha sido en el mismo tono. No podíamos esperar más.
Sin embargo, más allá de las rencillas y descalificaciones mutuas entre los grupos panistas –allá ellos—, lo importante para la ciudadanía es que mientras se decide el vencedor, este partido –gracias al importante número de legisladores con que cuenta— paralizó la agenda legislativa.
La elección panista se llevará a cabo hasta el domingo 18 de mayo. Mientras, las luchas internas de poder, detuvieron modificaciones al marco jurídico tan importantes como las de competencia económica, político-electoral, telecomunicaciones o energía.
Es decir, después de todo el esfuerzo reformista del año pasado, la disputa de la jefatura de un partido está paralizando toda la legislación secundaria, indispensable para que las reformas tengan plena vigencia y puedan ser implementadas.
Lo que demuestra este espectáculo es que en el PAN –al igual que en las demás fuerzas políticas— es más importante la lucha por el poder que las reformas que el país necesita.
En realidad es algo que ya todos sabemos y tenemos asumido, pero no deja de sorprender cuando nos confirman, de forma tan descarnada, cuáles son los verdaderos intereses de nuestros “líderes políticos”.
Como para que nos vuelvan a hablar del bien común, la preeminencia del interés nacional y demás milongas.
Hoy más que nunca nuestra clase política está mostrando su verdadera cara, y desde luego no es nada agraciada.
Twitter: @jose_carbonell
http://josecarbonell.wordpress.com