Con el arranque de las campañas para el Gobierno del Distrito Federal comenzará también otra disputa mediática entre los diversos partidos competidores que, por el tono que han impuesto el PAN y el PRI en la justa por la Presidencia, corre el riesgo de llenarse de “guerra sucia”.

De acuerdo con todas las casas encuestadoras, el candidato de las izquierdas, Miguel Ángel Mancera Espinosa, empieza esta batalla con una cómoda ventaja frente a su más cercana perseguidora, la candidata de la coalición PRI-PVEM, Beatriz Paredes Rangel, y esa diferencia en las cifras de preferencias electorales son aún más amplias respecto a la panista Isabel Miranda de Wallace y la representante del Partido Nueva Alianza, Rosario Guerra Díaz.

Sin embargo, lo hemos visto con los porcentajes de las encuestas en la campaña presidencial –que tiene ya más de 30 días de haber iniciado–, los resultados son polémicos y las diferencias entre las empresas que ofrecen esos indicadores se empiezan a distanciar cada vez más.

La competencia por la Ciudad de México, de acuerdo como están ahora las cosas, se centra entre Mancera Espinosa y Paredes Rangel, por lo que el PAN –rezagado de por sí en las preferencias electorales de los habitantes de la capital del país– impulsará una mayor presencia de la señora Miranda de Wallace en los medios y lo hará, con la marca de la casa: la “guerra sucia”.

Por lo pronto, como se observa en los videos que la también activista entregó al IFE para su autorización, usa la descalificación para atacar a Paredes y a Mancera.

En uno se presenta como lo que una mujer logró por la justicia y lo que “un procurador” no fue capaz de hacer, en franca referencia al candidato de las izquierdas:

En el otro ataca a la candidata priísta con la frase: “¡No más paredes!” y, además, crítica a los “malos políticos” que han construido una supuesta pared de inseguridad, corrupción, endeudamiento y represión”, aludiendo al PRI:

Por lo pronto, el primero en descartarse sobre esa guerra de ataques fue

Miguel Ángel Mancera, quien se pronunció por un “no” a lo que denominó el “bullying de campaña”.

A partir de este domingo, dijo, no responderá a descalificaciones o acusaciones directas que le hagan sus adversarias en la contienda electoral: “Vamos a hacer una campaña propositiva, vamos a estar en contacto con la gente, no vamos a participar en el bullying de las campañas”, afirmó.

Sin embargo, se dijo dispuesto y ya listo para debatir con sus contrincantes ya sea en canales oficiales o no oficiales.

Así que la segunda competencia más importante que se dirimirá el próximo 1 de julio –la de quien gobernará la capital del país, la ciudad más grande de México y una de las más pobladas del mundo– está en marcha y con ella vendrá también la parafernalia de spots y ruido mediático.

¡Feliz fin de semana!

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